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- 16/06/2013 02:00
Colegio de Abogados
La palabra Abogado, proviene del latín advocatus, que significa, ad (a) y vocatus (llamado), según el Diccionario Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de Manuel Osorio. Como escritora y abogada, si tuviera la oportunidad de agregarle una palabra a su significado, lo completaría como un ‘llamado en auxilio’. Y es que el abogado, es una figura que sale en escena, por el llamado de una persona, que requiere de sus servicios, básicamente para su defensa, ya sea oral o escrita.
La profesión de abogado en nuestro país, no es sencilla como algunos piensan, partamos del hecho de que el abogado carga diariamente con los problemas de otras personas, debe vivir y actuar como si el problema fuese suyo, además debo mencionar que el mismo debe saber hablar y escribir correctamente, aprender cada norma o legislación que rija en el país, interpretar la Ley, vestirse a tono, atender al cliente y resignarse a sobrevivir con la escaza información y la mala atención que recibe muchas veces en la Administración de Justicia o en las diferentes instituciones a nivel Gubernamental.
Ser abogado, en tiempos antiguos, era visto con admiración, con el pasar de los años ha sufrido una devaluación catastrófica, especialmente en nuestro país, a tal punto que hoy no hay programas hablando sobre lo ‘digna y honorable’ que es esta labor, pero sí existe en un canal de la localidad un programa llamado ‘Los Awebaduchos’, el cual, mediante la sátira, muestra lo que tal vez erróneamente se percibe del abogado y tal vez es importante mencionar que ‘solo el es que es abogado y lo ha vivido, sabe las dificultades y vicisitudes que se sufren en nuestro caminar’.
Una curiosidad de la vida, lo cual me llama mucho la atención, es que la ‘defensa’ es una de las labores más importantes que realiza un abogado y en este país muy pocos colegas sean capaces de pararse ante la palestra pública a defender al Gremio en general.
La figura del Colegio de Abogados siempre ha causado en el Gremio poco interés y esto es debido a que en muchas campañas pasadas se hacen promesas y, una vez tomado el poder, se pierden todas las motivaciones, proyectos y demás, por lo cual se le dio el voto a esta persona o nómina. Nos decepcionan una y otra vez, cada candidato, que ha pasado por aquel puesto, dejándonos un sinsabor, por lo cual muchos prefieren no tocar el tema.
Se avecinan, para este 12 de julio, las elecciones en el Colegio de Abogados, que se escogerá nuevo presidente junto con su nómina, los cuales deberán tener el deber de, no solo hacer una buena labor, sino demostrar que el Gremio existe, que somos una fuerza a nivel laboral y socialmente representamos esa facción que sí entiende el ‘significado, connotación y perjuicio que puede causar una ley a la población en general’.
Es importante que la nueva Directiva que tome posesión en estas elecciones, entienda la grave situación que está pasando el Gremio y es que el problema no solo radica en la imagen ante la sociedad, sino que estamos viviendo una época donde el abogado está dejando de ser una figura funcional.
Y esto lo menciono, pues cada día se están realizando trámites, en distintas instituciones del Estado, en las cuales ya no es necesario presentar mediante abogado y en algunos casos es opcional, como, por ejemplo, las Ferias de Migración, los Avisos de Operaciones, ciertos Permisos Sanitarios, la Apertura de los Libros de Sociedades ante Tribunal y así entre otros más. Definitivamente la lista sigue avanzado y avanzará, si nuestro Gremio no hace un alto y se pronuncia enérgicamente contra esto, porque nos afecta directamente.
Otro punto a tocar, en cuanto en lo económico, son los abogados que trabajan para la Administración de Justicia, quienes realizan un trabajo arduo y son muy mal remunerados. Un oficial mayor, quien se encarga de realizar los proyectos de las decisiones tomadas por los jueces, no gana más de B/.700.00 y debe ver, por mínimo, al mes 60 expedientes, sin mencionar cuántos tomos trae cada uno de ellos. Vemos en los medios de comunicación a los Gremios de maestros, enfermeras y doctores luchando por sus derechos y pidiendo sus respectivos aumentos, pero al gremio de abogados nadie lo escucha. Debe sentirse terrible por parte de estas personas que laboran por la justicia de nuestro país, que nadie está luchando por ellos.
En cuanto a lo político, la función del Gremio debería ser la de ‘velar, fiscalizar y criticar los tres Poderes del Estado’, para que realicen su función a cabalidad, porque, vuelvo y repito, nosotros los abogados, representamos ese conglomerado, que sí entiende el significado de las leyes y su aplicación. Sostener el principio de defensa de los derechos de todos los panameños ante el Estado y decir de manera enérgica y con propiedad ‘Esto atenta contra la Ley y la Constitución, no lo vamos a permitir’.
Con referencia a lo ético, es importante señalar que, como en todas las profesiones, existen personas que no cumplen a cabalidad las reglas éticas y definitivamente causan un gran daño al Gremio, por lo cual considero que deben ser denunciados y sancionados. Muchas veces estas personas inclusive no son abogados, utilizando esta profesión como medio engañoso de servicio, por lo que es importante que la población también sepa de esta gran verdad.
Gran cantidad de abogados se gradúan cada cuatro o cinco años de distintas universidades, de continuar así, temo amanecer con la noticia de que, a pesar de que la misma se encuentra regulada por Ley Especial, el Gobierno en turno otorgue la prerrogativa de que personas extranjeras ejerzan nuestra profesión, provocando el colapso inmediato a nivel laboral en el Gremio.
El Colegio de Abogados, debe ir en pro de recuperar el brillo y la admiración, no solo de los colegas, sino de la sociedad entera, quien realmente tiene una mala percepción de nuestra gestión. Es importante que quien tome posesión este año tenga en cuenta estos puntos, porque la profesión de abogado cada día está siendo relevada y tal vez, si no hay pronunciamiento claro y decisivo, podría menoscabar su importancia en la sociedad.
ABOGADA.