¿‘El viejo sabe más por viejo que por zorro’?

Es un viejo axioma. Otros también lo usan como esta frase: ¿ “Sabe más el diablo por viejo que por diablo”? No quiero equivocarme.

Lo sucedido en el pleno de la Asamblea Nacional de diputados, cuyo resultado a lo interno resultaron en la elección de Dana Castañedas y sus vicepresidentes, no es más que el fracaso del poder de negociación de VAMOS.

La falta de humildad demostrada en cinco años contra los partidos políticos, y el resurgimiento de una aplanadora peor que las vividas en ese órgano del estado, luego de criminal invasión de los Estados Unidos en 1989, es la primera experiencia que deben acumular.

En cinco años, los independientes diseñaron su estrategia en destruir la imagen de los partidos políticos, pilar de sustento de la democracia panameña, cuando cualquier otra maniobra pudo resultarles mejor.

Las elecciones del 5 de mayo inclinó a los electores hacía un mensaje claro de cambios y transparencia, pero los que estaban al frente hasta el día de la elección de mayo, no cambiaron el discurso, confundieron el momento con celebración del triunfo y sobre todo se encontraron que el adversario se blindó para “apambichar” la revolución de los jóvenes que quedó estancada desde el 5 de mayo.

Lo que pareció un “nockout” a los partidos políticos, no lo fue, porque la derrota les dio un aire conspirativo, que VAMOS y MOCA, no le dieron la lectura correcta porque el discurso se mantuvo sin gestión alguna de poder de negociación con humildad y los líderes interlocutores se descartaron debido a su agresividad de 5 años contra los partidos políticos tradicionales.

Era el momento, de dar un vistazo a los resultados del 5 de mayo de 2024, y concluir que el triunfo electoral no era una victoria definitiva, sino parcial, y que entre el poder político tradicional y la aspiración de la juventud cabía el discurso del consenso y no continuar la confrontación en este primer año de la legislatura.

Como bien se advierte, faltan cinco años, donde el desgaste jugará un papel importante, si no se toma en cuenta la experiencia del día. En béisbol un error se supera, pero en política un fracaso es peligroso para cualquier objetivo, debido a que quienes deciden no soy yo, no eres tú y tampoco él.