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- 25/03/2022 00:00
Historia del aborto
El aborto inducido existe desde la Antigüedad, desde el Antiguo Egipto, como lo podemos constatar, gracias al papiro de Ebers, redactado cerca del año 1500 a. C., en donde se encontraron varias recetas para la interrupción del embarazo, y en el papiro de Kahun, en donde se sugiere el excremento de cocodrilo como pocima abortiva.
En la Antigüedad el aborto era moralmente aceptado, no era considerado ni crimen ni delito. En la Antigua Grecia, Aristoteles y Platón pensaban que el feto carecía totalmente de alma al inicio de la fecundación. En la Antigua Roma, en los libros de Historia de Plinio el Viejo, se habla de métodos abortivos como a la hierba de Silphium.
A principios de la Edad Media, con el dominio de la Iglesia católica en todos los aspectos de la vida, se continúa con la creencia de que el feto no tenía alma, como lo sustentaban santo Tomás de Aquino (teólogo cristiano) y san Agustín (obispo de Hipona), que decían que los primeros 2 o 3 meses el feto carecía completamente de alma, por lo que el aborto era solo una falta y no un pecado. Postura que adoptó la Iglesia en el Concilio de Viena, convocado por el papa Clemente V. Solo será a partir del siglo XIX, en 1869, que el papa Pio IX, quien declarara que el feto tiene alma, que el aborto es un pecado, punible de excomunión. Parece contradictorio que la Iglesia, que torturó, quemó en la hoguera, hizo guerras santas, asesinó a miles de mujeres acusándolas de brujas, y a miles de herejes, ahora se meta a defender al nonato.
Durante toda la época moderna y contemporánea, la Iglesia y los más adeptos de sus feligreses, junto con su variante, los fanáticos religiosos, procurarán mantener un control sobre el cuerpo de la mujer y su sexualidad, a quien solo le asignarán el rol principal de ser madre. Es así que se prohibirán los métodos anticonceptivos, la planificación familiar, y claro está, el aborto. Sin embargo, las mujeres continuaban abortando, a puertas cerradas o en casas privadas, teniendo como consecuencia la muerte o la discapacidad de muchas mujeres.
En la actualidad, entre los feligreses de la Iglesia católica, existe una vertiente más liberal, son las “católicas por el derecho a decidir”, que apoyan el respeto del Estado laico, el libre albedrío, y el respeto de la Ley. Se basan en el derecho canónico, en el canon 1323, el cual exime de la pena de excomunión a la mujer que aborta, cuando se hace por necesidad, sobre todo en el caso de las menores de 16 años. También reafirman el libre albedrío de la mujer, que según ellas está establecido en el Concilio Vaticano II, “Gaudium et spes”, que establece que la mujer tiene derecho a elegir.
Habrá que esperar el siglo XX, para presenciar la lucha por el aborto terapéutico, la despenalización del aborto y el aborto libre, legal y gratuito.
Uno de los primeros países a legalizar el aborto será la Unión Soviética (1919), o sea Rusia y todos los países del este, que sabían que las que eran más penalizadas eran las mujeres pobres y trabajadoras. Luego vendrán Canadá y EUA. EUA legalizó el aborto en una sentencia histórica de la Corte Suprema de Justicia en 1973, conocida como el “caso Roe vs. Wade”, la argumentación será que “el derecho a la privacidad personal incluye la decisión de abortar”. En Europa los pioneros fueron: Dinamarca (1973), Suecia (1974), y Francia el 17 de enero de 1975, cuando se promulga la “Ley Veil”, que autorizaba el aborto libre y gratuito, y luego le seguirán los demás países europeos.
En América Latina los países donde es legal el aborto son: Argentina, Colombia, Cuba, México, Uruguay, Guyana y Puerto Rico. Los que tienen un aborto terapéutico, esto es en caso de que peligre la vida de la madre, luego de una violación o incesto o problemas de inviabilidad del feto son: Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay y Panamá; algunos son más restrictivos, ya que se aplica solo si está en peligro la vida de la madre, estos son: Belice y Costa Rica.
Sin embargo, hay países que cuentan con leyes totalitarias, injustas y discriminatorias, como lo son: Nicaragua, El Salvador, Repu´blica Dominicana y Honduras, que castigan hasta el aborto esponta´neo, que sabemos ocurre sin intención o voluntad de la madre, acusándolas de homicidio, con penas que van hasta 40 años de cárcel, lo que es cruel e inhumano.
El acceso a un aborto seguro constituye un derecho que debería tener toda mujer, para que no se vea forzada a recurrir a un aborto clandestino e inseguro, que pone en peligro su vida y la de las mujeres más pobres. La prohibición del aborto viola muchos derechos: derecho a la intimidad, a la privacidad, a la autonomía, e impone una cosmovisión religiosa y conservadora, sin respetar el derecho a la libertad de consciencia, de credo y sobre todo al libre albedrío.