Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 08/04/2019 02:01
En tiempos de esperanza y oportunidades
Es fácil percibir que la ciudadanía ha perdido entusiasmo y credibilidad por las elecciones. Elegir es una obligación para todos los que queremos un país con mejores y mayores oportunidades para todos; mas, cada cinco años aparecen propuestas que más que alegrarnos, nos llenan de frustración y desesperanza.
Hemos elegido mal muchas veces, hemos cometido el error de utilizar criterios equivocados para escoger a los funcionarios de puestos de elección. La clase política sigue siendo la misma. Hay y habrá buenos y malos candidatos, según el criterio de cada quien, pero está en cada uno analizar la hoja de vida, equipos y propuestas para saber quiénes son las figuras que mejor nos pueden representar.
Hay mucha gente valiosa que se ha alejado de la política, porque la percibe como mala. Eso es un error, porque dejamos que otros sigan influyendo en el destino de la nación. Deberíamos ser más agresivos y atrevernos a participar para garantizar los cambios.
La democracia es el mejor de los sistemas, sin duda alguna. Los partidos políticos son otro ejemplo de organizaciones que han sido denigradas, pero de allí es que salen los políticos que quedan en los puestos públicos y definen la ruta del éxito o el fracaso para el país. A pesar de todo, casi el 50 % de la ciudadanía en edad para el voto pertenece a un partido político.
El sistema de candidaturas de los independientes necesita una revisión. Más hay quejas sobre las posibilidades y condiciones de igualdad que tiene un candidato independiente en comparación al de un partido político.
Falta cultura política, formación ciudadana, en valores y más que todo junto, esperanza. Hemos perdido la esperanza y simplemente votamos porque es algo que cada cinco años tenemos que hacer.
La esperanza es una virtud, es una forma de enfrentar la vida y los retos. Es una forma de recuperar la confianza, esa confianza perdida que merece que nos sentemos y revisemos a los candidatos que realmente tienen compromisos realistas para construir respuestas para el país.
Estos últimos años nos han permitido reconocer con más claridad las diferentes formas de corrupción y sus consecuencias. Esa corrupción que tiene a un país con tan altos índices de crecimiento como uno de los peores en distribución de la riqueza y la igualdad.
Algunos políticos piensan que los macroproyectos lo son todo o que endeudar al país por más 25 000 millones los hace mejores que los que estuvieron antes. En su miopía política, dejan de lado que esa deuda, más la de los proyectos llave en mano, le están restando oportunidades a sectores más necesitados del país. Todo esto es un error, la gente debe ser el centro de los planes de desarrollo y eso significa también realizarlos de la forma en que menos afecten negativamente a las personas.
Son los tiempos en que la ciudadanía necesita paz y seguridad, estabilidad y alegría, tiempo y calidad de vida. Para eso todos tenemos que intervenir para que la campaña sea de propuestas y no más campaña sucia que afecta tanto a los atacados como a los que creen que con artimañas de ese tipo pueden cambiar la voluntad popular.
CONSULTOR
‘Falta cultura política, formación ciudadana, en valores y más que todo junto, esperanza. Hemos perdido la esperanza [...] votamos porque es algo que cada cinco años tenemos que hacer'