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- 18/12/2009 01:00
Un Titanic se hunde
Los amantes de la naturaleza, como yo, teníamos muchas expectativas sembradas en la Cumbre del Cambio Climático, que culmina hoy en Copenhague, Dinamarca. Sin embargo, la falta de compromiso de los líderes mundiales frente al tema del calentamiento global nos deja un amargo sabor en la boca.
A mi juicio, es imposible que la ideología política de las naciones participantes, las rivalidades y la mala organización de la cita hayan privado por encima de los intereses de la Humanidad. ¿En manos de quiénes está el mundo?, es mi pregunta. De hombres y mujeres insensibles, incapaces de reconocer errores y corregirlos.
Por todos es conocido que el cambio climático es la peor amenaza para el ser humano y la naturaleza. Cansados estamos de repetir esta sentencia y de escucharla en los medios de comunicación. Sin embargo, nadie asume con seriedad y responsabilidad el fenómeno, que podría acabar con la vida sobre la Tierra.
¿Qué hay que esperar? ¿Acaso tiene que darnos un cuerazo la naturaleza para empezar a tomar conciencia?
La Cumbre de Copenhague ha sido una burla a los que confiamos en el buen juicio de las delegaciones. Tanta plata gastada en vano, bien podría haberse usado para empezar a invertir en energías renovables y proyectos de reforestación, que eliminen el temible dióxido de carbono, principal causante del aumento de la temperatura del Planeta.
¿Acaso no somos los seres humanos capaces de remediar el daño que causamos por siglo y medio de industrialización?
¿Qué pasa? Reflexionemos y asumamos actitudes responsables con el medio ambiente.
En Panamá no estamos muy lejos de esta realidad. La ciudad es un reflejo de los malos hábitos higiénicos y de consumo de la población, que afectan significativamente el ambiente y la Tierra. Las aceras, calles, avenidas y cada rincón del patio se encuentran invadidos de basura. Entre latas, plásticos y botellas se esconde la realidad: un pueblo cochino y falto de cultura.
En este artículo no quiero hablar de nuestros gobernantes. La responsabilidad con la vida de la Tierra, con la Humanidad, con las especies y la flora es de cada uno de nosotros. Es el momento de tomar decisiones. Aunque, la cumbre le confiere a los líderes reunidos en Dinamarca la oportunidad de cambiar la trágica panorámica que le espera a la Humanidad. Claro está que no han hecho buen uso de esa oportunidad.
¡Ahora nos toca a nosotros! Sí, a cada uno de ustedes que “ escucha mi voz ” a través de mi pluma. No dejemos que el calentamiento global nos consuma. Desde tu hogar, tu oficina, tu negocio puedes aportar tu granito de arena. Reduce energía, bota la basura en el lugar que corresponda, aprende hábitos de consumo, pero, sobre todo, toma conciencia de que el cambio climático amenaza a los tuyos.
No esperes que dentro de unos años tengas que lamentarte por no haber tomado hoy decisiones correctas para salvar la Tierra, como de seguro lo harán los líderes mundiales por no haber detenido el calentamiento.
La Tierra nos mira y una lágrima deja caer. En tus manos y las mías está la oportunidad de consolarla, porque la cumbre se perfila como el hundimiento de uno de los buques de pasajeros más elegantes y sofisticados de la historia de la navegación: “ Titanic ”.
*Periodista / Editora de la sección Planeta.mtesta@laestrella.com.pa