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- 18/04/2024 23:00
Élites y parasitismo social
¿Qué similitud tienen los virus, bacterias y parásitos con la crisis del sistema social? Que todos de alguna manera afectan o se benefician del cuerpo u hospedero en el que se encuentran. Los virus necesitan un organismo para poder sobrevivir y seguir propagándose, las bacterias “aunque algunas beneficiosas pueden hacer colapsar un cuerpo si hay sobreabundancia de ellas”, y los parásitos, estos parecidos a los virus, necesitan del cuerpo del hospedero para sobrevivir sin aportar nada a cambio. Estas analogías con la biología son esenciales para entender el comportamiento social a gran escala.
En el siglo XIX, el sociólogo inglés Herbert Spencer lo pone de manifiesto en sus primeros textos sobre teoría orgánica y similitud social. Dado que el comportamiento social tiene mucha similitud con el comportamiento orgánico natural, en cuanto a su evolución y la construcción de redes y sistemas complejos, así como su fracaso, caída y retroceso.
Siguiendo la línea, el término parasitismo social es una acepción despectiva que se utiliza para referirse a un grupo o a una clase social que se considera perjudicial para la mayoría, ya que obtiene injustas ventajas de ella, de alguna manera reñida con la ética y la moral dominante y oficialmente impuesta, pero que carece de efecto para esta clase social.
En la analogía de H. Spencer, un parásito es una especie de organismo (clase social) que necesita de un hospedero (sociedad) para poder sobrevivir con el hecho de que el parásito es un ente perjudicial al ecosistema (sociedad en su conjunto) y que normalmente tiene mayor ventaja aupado en un cuerpo debilitado (sistema de justicia corrupto), para lograr un mayor grado de beneficio para sí (financieros, sociales y políticos), con el riesgo de que el cuerpo (estructura social) colapse por la infección a largo plazo (anemia social).
Spencer al igual que otros teóricos de la sociología y el organicismo social entendían muy bien que la relación que existe entre una estructura social y sus partes es similar en lo natural como en lo social con un alto grado de codependencia. Esto significa que si falla una de las partes del sistema social, fallan todas las demás partes de la estructura en su conjunto.
El grado de infección social que ha venido aguantando la sociedad panameña por décadas, producto del indecoro, la ausencia de transparencia, el oportunismo, del que hay para mí y la corrupción de un grupo de la élite social con poder económico se propaga y se extiende hasta su prole con el mismo guión de quien los impulsa a aceptar favores económicos con dinero público. Han estado en todos los gobiernos y en todos los partidos políticos de los últimos 30 años, deciden sobre la cuestión social, política y sanitaria del 99% de la población panameña y son los que reciben los beneficios, privilegios y exoneraciones por encima de la mayoría de la estructura social orgánica.
Se repite siempre que los parásitos sociales son los pobres (aporofobia), por recibir subsidios y ayudas sin los cuales difícilmente lograrían salir adelante, pero resulta ser que el parasitismo social viene mayormente de un sector al que no le faltan los recursos y que cuyos miembros tienen privilegios y exoneraciones en sus negocios, acciones y hasta auxilios económicos para el pago de los estudio de sus hijos en el extranjero por encima de los méritos de cientos de estudiantes de barrio y del campo, la mayoría del pueblo que sí lo necesita para salir adelante.
Como sucede en la naturaleza, el parasitismo succiona toda capacidad de un ente vivo de poder ser funcional al sistema, nada aporta a la construcción de una sociedad equilibrada, termina estrangulándola y profundiza la brecha mortal de inequidad e injusticias sociales, lo que ahonda la herida de la molestia social poniendo en peligro al cuerpo, la estructura, su sistema y sus órganos con un potencial colapso de todo el sistema societal funcional, hace falta sanear el cuerpo social para evitar un colapso inminente.