• 28/02/2022 00:00

La hipocresía de las potencias

“El planeta coloca ahora la mirada en la región y el mundo decente y ético tiene que elegir -salvo excepciones pequeñas en occidente- el apoyo moral al David, [...]”

“De todo el reino animal, el peor depredador es el hombre”.

El mundo mira, asombrado y temeroso -por las inciertas consecuencias globales- el ataque masivo ruso contra Ucrania, una nación que lleva un par de siglos buscando su identidad real y su destino y Gobierno propio de su idiosincrasia social y cultural. Vemos hoy cómo una potencia mundial, con fuerzas armadas de un nivel aproximado a un millón doscientos mil soldados, contando sus reservistas, mientras que Ucrania apenas cuenta con un total aproximado a medio a doscientos cincuenta mil soldados -literalmente asustados, lógicamente, frente a una pantera blanca que enseña sus colmillos para tragárselos- con armas sofisticadas.

Estados Unidos y las potencias occidentales que conforman la OTAN están entre la espada y la pared. Cautos y frenados para intervenir directamente en un conflicto que ocurre “en un patio trasero” de los soviéticos, y hoy ante las sombras amenazantes de un botón atómico en una docena de manos en el planeta, una guerra global podría ser ni más ni menos que un apocalipsis. De la parte occidental solo caben protestas, amenazas de sanciones y guerras económicas de retaliación. ¡No se puede avanzar más, pese a lo desgarrador que terminará siendo la invasión liderada por Putin; mientras la prensa de guerra destaca que la huida masiva de ucranianos incluye a centenares de soldados uniformados de Ucrania! ¡Tal es el horror de ser aplastados en una guerra que es una crónica anunciada de una masacre rusa que terminará con la toma total de Kiev en un par de semanas y la imposición de un Gobierno títere!

El planeta coloca ahora la mirada en la región y el mundo decente y ético tiene que elegir -salvo excepciones pequeñas en occidente- el apoyo moral al David, atacado por distintos flancos y medios -aéreos, terrestres, navales-, por un todopoderoso Goliat que aniquila los esfuerzos del pequeño contrincante que hoy no le valen “ondas con piedras mágicas y certeras” para derribar al monstruo.

Nos vamos hacia el “atrás histórico”: también el planeta y sus gentes decentes y éticas pudieron registrar un 20 de diciembre de 1989, cómo un coloso militar -primero en capacidad mortífera en el mundo- enviaba a 27 000 soldados con una parafernalia de guerra atroz -con la excusa de un gemelo anglosajón de Putín- de apellido Bush, quien daba la excusa ridícula y grosera de enviar la fuerza militar estadounidense más grande luego de la guerra de Vietnam.

Abogado, coronel retirado.
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