• 31/10/2024 00:00

‘Halloween’ y ‘Samhain’

‘Halloween’, lingüísticamente, es la forma abreviada de ‘all hallows eve’ en lengua gaélica, y significa “vísperas de todos los muertos” [...] ‘Samhain’ fue el nombre original que luego fue reemplazado por ‘Halloween’

El Día de los Difuntos en Panamá se establece para recordar a nuestros familiares y honrar su memoria.

En México, la finalidad de estas fechas es similar, pero contiene una singularidad muy especial, ya que su génesis es prehispánica y es un legado de la civilización azteca, principalmente. Los pueblos originarios de México celebraban el Día de los Muertos con una variedad de costumbres ricas en simbolismo cultural que se ha mantenido hasta hoy, y que la Unesco ha catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Necesario es aclarar que esos inicios ancestrales no estaban exentos de sacrificios y ritos de la religión de los originarios.

Los aztecas celebraban el día de muertos en los meses de julio y agosto. La Iglesia católica, en un esfuerzo por cristianizar estas costumbres tan arraigadas en el pueblo, cambió las festividades que ahora se celebran el 1 de noviembre, en el Día de Todos los Santos.

Actualmente, día de muertos en México es una fiesta popular, no religiosa, que celebra la vida, e incluye a la muerte como parte de la vida.

Por otro lado, Halloween, lingüísticamente, es la forma abreviada de “all hallows eve” en lengua gaélica y significa “vísperas de todos los muertos”.

Se celebra el 31 de octubre y es una fiesta del oscurantismo, anterior al cristianismo, que llegó a Escocia e Irlanda de la mano de los druidas y los celtas, que popularizaron sus ritos en las islas británicas y en el norte de la Europa nórdica.

Samhain fue el nombre original que luego fue reemplazado por Halloween.

Grupos sedentarios indoeuropeos, con su religión y su cultura a cuestas, volcaron el contenido de Samhain en las tribus y pueblos ya establecidos en Europa: los celtas, pictos, gaélicos, druidas y nórdicos.

Samhain y Halloween marcaban el tiempo del final de la cosecha y el inicio del invierno. Se deja atrás la luz para entrar en la oscuridad. Se celebraban reuniones del pueblo con hogueras y sacrificios humanos. La gente iba de puerta en puerta disfrazada. La veneración de los muertos formaba parte de estos ritos y costumbres druidas.

Con el pasar del tiempo, la lengua gaélica transforma el nombre original a Halloween, ,y así, en la época moderna y en oleadas sucesivas, llega a Norteamérica ya desprovista de sus rituales sangrientos, por supuesto, pero disimulando la oscura semilla del mal.

Los escoceses e irlandeses inmigrantes, popularizaron estas fiestas aparentemente inocentes, que apunta directamente a los más jóvenes, los niños, que con mucho entusiasmo participan de todas las actividades.

Halloween es una fiesta pagana, satánica, y es una trampa para incautos que cada año crece, porque nosotros los padres la promovemos sin reconocer que estas celebraciones dan la espalda a Dios y celebramos de frente al mal, que hace uso del poder económico, porque es una fiesta eminentemente comercial y de lucro, que deja copiosos dividendos. ¿Qué negocio no va a aprovechar una estampida de clientes, prestos a comprar lo que sus hijos les piden?

Los panameños somos muy prestos para aceptar fiestas y celebraciones que no son nuestras y no armonizan con nuestra cultura. No somos europeos, norteamericanos ni anglosajones, y sin embargo acogemos fiestas de esas culturas como es el caso del Halloween y Thanksgiving (acción de gracias)

Pienso que, si queremos celebrar una acción de gracias, nosotros tenemos la mejor que existe. Participemos en la misa, la Eucaristía, la Acción de Gracias verdadera, donde se vive el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección en una sola velada. No importa si me tildan de aguafiestas por este escrito, o de amargado o retrógrada. Toda la gloria sea para el Señor.

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