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Gabriel González, un grito de guerra por la inclusión
- 28/09/2019 01:06
- 28/09/2019 01:06
Gabriel González (Ciudad de Panamá, 1978) nació en un mundo de silencio que no escogió. Hay algo de ingenuidad en su mirada, pero mitiga esa percepción con su solidez y la osadía de sus aspiraciones. Lleva por dentro una máquina defensora que no pretende aplacar hasta que logre un país más inclusivo y más tolerante. Lamenta que muchos subestimen las habilidades de las personas con discapacidad auditiva. No acepta que el término sordomudo sea utilizado en la sociedad, es peyorativo. Por ello ‘urge que la sociedad conozca el verdadero concepto', dice. Gabriel ha sido un hombre forjado en la cultura, en las expresiones artísticas. Su padre ostentaba una colección importante de pinturas de artistas panameños y eso hizo que le llamaran la atención los cuadros con colores estridentes. De pequeño miraba a las personas ‘que se movían en un espacio de vibraciones, señales' y despertó en él esa curiosidad de observar al detalle cada partícula de este universo. Hoy, con 44 años, puede presumir de ser el único y primer ministro sordo de Panamá. Un grito de guerra por la inclusión. Son las dos de la tarde y arranca la entrevista. Massiel Vargas y Mabriel Rodríguez, sus intérpretes, nos acompañan. Estrena su despacho en el nuevo Ministerio de Cultura (antiguo Instituto Nacional de Cultura), compartiendo la algarabía del logro. ‘Gabo', como lo llaman sus amigos, dejó atrás su situación y convirtió su discapacidad en un mural de oportunidad. Aquí nuestro viceministro de Cultura.
Gabriel es un pintor, también es arquitecto de diseño de interiores, y además un hombre que apoya y defiende a las personas con discapacidad. Soy un defensor, ahora dentro del Gobierno, para que se puedan lograr muchas cosas enfocándonos en el tema de cultura inclusiva. Queremos ver que las personas con discapacidad cambien su estilo de vida y sean felices. Y puedan participar en las diferentes actividades dentro del Ministerio y que se sientan como familia.
Leí por ahí que creció impregnado de arte y que esto le impulsó a su primer contacto con el lienzo...
Es el nuevo viceministro de Cultura
Expresionismo abstracto: Según relata el pintor Aristides Ureña Ramos, ‘los padres de ‘Gabo' notaron muy temprano la inquietud por el dibujo y su gusto del mundo artístico, pero le aconsejaron que primero sería útil una buena profesión y después ‘lo que venga”. Por ello, Gabriel se graduó de arquitecto en la Universidad de Washington, pero nunca pensó en claudicar su inclinación al arte. Recibió clases del maestro de la abstracción en Panamá, Antonio Alvarado. Entre sus exhibiciones individuales se encuentra: ‘Viaje a las Estrellas' (Klaus Steinmetz Arte Contemporáneo), ‘Polychromes' (Viota Gallery), ‘Gabriel González' (Quintessentially, Espacio Panamá, y ‘Political Abstraction' (The American Collection).
Así es. Mi padre era coleccionista de cuadros. Crecí viéndolos. Me fascinaba. Los colores influían en mí y me transmitían sentimiento. Me hacían feliz. Todavía no había estudiado la pintura, pero ya la amaba, me gustaba hacerlo. Pero me enfoqué en una carrera universitaria.
¡Wuao! La cultura es algo que abarca muchas cosas. No hay cultura sin inclusión. En mi corazón, puedo decir que por muchos años he buscado la cultura inclusiva y siento que necesitamos esforzarnos en este tema. Importante afianzar que este tema no es fácil. Necesitamos organizarnos, para poder lograr, con el tiempo, que las personas con discapacidad y las familias puedan relacionarse. La idea es que todos podamos lograr en este país un cambio de estilo de vida y seamos personas felices.
Ahora que estamos aquí, que llegamos al INAC, y ahora como Ministerio, estuve buscando el tema de accesibilidad, de los intérpretes, el tema de igualdad de oportunidades y me encontré en un país donde no existía nada. Si hablamos de obras de teatro, no encontramos fácilmente algún actor con discapacidad. No soy el único como persona con discapacidad. Tenemos en Panamá más de 500 mil personas con esta situación. Lo importante es que cada una pueda sentir fuerza en su propio quehacer diario.
No me gusta hablar de cosas negativas, me gusta hablar en positivo. Pero la verdad es que no se ha logrado mucho. Hace unos 15 años se lograron algunas cosas en temas de discapacidad, pero en los dos gobiernos anteriores se derrumbaron los pequeños logros. Me angustia que las personas no saben nada de cultura, se está perdiendo. Nosotros ahora necesitamos más fuerza, construirla. Debemos afianzar nuestra identidad, que seamos más felices por ser panameños. De nuestra gastronomía, de nuestro folclore, de nuestra ropa típica.
La accesibilidad. No la hay. También el mal tratamiento al concepto de la discapacidad. Por ejemplo, si vamos a un lugar, un seminario o una charla, y me dicen sordomudo, yo, según mis derechos, puedo interrumpir la actividad, porque no me pueden llamar así, no es así. Se debe decir persona sorda. También cuando dicen ‘personas discapacitadas', así no se nos llama, somos ‘personas con discapacidad'. La verdad, soy muy exigente en este tratamiento. Además, dentro del INAC, con sus diferentes nuevas direcciones, podemos promover y exigir el acceso al lenguaje de señas. Vamos a intentar que todo el mundo aprenda la lengua de señas, tenemos que cambiar ese ‘chip'. Tenemos que empezar a encajar con las personas con discapacidad y aprender a comunicarnos de una forma correcta.
‘Hace unos 15 años se lograron algunas cosas en temas de discapacidad, pero en los dos gobiernos anteriores se derrumbaron los pequeños logros. Me preocupa que las personas no saben nada de cultura, se está perdiendo.
Queremos lograr, como primera decisión, llevar a la comunidad de personas con discapacidad a actividades inclusivas. Queremos que Panamá se vea en el mundo como un país inclusivo. Queremos que haya intérpretes en la televisión nacional.
Un artista plástico con más de cien exposiciones individuales, ¿se planteó alguna vez ocupar este cargo?
La verdad es que no pensaba esto para mi futuro, lo que prevalece en mí es la voluntad de trabajar. Pensar en las metas. Antes pensaba cuál puesto sería el indicado para contribuir con la cultura y, sobre todo, con defender la inclusión, y considero que este ha sido el indicado. La cultura encaja conmigo, con lo que soy. La responsabilidad que tengo ahora es muy grande, tengo que agradecer al ministro Carlos Aguilar y al presidente ‘Nito' Cortizo. Estoy aquí para ayudarlos a transformarlo en un Ministerio de Cultura diferente. En Latinoamérica no hay ministros ni viceministros con discapacidad. Imagina si hubiese un presidente con discapacidad, sería una excelente representación y evitaríamos la discriminación. Queremos más personas con discapacidad en todos los cargos.
La verdad, podría contarte muchas cosas y podríamos pasar toda la vida hablando de esto. No pienso que soy una persona sorda y ya. Me he dado cuenta de que las personas me han señalado como una persona ‘sordomuda' y esto no es así, me subestiman porque piensan que no sé muchas cosas, pero cuando escuchan a mi interprete (porque a mayoría del mundo no conoce el lenguaje de señas), pues ya se dan cuenta de lo que tengo dentro. Muchas galerías, en el mundo, me envían peticiones para exponer mi arte, pero nunca les digo que soy una persona sorda. Recuerdo una vez, cuando llegué a una galería en el exterior, el dueño se sorprendió de que yo era una persona sorda y se sintió un poco incómodo: en el mundo hay mucha discriminación y se sorprende que una persona sorda pueda lograr tanta cosas y que sea exitosa.
A eso iba. Hay un mundo contaminado de racismo, xenofobia y discriminación, ¿en qué nos hemos convertido los seres humanos?
Tenemos que aprender a respetarnos entre todos. La cultura nos debe unir. No importa que seas de diferentes etnias, ni diferentes países. Todos somos de un mismo lugar. Necesitamos encajar todos como seres humanos.