• 08/05/2020 00:00

¿Mi último artículo de opinión?

Posiblemente este sea mi último artículo de opinión, de los múltiples enviados, siempre a La Decana de la Prensa Istmeña, a lo largo de muchos años.

Posiblemente este sea mi último artículo de opinión, de los múltiples enviados, siempre a La Decana de la Prensa Istmeña, a lo largo de muchos años. En efecto, he considerado dejar planteado un llamado final sobre la necesidad de crear un nuevo partido político, posiblemente con el nombre de PARTIDO UNIÓN NACIONAL.

En este, como en otros aspectos, coincido con el planteamiento que nos ofrece en su libro más reciente mi exalumno de la Facultad de Derecho, embajador Guillermo Cochez, de amplias ejecutorias en la política nacional e incluso significativa experiencia internacional.

Ya al final de ese importante aporte al análisis de nuestro acontecer político sobre todo de los últimos 30 años, se pregunta Cochez si “¿Será el momento de crear nuevos partidos que le den cabida a gente valiosa… o sería mucho pedir a los actuales dirigentes políticos que se percaten del despeñadero al que su egoísmo y falta de visión política conducen al país?”, (página 298).

Ya había manifestado Cochez (p. 77) lo imperativo de “comprender las complejas realidades políticas, económicas, sociales y hasta culturales de la región que a todas luces eran el caldo de cultivo para el fortalecimiento y expansión” de dictaduras como la de Hugo Chávez en Venezuela. Y cita igualmente después a Jane Kirkpatrick (p. 142), quien “como académica, se había adiestrado para buscar la verdad, pero como diplomática, a veces su detestable función era ocultarla”.

En nuestro caso, y así lo hemos manifestado repetidamente en el pasado, lo que necesitamos es verdaderos equipos de Gobierno, y de grupos consultores pequeños, tal vez remunerados a base de un estipendio por su asistencia a reuniones de trabajo, ojalá del más alto nivel. Naturalmente, tenemos que considerar a compatriotas y hasta extranjeros con estudios completados dentro y fuera del país o con excepcional experiencia en sus correspondientes profesiones o actividades.

También hemos insistido en la necesidad de seleccionar a compatriotas auténticos dentro de los distintos organismos del sector civil, tanto profesionales como de agrupaciones cívicas, al igual que componentes activos de organizaciones dentro de los diversos segmentos del sector privado. Incluidos los componentes del viejo Conep, que agrupen a los sectores más significativos de la actividad económica. De esta especie de Super Cámara de Comercio fui asesor legal en aquellos días en que la Asamblea Nacional estaba disuelta y suspendida indefinidamente, al igual que también la Universidad de Panamá estaba clausurada.

Cuando me refiero a compatriotas auténticos, estoy pensando en personas que han demostrado participación cívica y beligerancia en la consideración de los más serios problemas nacionales: los históricos de siempre y los más apremiantes de hoy.

Con estos parámetros podemos ir formando un gran nuevo partido político con la ayuda de la llamada fórmula ABC, especialmente entre profesionales afines, en la cual cada persona encabeza un grupo, en el cual cada uno de sus miembros a la vez hace lo propio en escala descendente.

Lo que requerimos es una actuación en función del interés nacional y más allá del cálculo personal y crematístico solamente. Por supuesto que la resolución de nuestros males endémicos no se encuentra expedita ni solo en más leyes, sobre todo cuando tantas buenas ni se conocen ni se cumplen, y por tanto es como si no existiesen. Lo que impostergablemente requerimos es la gestión de ese auténtico equipo de Gobierno a que hemos hecho referencia.

(*) Posgrado académico en Derecho de la Universidad de Londres, London School of Economics and Political Science.

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