Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 20/02/2023 00:00
- 20/02/2023 00:00
Hace un tiempo tomé una decisión de abstenerme de opinar sobre el tema, a efecto de que fluyeran los sentires de la sociedad, que al final de cuenta es la que paga la Seguridad Social.
Sin embargo, observo, no sin pesar, que la inmensa mayoría de las opiniones apuntan a los síntomas más evidentes del problema: la pérdida de sostenibilidad del programa Subsistema Exclusivo de Beneficio Definido, (SEBD).
Dicho subprograma se sustenta en las siguientes medidas paramétricas:
(a) Una tasa de reemplazo del salario equivalente al 60% del promedio de los 10 mejores años de salario;
(b) 20 años de cotización,
(c) Edad de retiro de 57 años damas y 62 años varones, y
(d) Una cuota de 22% del costo de la planilla, de los cuales 13,5 % van al fondo de pensiones, constituidos por 4.25% aporte patronal y 9.25% aporte trabajador.
Concuerdo con la mayoría, que dice es un problema político. Empezando por los propios políticos profesionales, matreros, trapicheros o no. Pero también coincido con quienes dicen, es un problema financiero técnico. Es ambas cosas.
No, no me voy a referir al rancio y manido argumento de que el gobierno que toma las decisiones que haya menester tomar pagará un alto costo en la pérdida de votos. Esa es una visión electorera, cortoplacista, que mira las próximas elecciones y no presta atención a la prosperidad y futuro de la vida de la nación, atemporal y mucho más longeva que un período presidencial de 5 años.
El tema político al que refiero es que lo que está subyacente, es la discusión qué tipo de organización del Estado queremos. La economía política en la interpretación de las Ciencias Sociales dice que es la ciencia …
“Que estudia las relaciones entre la sociedad, el estado, los mercados y las personas. Se refiere al estudio de la administración del estado, teniendo en cuenta elementos tanto económicos como políticos y sociológicos”. En mi opinión, sin que lo digan, esto es lo que se está presionando. Un cambio de modelo en la economía política del país. Y hay elementos a considerar, como el que el gran crecimiento de la economía ha concentrado los beneficios en los niveles de mayores ingresos.
Queremos un SEBD solvente, estable, que mantenga, mejor si aumenta, los beneficios que presta. Y que, en materia de salud, también incremente la calidad, la atención y servicios. Y que, al mismo tiempo, ¡No incremente los costos de financiamiento del Sistema! Vamos más allá. Un grupo, importante, quiere que desaparezca el Subprograma Mixto de Capitalización Individual al cual consideran ¡Anatema...!
El gran argumento es que el SEBD es un sistema solidario intergeneracional. Discrepamos de esa apreciación. Y lo ilustramos con un ejemplo muy simple:
Una persona que se jubila con una pensión de B/ 1.500.00, que corresponde a un salario promedio de B/. 2,500 cuando está activo, con lo que cotiza cuando está activo, (13.5% del salario) cubre la pensión de un pensionado que ganaba activo alrededor de B/. 600.00/mes
Sin embargo, para pagar una pensión de B/. 1,500 mensuales se requiere el aporte de casi 20 trabajadores activos con un sueldo mensual de B/. 600 mensuales. Es decir, los que ganan menos, ¡subsidian a los que tienen mejores pensiones...! ¿Es eso solidario?
En el fondo, ya lo adelantamos, se está discutiendo el tipo de organización social que deseamos los panameños:
En la esfera del mundo capitalista, simplificando, existen dos concepciones entre las cuales podemos ubicarnos, o intermedia, pero asumiendo los costos y obligaciones concurrentes:
1.¿ Qué tipo de Estado queremos?:
i. Un Estado Subsidiario, (liberalismo económico) con un claro predominio del poder Ejecutivo. El individuo es responsable de su propio destino. (bajos impuestos, alta inversión privada en servicios básicos)
ii. Un Estado de Bienestar (social democracia), en el cual domina el poder parlamentario, en el cual la sociedad, impersonal es responsable de la comodidad de todos los ciudadanos. (altos impuestos e inversión pública en servicios básicos).
2. Y, como consecuencia lógica, qué tipo de seguridad social queremos dependiendo del modelo que sigamos.
En el caso panameño parecen conjuntarse distintos elementos: un Estado semi subsidiario, en el cual una parte de los trabajadores están en un componente de seguridad social propio del Estado de Bienestar (SEBD). Desfinanciado como ocurre con los modelos vigentes, con excepción de los países nórdicos, y el otro componente en un modelo subsidiario, el Mixto de Capitalización Individual, que no tiene problemas de financiamiento por dos simples razones: (a) la mayoría de sus cotizantes no han pasado a pensionarse, y (b) el financiamiento de las pensiones depende de los aportes individuales, no del de otros trabajadores.
En materia política, parroquialmente hablando, tenemos otras características: Un poder Ejecutivo formalmente centralista y un poder Legislativo o Parlamentario que domina las cúpulas de los partidos políticos más importantes por su número, que por su tamaño conlleva una “armónica colaboración” entre los Poderes, más allá de la exerta constitucional.
El otro elemento que no se menciona, pero está presente, de manera cada día más evidente, es la comprometida atención de la Salud. La presión que pone sobre el sistema la atención de enfermedades crónicas de alto costo, la participación alta de beneficiarios, principalmente niños y adultos mayores pensionados o no, aunado a la lenta recuperación de la formalidad laboral que es la que paga los gastos médicos, se hacen sentir en las finanzas del componente de salud, denominado Enfermedad y Maternidad. EyM.
Dicho componente se financia con el 8,5 % de los aportes de empleadores y trabajadores, con una participación de 0.5 % de los trabajadores y 8.0 % de los empleadores formales. Debo aclarar que el 0.5 % del aporte de los trabajadores se absorbe en la atención de licencias por maternidad, y subsidio por incapacidades por enfermedad. Claramente, es un componente que tiene sus propios problemas, y que demanda cada día más recursos para la atención de la población objetivo.
Es un problema financiero-técnico el subprograma SEBD porque cada día tiene menos cotizantes y más beneficiarios. Los recursos que recibe de los cotizantes, en el subprograma SEBD, cada día son menores. Por varias razones. La primera, que es un programa cerrado. Es decir, está constituido por quienes en el año 2005 tenían 35 años de edad. Los jóvenes o menores de ese corte de edad, van inmediatamente al Subsistema Mixto de Capitalización Individual.
La segunda razón, es que el incremento de salarios por aumentos de costos posteriores a 2005, mayormente se han concentrado entre los más jóvenes, y los miembros del SEBD en proporción tienen pensiones limitadas por las leyes que fijan topes de B/. 1,500 y B/ 2,500 en las pensiones mensuales.
Este es el principal problema que afecta al SEBD. Matemáticamente está condenado, ya que los cotizantes en el tiempo se vuelven beneficiarios sin que haya quien los reemplace aportando las cuotas.
El otro elemento técnico financiero que afecta el SEBD es que la totalidad de los recursos que aporta un trabajador en el SEBD más los intereses que generan, los retira en un lapso promedio de 8 años de pensionados. El resto de años que viva, requiere subsidios de alguien para pagar sus pensiones: los trabajadores activos.
Además, cada día los pensionados viven más años. Las mejoras en la calidad de vida y salud de las generaciones actuales con edad superior a la edad de retiro de 57/62 años demandan recursos más allá de lo aportado para cubrir las pensiones.
Igualmente, dado que los tramos de jubilados de mayor edad del SEBD tuvieron salarios bajos asociados a niveles de productividad bajos por la escasa sofisticación de la economía nacional, escolaridad limitada, entre otras muchas razones, hacen que sus pensiones también sean menos que modestas. Súmele que el sistema financiero nacional aprendió a otorgar sumas cuantiosas de préstamos a los jubilados con pagos garantizados por las pensiones y el seguro de vida.
Muchos jubilados “venden” sus pensiones a las financieras a un elevado descuento, y reciben una suma cuantiosa de dinero que excede con mucho sus pautas históricas de consumo. Una vez consumido ese dinero, las bajas pensiones que quedan después del pago de las letras mensuales, les coloca en una condición de sobrevivencia en el mejor de los casos.
Por las consideraciones indicadas, el problema visible del SEBD es que las recaudaciones de cuotas de quienes todavía trabajan, no alcanzan a cubrir las pensiones de los que ya se acogieron al programa.
En consecuencia, se requiere usar las reservas para cubrir esos déficits entre recaudación y pensiones pagadas. De acuerdo a la Ley y a las mejores prácticas, no es posible usar los recursos de otros programas para cubrir esos faltantes.
Los escenarios que se abren son los siguientes:
(a) Pagar las pensiones hasta donde alcancen las recaudaciones + reservas. Esto llega hasta 2024. Afectados: Pensionados, dependientes, compromisos con financieras y comercios.
(b) Pagar las pensiones hasta donde alcance el monto recaudado, lo cual implica una reducción de los haberes que reciban los pensionados. Afectados: Pensionados. Dependientes. Entidades financieras, comercios. Se requeriría una ley para realizar estos ajustes.
(c) Que el Gobierno ponga el dinero en su totalidad que haga falta para pagar los déficits que ocurran en el programa. Afectados: todos los ciudadanos que dejarían de recibir otros servicios, tendrían que pagar más impuestos. Se requeriría una ley. Cálculos actuariales indican que el costo acumulado es altísimo. Y que absorbería anualmente de manera creciente un % importante del PIB.
(d) Que se fusionen los programas SEBD + Mixto de Capitalización Individual. Resolvería el problema de caja, pero a largo plazo aumenta el costo financiero que el gobierno tendría que asumir. Implica, además, una expropiación de fondos que la ley reconoce como propiedad de los trabajadores inscritos en el Subprograma Mixto de Capitalización. Afectados: Toda la sociedad, particularmente los trabajadores del Subprograma Mixto. Beneficiados: los pensionados que ya están recibiendo mucho más dinero del que han aportado. Sería una transferencia de riqueza de los trabajadores presentes a los jubilados. Se requiere una ley.
(e) Aunque se elevaran las medidas paramétricas de manera exponencial, la condición intrínseca del SEBD, cerrado, esquema tipo Ponzi, está quebrado, por lo cual no sería una solución. A lo sumo prolonga la agonía por algunos años adicionales.
(f) La solución que consideramos viable, e inevitable, es que se estructure una arquitectura del programa que incluya aportes adicionales del gobierno (que los pagará la ciudadanía de una manera u otra) + ajustes en las medidas paramétricas, particularmente en la edad de jubilación, años de cotización mínimos para acceder a una pensión y cuotas de cotizantes. En este último caso, la elasticidad ingreso de las cuotas podría verse afectada adversamente.
(g) Una manera de aliviar el impacto en la caja del gobierno es que se tome prestado del Mixto de Capitalización Individual contra un bono del gobierno amortizable a varios años, que se haría efectivo cuando se vayan incorporando al programa de retiro los trabajadores de ese subprograma. A su vez, se requeriría colectar esos recursos de la sociedad, ya sea por impuestos directos, indirectos o transferencias de otros activos que el Estado posea. Al final, repito, el costo lo tendrá que asumir la ciudadanía en general en cualquier solución que implique traslado de otros recursos al SEBD, distintos a sus propias recaudaciones.
No hemos abordado el problema político de la forma de organización social que queremos. En consecuencia, no hemos hablado del modelo de institución que queremos para manejar la Seguridad Social.
Este es otro tema que solo se menciona por la cantidad de empleados que ocupa, y por el mal servicio que presta.
En nuestra opinión, resolver el problema del SEBD, en cualquiera de las vertientes arriba indicadas, si no incluye una reingeniería profunda del modelo de negocio de la Caja, es dinero perdido y tiempo desperdiciado.
Asimismo, los programas de EyM y Riesgos Profesionales requieren una amplia reingeniería que no hemos tocado en esta entrega. Ojalá que podamos en el futuro cercano llegar o aproximarnos a una solución integral del problema de la Seguridad Social.
Solo de esa manera, siendo eficiente y productivo en la gestión integral de la Caja, se logrará que los independientes o informales que laboran hoy día y que responden a un modelo de economía globalizado, y de actitudes generacionales, los milenials, voluntariamente se afilien a la Seguridad Social.