• 27/04/2024 00:00

Emprendiendo hacia la prosperidad

Hace algún tiempo, José vivía en un pueblo que estaba dividido por un río. Muchas personas en su pueblo se quejaban de lo difícil que era movilizarse en el pueblo por dicho río, pero nadie hacia nada al respecto. Un día, José decide tomar acción y construye un camino sobre el río. Inicialmente, el puente era estrecho y frágil, pero con su análisis, esfuerzo, y dedicación, logra ampliar el puente y fortalecerlo, permitiendo el paso de más y más personas, favoreciendo la calidad de vida de todos en el pueblo. Algo parecido pasa cuando alguien inicia su propio negocio; comienza como un pequeño puente personal para llegar a tener una mejor calidad de vida, pero, con el tiempo, puede convertirse en una vía crucial que trae mayor prosperidad para todos.

En nuestro Panamá, el emprendimiento es crucial para nuestro desarrollo socioeconómico. Sin este, nuestro sistema económico no puede revitalizarse, generar nuevos y mejores empleos, ni puede resolver los problemas – tanto actuales como futuros – que enfrentamos como sociedad. Cada nuevo negocio que crea el emprendedor, desde el más simple hasta el más ambicioso y complejo, genera nuevas oportunidades para todos, sosteniendo no solo al emprendedor y su familia, sino a todo el país. Como muestra de esto, las micros, pequeñas, y medianas empresas (MiPyMEs), que originalmente fueron emprendimientos - incluso, de hasta una sola persona - representan más del 90% de todas las empresas del país y generan más de la mitad de los empleos.

Ahora, como todo lo que vale la pena en la vida, el emprender es difícil y requiere tomar riesgos. Por ello, es fundamental que conozcamos bien el mercado que queremos atender, y ver cuáles son los problemas que tanto tú, como personas cercanas a ti, están enfrentando y pretendemos resolver.

Formalizar el emprendimiento es una etapa importantísima, y en nuestro país tenemos las Sociedades de Emprendimiento, que buscan facilitar y agilizar que nuestros emprendimientos tengan todas las protecciones y beneficios que brinda la ley. Para que esta formalización sea efectiva, también debemos planificar y manejar bien el dinero que tenemos en el emprendimiento, separando el dinero personal o familiar de los fondos del emprendimiento y teniendo claros los ingresos, costos para producir o servir, y los gastos necesarios para que el negocio funcione.

Evitar endeudarse y comenzar con lo esencial, escalando poco a poco, es clave para que nuestro emprendimiento sea sostenible. Las ganancias que genere el negocio deben revisarse y ver en qué proporción se reinvierten en el mismo, para que pueda expandirse y, a su vez, debemos establecer un fondo de emergencia – un ahorro – para esos días en los que ocurran imprevistos que nos puedan impactar negativamente.

Algo que no debemos olvidar es que el mercado cambia constantemente; a veces, de manera muy rápida. Esto nos exige mantenernos actualizados mediante capacitaciones y cursos, así como darnos cuenta de que no podemos necesariamente enamorarnos de nuestra idea o concepto original. Hay ocasiones en las que vamos a tener que pivotear, y cambiar el rumbo para que nuestro emprendimiento pueda subsistir y desarrollarse; esto puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso. Y, como hablamos al inicio, el emprender es construir un puente hacia un mejor futuro para ti, y para nuestro país. Por ello, fracasar no es una opción.

Desde la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) seguimos apoyando la Estrategia Nacional de Educación Financiera (ENEF), liderada por la Superintendencia de Bancos de Panamá con la campaña de Tu Balboa con Sentido, que este mes está dedicada al emprendimiento. Les invitamos a seguir las cuentas de Tu Balboa con Sentido en redes sociales y a visitar el sitio web tubalboaconsentido.gob.pa, donde encontrarán valiosos cursos de finanzas personales y materiales que nos ayudarán a mejorar nuestras finanzas.

El autor es socio y director de la Apede
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