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Alonso Ramos: 'Es irracional pensar que con intención punitiva, solucionaremos los problemas de la niñez'
- 07/09/2021 09:54
- 07/09/2021 09:54
Alonso Ramos, sociólogo y docente universitario, quien realizó la investigación de campo que reveló maltratos físicos y emocionales a menores recluidos en albergues fiscalizados por la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf) reitera la obligación de investigar a personas de “alto perfil” que tenían conocimiento de las irregularidades que se estaban cometiendo y que omitieron sus responsabilidades.
“Creo que él (Eduardo Ulloa) se vio en el futuro inmediato incapaz de poder impulsar un proceso que garantizara resarcimiento de justicia y prefirió renunciar”, advirtió el sociólogo al referirse a obstáculos políticos que enfrentaría el exprocurador para sacar adelante los procesos judiciales relacionados con el manejo de los centros de acogidas.
Ramos recalca que los temas de niñez y adolescencia deben evaluarse y responderse desde el contexto social, no con una visión jurídica punitiva, como al momento se ha hecho. En ese sentido, crítica los nombramientos de una abogado y una policía de carrera en las direcciones de la institución encargada de la protección de la niñez y adolescencia. ¿Qué hace una policía de carrera, jubilada, como directivo de Senniaf?, se pregunta.
El sociólogo insiste en la necesidad de despolitizar el Senniaf, invertir recursos para proteger a los menores y a las familias y de cambiar el modelo de tercerización de los albergues.
“En estos momentos la niñez está en un estado de excepción. Las instituciones de niñez y adolescencia del país son fallidas”, concluye.
Hay que recordar que la Comisión de la Mujer, Niñez, Juventud y Familia de la Asamblea Nacional de Panamá realizó una investigación con alcances específicos, que eran demostrar si una serie de denuncias sobre posibles maltratos en los albergues fiscalizados por la Senniaf tenían sustento. Los resultados lograron comprobar que la tesis era cierta. El informe del trabajo de investigación se envió a la Procuraduría de la Nación que entonces dirigía Eduardo Ulloa. Además, se presentó en los medios de comunicación y a la faz del país. Días después, Ulloa renunció. La carta que a su salida dejó sigue siendo un documento con una claridad meridiana enorme de los alcances del problema de los albergues, del sistema de protección y derechos humanos de la niñez. En una línea plantea que una de las cosas que lo llevó a tomar esa decisión era la impotencia de trabajar en un sistema que era incapaz de garantizar los derechos de la niñez.
Pienso que era consciente de lo que tenía que hacer para que hubiese justicia. Y, eso que tenía que hacer no iba poder cumplirlo porque seguramente había demasiados obstáculos de carácter político partidista que se lo iban impedir. Y lo planteó con claridad. Regresemos a esa carta: palabras más palabras menos dijo: 'Estoy frustrado porque las instituciones que deben garantizar el bienestar de los niños no están en las condiciones de hacerlo'. Eso es lapidario. Lo que dijo Ulloa es grave. Entonces sí creo que él se vio en el futuro inmediato incapaz de poder impulsar un proceso que garantizara resarcimiento de justicia y prefirió renunciar.
El presidente designó a (Javier) Caraballo como procurador interino. Sabemos que existen 25 causas abiertas, tres penas en firmes, en torno a la investigación. Esa es otra evidencia de que el problema existió y existe. Sin embargo, figuras de alto perfil político no han sido ni investigados ni llamadas a atestiguar. Me estoy refiriendo a exdirectoras y exmiembros de las juntas directivas de la Senniaf. Una de las cosas que quedó demostrado en la investigación es que la situación no era nueva, que por lo menos había informes oficiales que daban cuenta de múltiples irregularidades que venían sucediendo, que se venían cometiendo en los mal llamados alberges y centros de protección. Pienso que las figuras de alto perfil político tienen y deben ser llamados a indagatoria para que quede despejado el grado de culpabilidad, que puedan tener tomando en cuenta que los funcionarios públicos no solo pueden ser señalados por una falta administrativa o por un delito porque lo cometan sino también por la omisión.
Creo que los ajustes que se han hecho son de forma. Después de la renuncia de Mayra Silvera, que también presentó una carta reveladora al poner a disposición su cargo, se abre el compás para la selección de nuevos directivos del Senniaf. Así cumplió con esa formalidad. En este punto hay una cosa que llama la atención. Al margen del nivel formativo que tenga (Graciela) Mauad, una abogada, seguimos con esa adición jurídica punitiva en los temas de niñez, que es de carácter social, que se entiende, que se explica y que se responde desde lo social. Yo creo que eso también es parte del problema.
En la selección de los directivos nos llama la atención que se designó a la licenciada en defensa nacional y seguridad pública, Marlin Tello, como subdirectora. Eso para mí es preocupante porque no terminamos de entender que los temas de niñez son sociales y que no se van a resolver con una visión irregular, punitiva y autoritaria. ¿Qué hace una policía de carrera, jubilada, como directivo de Senniaf? Al parecer va renunciar (Tello) y se va incorporar a otra policía. ¡Eso es preocupante!
Aparte de eso en el Legislativo se han presentado varios anteproyectos de Ley. Uno es para reformar la Ley de Senniaf. Se ha estado discutiendo también la construcción del sistema de protección integral de niñez y adolescencia, que era una de las cosas que adolecía un país con tanta bonanza y riqueza. Y, eso que muchos de los interlocutores vinculados a los sectores élites venden al país como la gran panacea, pero somos incapaces de tener la institucionalidad que garantice los derechos de niños y niñas. Somos incapaces de erradicar la pobreza en la niñez.
Se han estado presentado anteproyectos de ley. Estos son los principales, sin embargo, creo el problema de raíz está es la institucionalidad de la niñez que está socavada por los vaivenes políticos porque sencillamente cada cinco años los puestos son una especie de bingo o lotería del partido que llegué al poder. Es imposible que haya planes, políticas y proyectos porque sencillamente es una institución socavada por el clientelismo político.
Es un presupuesto pírrico. Somos el segundo país que menos invierte en temas sociales. Ahora la directora de la Senniaf estaba en la Asamblea sustentado la vista presupuestaria para 2022. Ella solicitó entre $14 y $15 millones. Entre recortes, esto va quedar en $9 millones, $3 más de los que tuvo en 2021. Es un presupuesto pírrico, que se lo traga el funcionamiento de la institución. Entonces, es muy difícil que haya cambios sustantivos sino vemos de raíz el problema.
Hay otro elemento que es modelo de tercerización de la atención de los niños, niñas y adolescentes que llegan a los albergues y centros de protección. Para mí ese modelo de tercerización que se instaló en la última década es un profundo fracaso. Hay alrededor de mil niños albergados. ¿Es incapaz el Estado de Panamá de atender a mil niños? Somos capaces de construir un nuevo juego de esclusas, de administrar un Canal, pero incapaces incapaces de garantizar el bienestar mínimo a 1,000 niños.
Tengo información que ha habido nombramientos internos nuevos en el Senniaf. Se los están pasando a expolicías y a exmiembros de las instituciones de seguridad del Estado. Es totalmente irracional desde la lógica de las infancias pensar que con intención punitiva, autoritaria y represiva vamos a solucionar los problemas de niñez y adolescencia. Eso no se soluciona de esa manera Señor Presidente. Se soluciona con inversión social de niñez. Se soluciona con instituciones sólidas. Se soluciona con planes y proyectos a largos plazos, con instituciones con el personal adecuado, que no sucumba ante el clientelismo político. .
El aumento sistemático de las denuncias de violencia contra los niños, niñas y adolescentes, en su gran mayoría, se dan en el círculo familiar y eso no es de ahora. Por lo menos lleva una década. En los últimos diez años se han triplicado los casos de abusos y violencia contra esta población. Y, con la pandemia estas situaciones anómalas nuevamente se han incrementado. La pregunta que nosotros debemos hacernos, tú como periodista y yo es, ¿cuál es la política pública de este país en el tema de violencia? Y, dentro de esa política pública, ¿cuáles son los objetivos que el gobierno se ha trazado para reducir la violencia de niños, niñas y adolescentes? La respuesta es que no existe política pública para prevenir la violencia. Puedes preguntarle a cualquier ministro del Gabinete cuál es la política social para prevenir la violencia, simplemente no tenemos política para prevenir la violencia.
Hay tres instituciones sociales que están involucrados en el desarrollo de la infancia: la familia, la escuela y los medios de comunicación. En Panamá no se invierte en familia. Aquí no hay planes para fortalecer a la familia. Los hombres y las mujeres que intentan establecer una unidad familiar encuentran obstáculos grandísimos como por ejemplo poder acceder a una vivienda digna, contar con un empleo digno, con los recursos necesarios para poder garantizar desde la canasta básica alimenticia para los niños y niñas. Si quisieras fortalecer a la familia tendrías que estar viendo los temas de salud, de vivienda, de educación. Aquí no pasa.
En el tema de la escuela ni se diga. El sistema escolar panameño es un desastre. Hay una estadística que creo es la más contundente que establece que el 50% de los niños que entran a primer grado no terminar el sexto año. El sistema panameño es una gran máquina de expulsión de niños y niñas.
También están los medios de comunicación. Cuando analizas las campañas políticas hay todo un discurso elaborado en torno al futuro de la niñez, pero en la práctica no lo estamos haciendo. No estamos cumpliendo lo que dice el Artículo 56 de la Constitución de la República que el Estado garantizará el bienestar a los niños y niñas. En estos momentos la niñez está en un estado de excepción. Las instituciones de niñez y adolescencia del país son fallidas. El futuro no es halagador para nada y pinta gris... pinta mal.