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Big Brother: espectro de la juventud panameña
- 04/12/2016 01:00
- 04/12/2016 01:00
La familia ha evolucionado desde sus inicios, en las sociedades tribales, hasta hoy, cuando las transformaciones producto de la sociedad pluralista la obligan a adoptar nuevos retos, esperanzas, valores, relaciones sociales de pareja y expectativas de vida futura.
Al hablar de estructura familiar, la familia nuclear tradicional ha sufrido modificaciones ante las formas familiares monoparentales, que en su mayoría están a cargo de mujeres y de las familias reconstruidas y grupos familiares re-creados que conviven en un mismo hogar, con o sin convivencia de hijos (as) de distintas uniones.
En consecuencia, encontramos nuevos sujetos que enfrentan problemas en torno al impacto del modelo global, tales como identidad, migraciones, sobrevivencia económica, tráfico ilegal de niños y niñas, salud mental, catástrofes naturales, madresolterismo en adolescentes, violencia, abuso sexual de niños y niñas, entre otros.
Enfrentan, en resumen, transformaciones en sus modos de vida, que van desde los avances en las relaciones entre géneros, la defensa de sus derechos sociales, la mercantilización de los recursos naturales, las catástrofes de la naturaleza, las nuevas puertas que abren las redes sociales, las innovaciones tecnológicas y la aceptación de la diversidad sexual, entre ellos.
ESPERANZA DE LAS NUEVAS GENERACIONES
Cada familia procura encontrar las estrategias para su sobrevivencia, ante la situación de inequidad, producto de los procesos de mundialización. En ella, se le exige cumplir funciones para garantizar la calidad de vida de sus miembros.
¿Por qué invertir en familias? Porque es la base fundamental de toda sociedad y la inversión en la niñez y en la juventud es tarea vital para toda nación y el futuro de sus generaciones. Más aún, es construir una sociedad justa, inclusiva y democrática.
Siendo la familia el espacio que comparte normas, valores, alegrías, sueños, deseos, afectos, tristezas con sus miembros/as, es y debe ser el modelo que asimila a niños y jóvenes, para futuros estilos de vida.
MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.
El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.
Ahora bien, nos peguntamos ¿por qué no existe un interés por empoderar familias sanas y por el esbozo de políticas familiares en nuestro país? ¿Acaso el crecimiento económico es y debe ser lo más importante? ¿Cómo pensar en el desarrollo humano si no contamos con una ciudadanía con principios de solidaridad, convivencia armónica, buen manejo de su inteligencia emocional, revalorización de su propio ser? Sumado a esto, ¿cuál es el perfil de nuestro relevo generacional? ¿Qué necesitamos de ellos/as? ¿Qué esperamos de ellos/ ellas?
Son preguntas que deben representar retos impostergables.
BIG BROTHER: REFLEJO DE LA VIDA REAL DE LA JUVENTUD PANAMEÑA
En los últimos meses, el reality show Big Brother ocupa el espacio en ciertos hogares panameños -aclaro que ciertos, porque estos programas tienen su público-. Estos formatos televisivos pretenden mostrar sucesos que ocurren entre un grupo de gente seleccionada, que viven encerrados y aislados en una casa, buscando atraer a los espectadores a través de la exposición de aspectos de su vida personal.
El programa en mención ha demostrado la complejidad de la convivencia en una comunidad de jóvenes panameños/as. Las intrigas que se forman alrededor del grupo para aniquilar a un/a compañero/a con niveles superiores educativos y que han tenido mejores oportunidades de vida, la discriminación y no aceptación por una determinada opción sexual, la incapacidad para auto-organizarse como grupo y dejar un legado sinérgico, las intrigas y chismes protagonistas para la adquisición del poder. Y lo más preocupante, las escenas de agresividad y de violencia de género, que provocaron la expulsión de un participante. Ahí se pudo manifestar el nivel de conciencia de los miembros del equipo de producción frente al hecho, lo que es digno de aplaudir. ¿Será esta la realidad que vive la juventud actual en sus entornos?
JUVENTUD Y LA PANAMEÑIDAD DEL FUTURO
La conducta de los jóvenes de este programa nos obliga a repensar el futuro de las nuevas generaciones que formarán familias. Nos lleva a pensar que es urgente una agenda educativa y familiar que se dirija a fortalecer una verdadera reeducación ciudadana, con despliegue de valores humanos, basado en el diálogo, en una nueva espiritualidad que empodere ciudadanos responsables, que asuman un compromiso de cara a los cambios sociales, unir a la sociedad en un todo, con racionalidad.
El conjunto de estas apreciaciones debe llevarnos a una verdadera reflexión, con la participación del Estado, familias, instituciones estatales responsables de las políticas familiares y de niñez y adolescencia, universidades, escuelas e iglesias. Lo que está en juego es el futuro del tejido social.
Muy importante en este encuadre es la responsabilidad que deben jugar los medios de comunicación; ya es hora de que asuman un rol diferente y responsable en su programación. Que sean las ventanas para la transformación cultural y social de las familias, principalmente de la niñez y la juventud.
Así, sujetos con proyectos de vida renovadores y con potencialidades, fortalecidos con identidad y empoderados con las metas de la cultura emergente, pueden convertirse en ciudadanía creativa que protagonice los cambios sociales, en la dirección de una coexistencia equilibrada.
Es decir, el camino debe ser potenciar la construcción de un tejido humanizador. Coincidimos así con lo que expresaba Fernando Savater en un escrito: ‘Nacemos humanos, pero no basta, tenemos que también llegar a serlo'.
Articulando nuestros saberes y energías, construyamos bases para nuestra panameñidad del futuro.