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Baja del 30% en producción de agua para la capital
- 12/05/2023 00:00
- 12/05/2023 00:00
La planta potabilizadora Federico Guardia Conte, ubicada en Chilibre, experimenta una baja de entre 20% y 30% en la producción de agua por la prolongación de la temporada seca.
El lago Alajuela –de donde se extrae el agua que potabiliza esta planta y que abastece a prácticamente el 100% de la población de la capital panameña– presenta 6,2 pies por debajo del nivel mínimo requerido (210 pies sobre el nivel del mar) para operar con normalidad.
La potabilizadora extrae agua del lago mediante un sistema de bombeo. La reducción de los caudales del lago ha obligado a usar mayor fuerza para extraer el agua. Y esto ha provocado que la capacidad de bombeo disminuya y, por ende, la producción de agua. La baja de la producción podría conllevar también a una reducción de la distribución y consumo.
Juan Antonio Ducruet, director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), aseguró que es una “situación muy difícil”. “Hay afectaciones en las partes altas de la ciudad”, agregó.
Ducruet agregó que están monitoreando todos los días, incluso varias veces en un día, los niveles del lago Alajuela, para evaluar su recuperación. De continuar disminuyendo, no descarta declarar una “emergencia” a través del Ministerio de Ambiente (Miambiente). “Estamos en esa evaluación”, dijo refiriéndose a la declaratoria de emergencia que busca garantizar la productividad.
Esto permitiría, además de la obtención de recursos para invertir en la optimización del sistema, obligaría a la regulación del uso de agua.
“Pasaríamos a ver el despilfarro con multas, que evitamos hacerlo. Si se tiene que castigar el uso irracional de agua, entonces se tendrá que intervenir a través de la Asep”, concluyó Ducruet.
Implicaría un uso racional del agua. Por ejemplo, si se está acostumbrado a usar 80 galones diarios en actividades domésticas, se deberá reducir a 40.
La situación se está registrando en todo el país (Darién y provincias centrales, por ejemplo). Pero la situación está “pegando” principalmente en la ciudad de Panamá, donde está la mayor cantidad de clientes del sistema, las industrias, los restaurantes, los lava autos.
En las provincias centrales la preocupación recae en la captación de agua a través de pozos y fuentes subterráneas, que se ha visto muy golpeada por la extensión de la temporada seca, y porque el agua no solo se usa para consumo humano, sino también para las actividades agropecuarias.
Hay alrededor de 600 pozos. Y son muchos los sistemas de agua que están siendo abastecidos por pozos y todos están siendo afectados. Para hacer más soportable el problema se están enviando cisternas con agua que es extraída de las plantas potabilizadoras. “Es un sistema combinado que se está viendo afectado por la sequía”, explicó Iván Cano, director de operaciones del Idaan.
El Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá explicó recientemente que la llegada de la temporada lluviosa estaría retrasada un mes, afectada por las condiciones atmosféricas del océano Pacífico, que están relacionadas a la formación de un eventual fenómeno de El Niño.
Por lo regular, la época de lluvia entra en la tercera o cuarta semana de abril. Este año, sin embargo, su ingreso está pronosticado para la tercera o cuarta semana de mayo.
Actualmente existe una transición de la temporada seca a la lluviosa, con esporádicas lluvias, que no impactan en los niveles de agua del lago. Lo que se requiere es muchas y constantes lluvias, incluso por un periodo de 60 días para que el lago recupere sus niveles óptimos.
En 2010, el mismo fenómeno climático motivó al gobierno a emitir un decreto ejecutivo que clasificaba las actividades del uso racional del agua, lo que prohibió temporalmente lavar calles y carros, entre otra serie de actividades. Una situación similar podría invocar el Idaan en esta ocasión si el nivel de los lagos no se recupera próximamente.
Los retos vinculados a la eficiencia en el uso de agua en el país son cada vez más álgidos por las consecuencias del cambio climático que condiciona de forma creciente el bienestar de la población y el dinamismo de la economía.
El agua es el motor de la economía del país. Permite el cruce de 6% del comercio contenerizado a nivel mundial por el Canal de Panamá. El sector requiere del 7% del uso total de agua. La generación de energía demanda 89%, el sector agropecuario 1,7%, mientras que el consumo humano se suple con 1,3%. Panamá depende de la precipitación pluvial y la forma de administrar el agua para satisfacer la demanda de estas actividades económicas.