• 09/12/2014 01:00

De GAFI y supervisión financiera

Aclaro, GAFI no le asigna color a sus lista. Los medios han creado ese arco iris.

En esta semana empieza el proceso de nueva valuación del cumplimiento de las recomendaciones del GAFI y ver si, al fin, salimos de su ‘lista gris’, lo que en mi concepto es el tema más crítico que afecta a nuestro sistema financiero.

Aclaro, GAFI no le asigna color a sus lista. Los medios han creado ese arco iris. Estamos en una lista de ‘atención especial’ con muy mala compañía.

Más, ¿qué es el GAFI? Y, ¿por qué digo que es el tema más crítico que nos afecta?

Las siglas GAFI se usan para identificar la organización conocida como Grupo de Acción Financiera Internacional contra el lavado de dinero creado en 1989 por el grupo de países conocidos como el G7, ampliado para incluir grupos regionales que incluye a Panamá y que buscan estandarizar medidas de prevención (ojo, no de ‘evitar’) el uso indebido de los servicios bancarios en transacciones ilícitas. Esas transacciones, hoy, han sido ampliadas de su concepto original y catalogadas como ‘Blanqueo de Capitales y Financiamiento del Terrorismo’.

Para ese propósito GAFI ha emitido 40 recomendaciones de obligatorio cumplimiento a sus miembros. No cumplir con ese cumplimiento ubica a los países en listas de atención especial o peor. Como muchas de estas organizaciones multinacionales, los Estados Unidos es el gestor principal por ser normalmente su principal fuente de financiamiento de operaciones. Panamá, por no cumplir con todas las recomendaciones del GAFI, fue incluida en la mencionada lista.

¿Por qué es importante salir de la lista ‘gris’ del GAFI? Sencillamente, porque en primera instancia afecta nuestra imagen en el exterior y puede ahuyentar inversión directa extranjera. Panamá está entre los países mayores receptores de inversión directa extranjera del mundo y recibimos dos veces y media mayor inversión directa extranjera que el resto del istmo centroamericano. Salir de la lista es mejorar nuestra imagen internacional y calmar el temor de quienes invierten en nuestro país. Recordemos, no hay nada más cobarde que don Dinero. Otro efecto negativo de estar en esa lista es que afecta la relación de los bancos locales con sus corresponsales en los Estados Unidos. O sea aquellos bancos en ese país que actúan como banqueros de bancos locales y tramitan sus transacciones internacionales. Toda transacción en Dólar Americano debe pasar por los Estados Unidos. Cualquiera situación que afecte ese flujo tiene serias consecuencias locales por estar nuestro sistema monetario basado en el Dólar Americano. Ambas situaciones negativas con el GAFI justifican mi opinión de que nuestra situación con esa organización es el problema financiero más grave que sufrimos, lo que hace de carácter prioritario resolverlo pronto.

Dicho lo anterior, debo admitir que el tema de la prevención del uso indebido de los servicios bancarios se ha tornado más crítico al ampliarse el concepto de su versión de solo considerar lavado de dinero aquella transacción que involucraba dinero ‘sucio’ producto del narcotráfico a una veintena de delitos penales y financieros que van desde violación de derechos de autor, trata de blanca, peculado, corrupción de funcionarios públicos, secuestros, etc.

La tendencia de extender el concepto original de lavado de dinero hace más compleja la labor del cumplimiento de la medidas de prevención del uso indebido de los servicios financieros, pero también las hace más urgentes. Y en este sentido, en Panamá tenemos un serio problema. Existe la asimetría en la eficacia de la labor de supervisión financiera ya que ésta se encuentra severamente atomatizada. En el lado positivo, están las Superintendencias de Bancos, Seguros y Mercado de Valores, bien estructuradas y equipadas; no así sucede lo mismo en los otros componentes del sistema, tales como financieras, cooperativas, casas de empeño, agencias de remesas de dinero, casinos, agencias de apuestas, bingos, etc.

No solo visualizo ausencia de una debida supervisión aplicables a esas instituciones financieras, sino que responden a distintas instituciones de supervisión, como por ejemplo, el Ministerio de Comercio e Industrias. Esa situación debilita un esfuerzo concentrado de lucha contra el uso indebido del sistema financiero y al debilitarlo crea condiciones de desvío de operaciones financieras ilícitas hacia esos, los menos vigilados sectores. Es una situación que debe ser resuelta con urgencia.

*BANQUERO Y EX DIPLOMÁTICO

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