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- 20/05/2022 00:00
- 20/05/2022 00:00
No solo la considero insuficiente, sino también tardía. La invasión de Rusia a Ucrania empezó el 24 de febrero de 2022; 85 días después del ataque ruso, el gobierno del presidente Laurentino Cortizo toma la primera medida sobre el alto precio del combustible, como consecuencia de esta guerra. Pareciera que esta semana es que se enteraron de esta crisis de energía y desde el primer día quienes han pagado la indolencia gubernamental hemos sido los ciudadanos. Además, esta medida beneficia solo el sector transportista, que lo apoyamos, pero cómo queda nuestra gente que vive en La Chorrera y trabaja en Panamá o sin ir muy lejos, quienes vivimos en San Miguelito y debemos trasladarnos a diario a nuestros lugares de empleo. Es una situación impagable e insostenible para la ciudadanía.
Por supuesto que puede, ya lo estamos viendo con el sector transportista que, por medio de paros, ha conseguido que se le congele por tres meses el precio del combustible. Al gobierno solo le falta voluntad para tomar medidas de apoyo a sus ciudadanos, el compromiso de gobernar por la gente y dejar los intereses individuales de quienes dirigen los destinos del país a un lado, porque ellos no pagan gasolina como la pagamos tú, yo y los demás ciudadanos. Ellos no pasaron la crisis de la pandemia y menos viven con los salarios con que sobrevive nuestra clase trabajadora, obrera o profesional. Por eso la planificación del Estado es vital para las decisiones futuras de nuestra nación y más cuando son situaciones de las cuales no tenemos control, como el precio del combustible.
Claro que es viable y legal. El punto que sostiene el director general de Ingresos, Publio de Gracia, es que el Estado dejaría de recibir cerca de $15 millones mensuales, lo que les obligaría a buscar una renta sustitutiva.. La Asamblea ya aprobó en tercer debate la iniciativa 808 y quedará por verse si el presidente Cortizo la sanciona o plantea escenarios alternativos para beneficio de todos.
El tema de la subida del precio de combustible afecta a toda la cadena de producción. Hoy nuestros agricultores no pagan el mismo valor por trasladar sus productos a la ciudad para venderlos; quienes siempre nos vemos afectados somos nosotros los consumidores, que, con el mismo salario, debemos pagar más por los alimentos, el combustible, colegio, transporte de los chiquillos, entre otros. Todo lo que hoy represente ayuda, solución, apoyo a nuestra gente, debe ser justificable y apegado a nuestras leyes.
Hay propuestas interesantes, pero de lo que estoy segura es que con una volante que dice que no se debe usar el aire acondicionado o que se deben planificar las rutas de viaje previa salida, no se contrarresta en lo más mínimo el consumo de los usuarios.
Debo entender que fue una medida producto de una presión de los representantes del sector, que supuestamente evitaría un incremento en el costo del transporte para los usuarios. Lo cierto es que queda nuevamente ante la opinión pública el beneficio de un sector de la sociedad en detrimento del resto. El “fuero y privilegio” es la tónica de este gobierno. Mientras que los empresarios del transporte se ven beneficiados con un subsidio para ellos, el resto de los ciudadanos debemos pagar el costo del combustible al precio que fijan las gasolineras, que evidentemente es por un monto de dos dólares por arriba del que pagan los transportistas.
Claro que existen medidas para enfrentar estos problemas del alza de combustible: reducir la jornada laboral y emplear el teletrabajo son dos acciones que debieron ser ponderadas por el Ejecutivo. Sin embargo, esto no es siquiera considerado, lo cual constituye un castigo de la actual administración que no se identifica con las necesidades del pueblo que los llevó al gobierno. Esto es aritmética simple: si el común de los ciudadanos sobrevive con un presupuesto, y diariamente debe efectuar el mismo recorrido ida y vuelta, y lo que costaba semanalmente $20 ahora está en $45, esa familia deberá ajustar su presupuesto reduciéndolo o sacándolo de otro renglón, que es generalmente alimento.
Mira la verdad hay mucha confusión sobre ello, porque se supone que ese impuesto sirve para enfrentar otros compromisos del Estado. Por lo que debo entender que habría que generar una renta sustitutiva. En otras palabras, generas otro problema o lo trasladas a otro sector.
Estamos secuestrados por la especulación perversa y cruel de quienes lideran ese grupo y que al final te obliga a comprarlo al precio que ellos quieren, afectando la capacidad del consumidor. Entidades como Acodeco deberían estar efectuando diariamente los operativos en estos lugares para tratar de frenar este tipo de conducta reiterativa en perjuicio de la familia panameña.
Pienso que una solución inmediata podría ser modificar la jornada laboral, tres días presenciales y dos por teletrabajo, hasta tanto esta situación mejore. Quizás este ejercicio rendiría frutos en tres meses, mientras se monitorea diariamente el comportamiento del costo del combustible. Esta medida temporal podría aliviar el presupuesto de la familia panameña hasta que se reflejen cambios sustanciales.