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- 23/07/2022 00:00
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Para la década de 1960, el problema de la vivienda informal de la ciudad se concentraba en San Miguelito y en el corregimiento de Las Cumbres, “áreas con problemas de carácter físico, de difícil acceso o a distancia considerable del centro de la ciudad, en donde existían espacios cubiertos por viviendas espontáneas, surgidas como resultado de invasiones de tierras por una población necesitada y carente de los mecanismos económicos para proporcionársela a través de transacciones comerciales legítimas”, según lo describe la geógrafa Ligia Herrera en su libro, El país que somos (2003).
Sobre este tema, el sociólogo Azael Carrera en su artículo, 'Impacto de la política habitacional sobre la segregación espacial y la formación de guetos urbanos en la ciudad de Panamá' (2013), nos indica que la respuesta ante esta crisis social por el gobierno militar durante la década de 1970 fue, “un ambicioso programa de vivienda en el centro urbano que consistía en conjuntos habitacionales de alta densidad en barrios típicamente obreros, mientras que tuvo mayor injerencia en la ocupación de San Miguelito. Aquí lotifica nuevas zonas y emprende la construcción de barriadas para trabajadores del sector formal, pero de bajos salarios”.
'Ciudad Los Andes' es el título de una memoria técnica publicada por la comisión de alto nivel, en 1976, y en la cual se reseña, brevemente, los orígenes, aspectos de diseño urbano y arquitectónico de esta urbanización, construida sobre la margen oeste de la carretera Transístmica, en la intersección con el alineamiento, alguna vez propuesto para la autopista Panamá-Colón.
De acuerdo con esta memoria, la comisión de alto nivel tenía como objetivo dar respuesta a los múltiples problemas que se originaban debido a las tomas de tierra en lo que hasta entonces era el corregimiento de San Miguelito. A pesar de los diversos proyectos de vivienda pública que desarrollaba el gobierno en este corregimiento, la demanda excedía las soluciones disponibles.
Un grupo de moradores de un asentamiento conocido como 'Globo 6', ubicado detrás de la policlínica del Seguro Social en San Miguelito, insistió al gobierno sobre la necesidad de su traslado, debido a que, “habían ocupado una ladera escabrosa y la imposibilidad de construir letrinas por la geología del terreno, lo había convertido en un sitio insalubre”. Esta era una de las más de 600 familias que en comunidades como, Gelabert, San Antonio, Monte Oscuro, San Martín, Loma Cantón, El Fuerte, Santa Rosa, Perusia y Las 500, Altos de San José y Amelia Denis de Icaza, debían ser trasladas.
El gobierno, a través de la comisión de alto nivel, decide la adquisición de “una finca de 153 hectáreas, situada a ambas márgenes de la carretera Transístmica, en el distrito de San Miguelito. La distancia al centro de la ciudad era de unos 15 minutos”. La finca era la número 4991, tomo 125, folio 468, en la que había operado la cantera 'Los Andes' antes de la construcción del proyecto. Esta sería la razón por la cual se le colocaría este mismo nombre a la urbanización.
El proyecto de urbanización incluía el desarrollo en dos etapas, que posteriormente conformarían lo que hoy conocemos como Los Andes 1 y 2. Además de la construcción de unas 2,578 viviendas, la urbanización también contaría con cuatro áreas para espacio público, dos centros institucionales con campo de juego y otros equipamientos públicos, –uno en cada etapa del proyecto–, y dos espacios naturales en la segunda etapa. Estos espacios naturales correspondían, a una sección al norte de la finca, donde se encontraba una colina, y que se dejaría como 'parque forestal', y otra sección hacia el lago, donde se habilitaría un 'parque acuático' con mobiliario urbano.
Del otro lado de la Transístmica, un remanente de la finca de unas cinco hectáreas de superficie sería destinada a la construcción de locales para artesanos y pequeñas industrias que tendrían como fin generar unos 133 empleos para los futuros moradores de la urbanización. Un área más pequeña de 1,22 hectáreas, en la entrada de Los Andes No. 1, sería habilitada también para actividades comerciales.
Una comparación entre el plano de la propuesta de urbanización que aparece en la memoria técnica del proyecto, con imágenes de satélite de la actualidad, permite analizar las transformaciones físicas ocurridas desde la construcción del proyecto.
Respecto al espacio público es notable que parte de este ocupa una superficie menor a la originalmente destinada. Las áreas más afectadas serían la propuesta del 'parque acuático' –mayormente ocupada por la construcción de vivienda informal y vialidad–, y el sector institucional en Los Andes No. 2, con una pérdida que totaliza las seis hectáreas entre ambos casos.
El remanente de cinco hectáreas destinadas inicialmente para el mercado de artesanos y pequeñas industrias, sería ocupado hasta finales de la década de 1990 por pequeños locales comerciales, los cuales serían demolidos para dar paso a la construcción de Los Andes Mall en 2002. Este centro comercial ocuparía, además de este lote, 14 de las 32 hectáreas que estaban destinadas a la construcción de la propuesta interconexión entre la Transístmica y la autopista Panamá-Colón, proyecto que finalmente no se realizaría como se había pensado inicialmente.
Los datos de los censos de población y vivienda nos dan cuenta de las transformaciones sociales ocurridas en estos barrios. Así tenemos que mientras los datos del censo de 2000 indican que en las urbanizaciones Los Andes 1 y 2 residían 11.109 personas, para el censo de 2010 la población se había reducido en un 17%, llegando a 9.194 personas. En contraposición a la reducción de la población, el número de adultos mayores de 65 años se ha triplicado, pasando del 5% en 2000 a 14,7% en 2010.
La transformación socioeconómica también es notable al analizar los datos de propiedad de la vivienda, donde se registra una reducción del número de viviendas hipotecadas, que pasan del 11% al 6%, y un aumento de la vivienda alquilada, del 18% al 25%. Este cambio en la dinámica de la propiedad está muy relacionado con los procesos de envejecimiento de la población, y la formación de nuevos hogares en otras zonas de la ciudad por parte de las generaciones más jóvenes.
Los Andes es ahora un nodo central para la ciudad. La nueva centralidad que adquirió con la construcción del corredor norte y la estación del Metro, la valorización que esto representa, el momento de cambio demográfico y socioeconómico en que se encuentra, y los espacios naturales aún sin habilitar como espacios públicos, son indicadores de la necesidad de nuevas intervenciones, que desde lo público y la participación ciudadana, contribuyan a desarrollar el potencial que esta nueva centralidad ofrece.