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- 28/06/2024 11:18
Reto del nuevo gobierno: La atracción de inversiones
Al iniciar la nueva administración gubernamental, esta se enfrenta con el reto monumental de atraer inversiones extranjeras a nuestro país como una fórmula eficaz de materializar las metas y proyectos prometidos durante la campaña electoral.
Pero ¿cómo se puede lograr que nuevos inversionistas lleguen a nuestro país con la disposición de inyectar cientos de millones de dólares a la economía panameña? La respuesta es muy concreta: generando confianza. Para ello, el gobierno debe proponerse una intensa promoción internacional del Estado ante los distintos mercados y centros de comercio mundial. Simultáneamente, debe atender problemas internos que han debilitado la confianza pública del Estado como socio estratégico.
Para atraer nuevos inversionistas, también es necesario revisar el tratamiento que se ha dado a los inversionistas que ya están en nuestro país. Este antecedente siempre será una medición necesaria y un generador de confianza. Es por esto por lo que las relaciones del Estado anteriores a la llegada del nuevo gobierno deben ser atendidas de forma especial y abordadas con agilidad.
Al revisar cuántos tratados de protección de inversión internacional ha suscrito Panamá, encontraríamos una lista de países que incluye a Argentina, Alemania, Canadá, Chile, Corea, Estados Unidos, España, México, Países Bajos, Reino Unido, República Dominicana, República Checa, Suecia, Suiza, Ucrania, Uruguay. En este universo de países, vale la pena hacer una revisión de los conflictos pendientes de dirimir con inversionistas de estas nacionalidades y alcanzar arreglos que permitan potencializar las relaciones recíprocas. Es decir, si la República de Panamá ha suscrito este tipo de acuerdos, debe enfocarse en sacar la mayor ventaja posible promocionando y fortaleciendo este marco especial de protección.
Salir al mundo y competir por atraer inversiones debería ser una tarea prioritaria del nuevo gobierno. Son muchas las exigencias sociales que no pueden depender exclusivamente de los recursos públicos, lo que implica reconocer que sólo un Estado de derecho fortalecido logrará ser un impulsor del desarrollo en general.
Eliminar cualquier conflicto con estos inversionistas es un ganar-ganar para el Estado panameño, un modo de iniciar una nueva etapa, con reglas claras y sin señalamientos que afecten la confianza del Estado como socio comercial.
En este sentido, el tema más visible en los últimos tiempos es la inversión minera en el área de Donoso. Recordemos que, luego del fallo de inconstitucionalidad, persiste sin ser atendido el tema de una inversión realizada al amparo de la voluntad estatal, que debe encontrar una solución a corto plazo. La existencia de esta situación es una desventaja comparativa para el Estado panameño en relación con otros países que promueven inversiones en sus territorios y no mantienen conflictos.
Resulta de gran importancia revisar el historial de las inversiones realizadas en nuestro país y así poder medir el aporte tangible de cómo el país y la sociedad panameña se han beneficiado de estas inversiones de forma directa. Destaco que de forma reciente se encuentran casos como el de Cobre Panamá, el cual tiene cientos de testimonios de vidas transformadas ante lo que fue contar con un empleo bien remunerados y la posibilidad de garantizar acceso a beneficios laborales a largo plazo para miles de familias. Estas son razones suficientes para que la búsqueda de inversiones por parte del nuevo gobierno sea una tarea inmediata, y también motivos suficientes para buscar entendimientos en todo momento con las inversiones que contribuyen al desarrollo de nuestro país.
Es importante resaltar que la fórmula eficiente de resolver los conflictos implica siempre encontrar la causa primaria de cualquier distanciamiento. En el caso de una inversión ya realizada, como el tema de Donoso, es reconocer compromisos y alcanzar acuerdos, por muy compleja que sean los antecedentes.
El nuevo ministro de Comercio e Industrias, en esta línea de pensamiento, debería facilitar cuanto antes la comercialización del concentrado de cobre almacenado, cosa que no hizo el Ministro saliente e implicó que fuese denunciado por omisión en sus funciones de acuerdo con el propio Código de Recursos Minerales, como una fórmula para allanar el camino que permita cualquier diálogo.
Por otra parte, el nuevo Gobierno debería hacer una radiografía sobre el origen de la inversión y los compromisos de protección de las inversiones que se encuentran pendientes de atender. Esta información es valiosa como una fórmula eficiente de presentar a la sociedad panameña información de calidad que permita dimensionar los riesgos de no encontrar soluciones a corto plazo.
En definitiva, atraer inversiones significa evaluar el propio comportamiento del Estado panameño en todas las fórmulas en las que su papel como socio estratégico pueda ser cuestionado.
Finalmente debemos puntualizar que atraer inversiones significa de forma directa generar empleo y generar empleo es dar seguridad a la población panameña, la cual busca diariamente proveer directamente a sus familias la satisfacción de las necesidades esenciales de vida.
Por esta razón, creo que el tema de las inversiones debe ser un asunto prioritario en abordarse en el nuevo gobierno, procurando siempre mejorar la perspectiva actual que se tiene de nuestro país como socio comercial y promoviendo la confianza internacional en nuestro Estado de derecho al dirimir los conflictos existentes con un dialogo constructivo y propositivo.
El autor es abogado