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Científica panameña es nombrada por Washington en importante cargo
- 03/07/2020 00:00
- 03/07/2020 00:00
En medio de tantas noticias negativas vinculadas a una pandemia que nos aqueja a todos, Panamá recibió una buena nueva: una mujer panameña pasó a ocupar un cargo que durante 110 años había sido ejercido por hombres estadounidenses.
Se trata de la científica nacida en Veraguas, Oris Sanjur, quien ha sido designada directora del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) en Panamá –la única dependencia de la organización situada fuera de Estados Unidos–, la cual se dedica a enriquecer el conocimiento sobre la diversidad biológica de los trópicos.
Lo que empezó en 1923 como una pequeña estación de campo en la isla de Barro Colorado de la antigua Zona del Canal de Panamá, representa hoy una de las principales instituciones de investigación del mundo.
Desde que era adolescente, Oris, de padre veragüense y madre chiricana, sabía que sería una científica. Apenas cursaba el cuarto año cuando empezó a escuchar conceptos como células, ADN, microorganismos y otros.
“Soy veragüense-chiricana”, afirma con una amplia sonrisa. Y luego indica que se siente muy orgullosa de representar a ambas provincias. Siempre le llamó mucho la atención el área de la ciencia y se sentía inspirada por las cosas pequeñas. Quería entender, por ejemplo, qué pasaba dentro de las células.
“Me inspiraba saber cómo se dan los procesos de la vida. De alguna manera eso fue lo que me motivó a decidirme por esta carrera”, expresa.
La biofísica le llamaba mucho la atención, así es que pensó que lo más cercano era la biología, por lo que ingresó a la Universidad de Panamá a tomar esa carrera con la idea de especializarse más adelante, y así lo hizo.
Oris es una mujer sencilla, perseverante, amable y no tiene delirios de grandeza. Pese a sus múltiples ocupaciones, siempre encontró tiempo para responder y aclarar dudas que se presentaron posterior a la entrevista.
Se trata de una mujer comprometida con su trabajo y con la sociedad, que cree en los valores y que aprecia y respeta al ser humano como tal.
Las instalaciones del Smithsonian brindan una oportunidad única para estudios ecológicos a largo plazo en los trópicos y son utilizadas intensivamente por unos 900 científicos visitantes que llegan cada año de instituciones académicas y de investigación de Estados Unidos y del mundo entero.
Los científicos residentes han proporcionado una mejor comprensión de los hábitats tropicales, al tiempo que han entrenado a cientos de biólogos especialistas en el trópico.
Ver cada reto como una oportunidad, es una constante en mi vida. En esta ocasión considero que la designación como directora interina del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales representa una oportunidad para aportar a la institución con la experiencia y el conocimiento adquirido a través de mi trayectoria académica y profesional. A nivel personal me permite crecer, adquirir conocimientos y experiencias que de seguro serán muy valiosas para seguir contribuyendo con nuestra sociedad.
Un honor y motivo de orgullo el aceptar el liderazgo interino del STRI. Agradezco a la dirección del instituto en Washington DC, quienes han confiado en mi entrenamiento académico y formación como científica a lo largo de los 30 años que llevo sirviendo a esta institución.
El hecho de llegar a esta posición refleja un reconocimiento de la institución al potencial, crecimiento y capacidad de su personal. Durante los últimos años trabajé muy de cerca y en colaboración con el director anterior, el Dr. Matthew Larsen, y esto me permitió prepararme y conocer de primera mano el funcionamiento institucional y adquirir experiencia valiosa para poder realizar mi labor en esta nueva posición. Me acompaña un equipo de trabajo de primer nivel, del cual el 80% es panameño y que incluye personal científico, de administración, y operaciones, quienes me están apoyando en todo lo necesario para llevar adelante la misión institucional.
Los retos siempre existen y nos ayudan a crecer. Uno de los retos más interesantes y de mucho aprendizaje ha sido el liderar proyectos multinacionales y multiculturales, donde hay que tomar en cuenta procesos locales e internacionales, a la vez que tienes que manejar expectativas de diferentes actores y trabajar con personas de diferentes países. El trabajar en este tipo de proyectos me ha permitido ampliar mis horizontes y perspectivas para poder abordar situaciones que a veces son difíciles o conflictivas. Me ha permitido crecer y aprender sobre diplomacia científica.
La misión del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales es ampliar y divulgar los conocimientos sobre el pasado, presente y futuro de los ecosistemas tropicales y su relevancia para el bienestar humano. Nuestro trabajo en Panamá inició en 1910, cuando el Smithsonian dirigió uno de los primeros grandes estudios de impacto ambiental en el mundo, para estudiar y catalogar la flora y la fauna de los bosques tropicales que se inundarían con la creación del Canal de Panamá. Un siglo después, el Smithsonian en Panamá es una plataforma mundial para la investigación de ecosistemas tropicales forestales y marinos, y su asombrosa biodiversidad.
Actualmente, STRI emplea a 40 científicos permanentes y recibe a unos 1,400 científicos visitantes cada año: estudiantes de licenciatura y pasantes, investigadores posdoctorales e investigadores asociados permanentes. Juntos, colaboran en cientos de proyectos de investigación y publican más de 400 artículos en revistas científicas cada año.
Así es. La investigación generada no solo se comparte ampliamente en la comunidad científica internacional, sino que también llega a los responsables de políticas públicas y recibe cobertura global en medios de comunicación. También sirve de base para un programa de divulgación y capacitación que impacta en las vidas de niños y adultos por igual.
Algunos de los logros científicos de STRI, panameños y extranjeros, en beneficio del país:
Un esquema de separación de tráfico marítimo para proteger las ballenas jorobadas de la bahía de Panamá.
El manejo de las cuencas hidrográficas (proyecto Agua Salud en la cuenca del Canal).
La identificación de una plaga de los camarones.
Genera información para el mejor entendimiento del área del Canal por medio de estudios de los fósiles y la geología (Proyecto de paleontología de Panamá).
Investiga sobre la ecología de especies del mosquito y su importancia.
Contribuye al mejoramiento del manejo de manglares, zonas clave en la conservación de las costas y la pesca.
Hemos estado monitoreando aves en Panamá por más de 40 años. Se suponía que este año era el cuadragésimo tercer censo consecutivo de aves en el Camino del Oleoducto. Este censo nos dice cómo diferentes especies de aves hacen frente al cambio climático. Por el momento está cancelado.
También celebramos 40 años de monitoreo de la salud de los bosques tropicales. El programa ForestGEO se inició aquí en Panamá y coordina estudios a largo plazo de salud forestal en 70 sitios, en 27 países.
Panamá también es pionero en el experimento más grande del mundo en su tipo para reforestar con especies de árboles nativos; se trata del proyecto Agua Salud para descubrir qué especies de árboles nativos son las mejores para proteger el medio ambiente y generar ingresos como madera. Estos proyectos son vitales para la salud de nuestro planeta y para comprender muchos procesos naturales.
Depende de varios factores, como el comportamiento de la población y las medidas que se tomen. Pienso que a finales de 2020 o principios de 2021 habrá una vacuna, pues varios grupos científicos ya están trabajando en ello. Pero hay que tener en cuenta que eso conlleva todo un proceso que toma tiempo, pues deben cumplir con los máximos niveles de calidad y seguridad.
Lo primero es una fase exploratoria y ya hay científicos que están en esa etapa. Luego hay que probar la vacuna para ver si funciona, es decir, si los antígenos inducen una respuesta inmune protectora. Después viene el desarrollo clínico del proceso, que son las pruebas que se hacen con personas para determinar la dosis propuesta, calendario de inmunizaciones y método de administración de la vacuna. Estos ensayos son aleatorios y bien controlados. El siguiente paso es la postcomercialización, que involucra la autorización reglamentaria, proceso de fabricación y control de calidad.
Como vemos, pues, se trata de un proceso que lleva su tiempo. Ya hay medicamentos que pueden controlar la enfermedad, pero hasta cuándo durará esta crisis, me resulta difícil darle una respuesta concreta.