• 13/10/2024 00:00

¿Cómo alcanzar la salud igual para todos los panameños?

En esta entrega -complementando mis artículos previos sobre la transformación necesaria de nuestro sistema de salud- abordo la necesidad urgente de lograr la salud igual para todos los panameños. Un objetivo que, aunque fue planteado desde 1969 por el Dr. José Renán Esquivel, sigue siendo una aspiración incumplida. A pesar de los recursos y las promesas políticas, la corrupción y la falta de voluntad han impedido que se concrete este derecho fundamental.

En ese contexto, para contribuir al debate actual planteo que es evidente que el camino para alcanzar la salud igual para todos los panameños, pasa obligatoriamente por el cumplimiento de los lineamientos que acodamos al aprobar la estrategia para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud, establecida en la Resolución CD53.R14 del Consejo Directivo de la OPS de 2014. Recordemos las cuatro líneas de acción interdependientes que acordamos cumplir al suscribir la estrategia. Tienen hoy plena vigencia y su lectura evidencia claramente que -a pesar de los recursos y propuestas- no hemos avanzado lo que debemos y podemos.

Como es lógico, el primer lineamiento nos llama a ampliar el acceso equitativo a servicios de salud integrales y de calidad. Esto implica obligatoriamente transformar la organización y gestión de los servicios de salud, centrándolos en las necesidades de las personas y las comunidades; fortalecer el primer nivel de atención, con redes integradas de servicios de salud (RISS) basadas en la atención primaria; mejorar la disponibilidad y el uso racional de medicamentos y tecnologías de salud; empoderar a las personas a través de la promoción, prevención y educación para la salud.

En nuestro territorio -a pesar de la reciente inauguración de la ciudad de la salud, cuyo funcionamiento está por verse- es evidente la deficiente infraestructura y la desigual distribución de recursos humanos en el sistema de salud, donde las áreas más pobres y las comarcas indígenas sufren mayores carencias.

No menos importante es la necesidad de fortalecer la rectoría y la gobernanza, lo cual implica: establecer mecanismos de participación y diálogo para la formulación e implementación de políticas y planes que promuevan la transformación del sistema de salud; desarrollar una reglamentación que garantice el acceso a la atención de calidad, la formación y distribución adecuada de recursos humanos, la asignación equitativa de recursos financieros y la participación de todos los sectores, y lo más importante; fortalecer la rectoría de las autoridades nacionales de salud, asegurando el óptimo desempeño de las funciones esenciales de salud pública.

Sobre este asunto, es obligatorio poner de relieve la necesidad de superar la inestabilidad política y garantizar la idoneidad en la selección de las autoridades de salud, lo que facilitará el mejor desempeño del sistema. Es importante que llevemos a cabo una evaluación, muy transparente y participativa, del desempeño de las funciones esenciales de salud pública, pues las anteriores revelaron profundas deficiencias persistentes.

En tercer lugar, la estrategia señala la necesidad de aumentar y mejorar el financiamiento, lo cual implica: aumentar el financiamiento público de la salud de manera eficiente y sostenible, priorizando el primer nivel de atención; eliminar el pago directo en el momento de recibir los servicios, que constituye una barrera para el acceso; mejorar la eficiencia del financiamiento y la organización del sistema, alineando los incentivos con los resultados y combatiendo la corrupción. En este sentido, a pesar de que Panamá cuenta con recursos financieros considerables para la salud, las deficiencias persisten y el gasto privado sigue siendo elevado. Se destaca la necesidad de una mejor gestión de los recursos y la eliminación de la corrupción.

Finalmente, nos comprometimos con fortalecer la acción intersectorial para abordar los determinantes sociales de la salud. Para ello debemos establecer mecanismos de coordinación intersectorial para abordar los determinantes sociales de la salud, como la educación, la vivienda y el acceso a internet; generar evidencia para sustentar acciones interinstitucionales que impacten en la salud de las personas y las comunidades; promover la cobertura universal de salud en los programas de protección social; fortalecer la articulación entre salud y comunidad, promoviendo la participación ciudadana en la mejora de las condiciones de vida y los entornos saludables.

En nuestro país, factores como la pobreza, la falta de acceso a la educación, la vivienda inadecuada y la desigualdad social tienen un impacto directo en la salud de la población. Necesitamos una acción intersectorial que involucre a diferentes áreas del gobierno y la sociedad civil para abordar estos problemas de manera integral.

En conclusión, hago un llamado a aprovechar las fortalezas del sistema de salud panameño y las oportunidades existentes para superar las debilidades y lograr la salud igual para todos los panameños. Insto _con el debido respeto_ a las autoridades a tomar medidas concretas para garantizar el acceso equitativo a servicios de salud de calidad, fortalecer la rectoría y la gobernanza, mejorar el financiamiento y abordar los determinantes sociales de la salud.

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