• 06/09/2023 00:00

Imitemos a Balboa

“[...] hay un indio que nos informa de una cantidad de agua disponible allá al oeste del Canal, que sin ninguna duda ayudará a mejorar, y sobre todo a asegurar y extender por varios años más, la operación eficiente de nuestro canal”

A Balboa le tomó 25 días avistar lo que el indio le informó. Que no nos tome 25 años a nosotros aprovechar lo que este indio nos ofrece...

Nacido en Jerez de los Caballeros, provincia de Badajoz, España, el adelantado Vasco Núñez de Balboa, luego de un periplo intenso, logra descubrir el mar del Sur en el año 1513. Lo anterior es medio cierto o, dicho de otra manera, es una verdad a medias. El océano Pacífico era conocido por las tribus desde el norte hasta el sur del continente. Nuestros originarios habitaban, navegaban y realizaban sus labores de pesca y recolección de perlas, en sus aguas y playas.

Balboa no pudo haber descubierto algo que ya se conocía. Lo que logró fue avistar un mar cuya existencia él y el Viejo Mundo desconocían y esa fue su hazaña: llegar a esa costa, bajar hasta el mar e informar a la Corona española sobre su existencia.

Pero lo más notable de ese mal llamado “descubrimiento” es que no existió la casualidad o la sorpresa, toda vez que el indio Panquiaco (hijo del cacique Comagre), les informa sobre esa masa de agua allá detrás de las cordilleras, y por esa información es que los españoles deciden ir a conocerla. Y es que apenas Balboa lo supo, no dudó en iniciar el viaje para confirmar su existencia. De inmediato preparó a su personal y aprovechó, a los locales como guías, fuerza de apoyo y logística. Así, en tan solo 25 días, después de muchas luchas y duro camino, logra ver el mar del Sur. Los beneficios de este hallazgo son harto conocidos.

Hoy, quinientos diez años después, hay un indio que nos informa de una cantidad de agua disponible allá al oeste del Canal, que sin ninguna duda ayudará a mejorar, y sobre todo a asegurar y extender por varios años más, la operación eficiente de nuestro canal. Emulemos a Balboa y, “descubramos”, raudos esa fuente de agua que tanto necesitamos, y por supuesto, otras que nos presentan posibilidad de uso como lo son Bayano, Coclé del Norte y otros.

Hace 20 años se publicaron los resultados del informe solicitado por el Canal; “Diseño de factibilidad para el proyecto de suministro de agua de río Indio” (Contrato CC-3-536, Orden de trabajo 0003 de 1 de septiembre de 1999), realizado por la empresa Montgomery Watson Harza y entregado en abril del 2003. Aunque no estaba completo por falta del análisis geológico y otros, concluía que había la factibilidad técnica y recomendaba la utilización de las aguas de este río para asegurar la operación canalera.

Dicho estudio estimó un costo de construcción total del proyecto en $230.4 millones en los que el 11 % ($26 millones) correspondía a la adquisición de las tierras y asentamientos. Así mismo indicaba que los aportes de esta cuenca podrían incrementar hasta 15 nuevos esclusajes por día con una confiabilidad del 99.6 %. Esto representa 1 500 000 m³/día que refrescarían nuestros lagos; ayudarían a reducir la intrusión salina (salinidad en los lagos), que se incrementó con las nuevas esclusas, y asegurarían más disponibilidad de agua para las potabilizadoras.

Si seguimos esperando más estudios para considerar otras alternativas, con seguridad que los costos de este proyecto serán más elevados. Siendo esta la fuente más próxima al Canal, es menester nacional actuar cuanto antes. Los efectos actuales del fenómeno de El Niño nos lo recuerdan a diario.

A Balboa le tomó 25 días avistar lo que el indio le informó. Que no nos tome 25 años a nosotros aprovechar lo que este indio nos ofrece.

Con seguridad que los administradores del Canal reconocen esta necesidad mejor que nadie y a la vez saben de la posibilidad de esta excelente opción, pero personalmente me preocupa el aparente retraso por el inevitable incremento en costos de construcción que representa no realizarlo ya, sobre todo por el impacto que significaría el acaparamiento para especulación por personas que conocen la importancia de estas tierras que son necesarias para la realización de la obra.

El Canal lo necesita, nosotros lo necesitamos, entonces, ¡adelante sin más dilación!

Socio del Canal (como todo panameño).
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