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En 2020 se reportaron 1,844 embarazos más que en 2019
- 11/04/2021 00:00
- 11/04/2021 00:00
En 2020, cuando el país pasó cinco meses en confinamiento debido a la pandemia por la covid-19, los embarazos aumentaron en comparación con el año 2019.
Cifras preliminares del Ministerio de Salud (Minsa) dan cuenta de que en 2019 se atendieron 34,209 mujeres embarazadas y en el año de la pandemia, 36,053; 1,844 embarazos más.
Las regiones de Panamá, Chiriquí y la comarca Ngäbe Buglé son las que más embarazos reportan en 2020.
Las nuevas madres y los recién nacidos fueron recibidos por una cruda realidad, según Unicef, y debieron enfrentarse a medidas de contención a nivel mundial, como los aislamientos y los toques de queda; el desbordamiento de los centros de salud debido a la respuesta a la enfermedad; la escasez de equipos y suministros.
Los datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) revelaron en marzo de 2021 que la pandemia de covid-19 tuvo un saldo de 1,4 millones de embarazos no deseados en 2020, al generarse la suspensión de los servicios de planificación familiar para centrarse en el combate al nuevo coronavirus.
La información recolectada por el Unfpa en 115 países de renta baja y media muestra que la atención de salud sexual y reproductiva se interrumpió en una media de 3,6 meses, cuando los sistemas sanitarios no se daban abasto para atender los casos de covid-19, y los gobiernos establecieron medidas de confinamiento y cerraron las actividades con el fin de controlar la transmisión del virus.
La emergencia dejó sin acceso a los programas anticonceptivos a unos 12 millones de mujeres.
“Los embarazos no se detienen por la pandemia o por las crisis. Debemos asegurarnos de que las mujeres y las niñas tengan acceso ininterrumpido a anticonceptivos que salvan vidas y a medicamentos para la salud materna”, dijo Natalia Kanem.
Las cifras preliminares del Minsa, por otra parte, detallan que en 2020 9,724 niñas y adolescentes se convirtieron en madres. El Minsa clasifica en el control de embarazos a las adolescentes entre los 10 y 19 años de edad.
Panamá instaló el pasado 8 de abril el Consejo Nacional de la Madre Adolescente (Conama), organismo que se encargará de desarrollar una ruta de trabajo en favor de los derechos de las niñas y adolescentes embarazadas, una de las problemáticas sociales que requieren ser atendidas en el país.
La primera dama de la República, Yazmín Colón de Cortizo, indicó que la instalación de este consejo es el punto de partida para abordar todo lo concerniente a un tema de salud pública multifactorial que genera mucha preocupación en la sociedad panameña.
“Este consejo permitirá que los jóvenes crezcan con información, conocimiento, educación, y con un acompañamiento oportuno, en una etapa tan importante y especial de sus vidas”, agregó.
A su vez, la ministra del Mides, María Inés Castillo, explicó que con la hoja de ruta se realizará un proceso de consultas en todo el país que permitirá identificar las necesidades, prioridades y retos que sentarán las bases para establecer una ruta de trabajo, a fin de abordar temas puntuales relacionados con los embarazos prematuros y las políticas de apoyo a las jóvenes.
Sostuvo que estas acciones se deben ejecutar en las próximas 11 semanas, como parte de una agenda que acelerará el trabajo de esta dependencia social.
Según cifras oficiales, Panamá registra una tasa de fecundidad de un 20% en adolescentes. La comarca Ngäbe Buglé presenta el 40% de los casos, seguido de Panamá este con un 38,4% y Bocas del Toro con un 35,7%.
“Los embarazos en adolescentes son el resultado de un problema social que incide directamente en el desarrollo económico de Panamá, el cual tiene su génesis en diversas fuentes y todas apuntan a la necesidad de fortalecer la educación en los jóvenes, ya que los resultados reflejan que los embarazos precoces son más frecuentes en los estratos de menor ingreso y en la población de mujeres de bajos niveles educativos”, detalló la titular de la cartera social.
Por su parte el embajador de la Unión Europea en Panamá, Chris Hoonaert, sostuvo que el embarazo adolescente es un problema de magnitud considerable en América Latina, en América Central, y también lo es en este país.
Hoonaert agregó que “la política educativa tiene que dar un aporte clave a la prevención del embarazo adolescente. Me refiero a una educación sexual integral que guíe a los docentes de las escuelas, y brinde a la población de niños y adolescentes información clave para su empoderamiento y la toma de decisiones libres e informadas sobre su sexualidad”.
En la actividad participaron representantes del programa para la Cohesión Social de América Latina (Eurosocial) que brindará asesoría y acompañamiento en el trabajo que tiene por delante Conama.
El organismo estará representado por miembros del Ministerio de Salud (Minsa); del Ministerio de Educación (Meduca); del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel); de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf); de la Caja de Seguro Social (CSS), del Órgano Judicial, Jurisdicción de Niñez y Adolescencia; de la Autoridad Tradicional Comarcal; del Consejo Nacional de la Juventud, y de organizaciones no gubernamentales.