• 01/08/2023 00:00

Diez aspirantes… ¿cuántos ofrecen soluciones?

“[...] reorientar los recursos del [...] (Ifarhu). Del presupuesto para el año 2024 asignado, de US$590 millones, [...], dirigirlos prioritariamente a la formación científica, tecnológica, informática, así como al mejoramiento integral de los docentes”

Lo bueno del presente torneo electoral 2024 es la unanimidad de los aspirantes a la silla de San Felipe, en la identificación de los problemas que aquejan a la ciudadanía. Sin embargo, las diferencias emergen en cuanto ofrecen soluciones. Todas apuntan a resolver los síntomas. No así las causas profundas.

Solo una candidatura apunta en mi opinión a un problema central. Que el modelo económico de Panamá se ha agotado. No quiero entrar en adjetivar el mismo. Ya que este no es un problema reciente, sino un patrón de crecimiento consustancial con la posición geográfica e histórica del Istmo.

Lo malo, en mi opinión, es que el problema radica en que los motores tradicionales de crecimiento de Panamá no generan los suficientes empleos en cantidad y mucho menos en calidad. Son empleos de reducida complejidad técnica o de habilidades. Las modificaciones que impulsan la productividad vienen por el lado de los bienes de capital, incrementan el retorno en la inversión de estos, mas no necesariamente en la remuneración de la fuerza laboral.

Y lo feo, que la presión social por puestos de trabajo es aprovechada por los políticos y da lugar al clientelismo gubernamental. Mismo que consume los recursos del Estado, reduce la capacidad del mismo para hacer las inversiones sociales requeridas, y alimenta la insatisfacción ciudadana. Sin siquiera pensar en lo que se gasta de manera ineficaz y corrupta.

¿Hay opciones distintas al modelo económico vigente que permita generar empleos en cantidad y calidad suficientes? Sí. ¿Es viable promoverlo en un ambiente de democracia representativa efectiva? Sí.

Veamos algunas opciones: Países Bajos tiene unos 41,5 mil kilómetros cuadrados de superficie. Inundable. Clima cercano al Ártico. Segundo gran exportador mundial de alimentos. Ocupa apenas el 1.6 % en el sector agropecuario. 70 % en el sector servicios.

Israel. 22 145 kilómetros cuadrados de superficie. Clima desértico. 1 % de la fuerza laboral se ocupa en el sector agropecuario. Autosuficiente en alimentos y exporta excedentes al resto del mundo. Aparte de tecnología y otros rubros de alta productividad.

Panamá. 75 517 kilómetros cuadrados de superficie. Clima tropical. 16 % de la fuerza laboral ocupada en el sector agropecuario. Gran importador de alimentos. Agua abundante. Canal. Acceso a 144 rutas marítimas que llegan a 1700 puertos en 160 países. Tercer país más desigual en la Región. (después de Honduras y Brasil).

¿Cual es la principal diferencia entre estos países de alta exportación alimentaria con Panamá?: conocimiento. Tecnología. Panamá, si quiere en el tiempo mejorar su capacidad de resolver de manera permanente los síntomas que aquejan a la sociedad, necesita evolucionar. Por supuesto que tiene que atender los síntomas, para aliviar el malestar social creciente. Pero la única solución permanente es el cambio de las competencias laborales de la fuerza trabajadora. Y la promoción de nuevas actividades productivas.

Un paso inicial, empieza con reorientar los recursos del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Ifarhu). Del presupuesto para el año 2024 asignado, de US$590 millones, según algunas cifras filtradas, dirigirlos prioritariamente a la formación científica, tecnológica, informática, así como al mejoramiento integral de los docentes. Reforzar la enseñanza de los idiomas, español e inglés, y la necesaria Historia. Para que conozcamos de dónde venimos, mientras “construimos” a los ciudadanos del mañana que serán responsables de rescatar el país.

Economista
Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones