• 02/03/2025 17:38

Carnavales, retiros y las mentiras

Al parecer la realidad de las cosas como deben ser entendidas ha cambiado dramáticamente. Pero, no hay que sorprenderse, mucho antes de la inteligencia artificial nos han venido preparando para esto, para creer que lo que es real es mentira y que la mentira es la verdad, entre un rejuego de escenarios para convencernos de que lo evidentemente cierto, no lo es.

Desde el pasado viernes, el país, literalmente, ha detenido su productividad casi por completo. Estamos en tiempos de carnavales, tal vez la fiesta más esperada y celebrada por los panameños. Para algunos son unos días de descanso y para desconectarse de los retos de la supervivencia. Pero la gran mayoría asume la conducta de la desvergüenza, de la farsa y el júbilo del desenfreno. En este país no hay nada más real y verdadero que los carnavales.

Durante estas fechas, otros sectores de la población buscan otra realidad sobre el mundo y las cosas en qué creer, fundamentados en la espiritualidad y la religión. Si lo de los carnavales es una presentación sobre la burla y mundano en muchos casos, los que se reúnen para lo religioso y espiritual comparten ideas sobre la vida y lo desconocido cimentados en las suposiciones de su fe.

Así que entendemos que la fantasía del carnaval es eso: una realidad esperada cada año, pero sabemos que es para la diversión. Los que se reúnen en retiro por lo menos deben tener algo de dudas sobre aquello que se vale de su bondad. La mentira ha prevalecido por cientos de años y cada vez se expande para infectar las venas sociales y culturales. Los ejemplos sobran y, a diferencia de la realidad de los carnavales, la humanidad ha vivido eternamente con adivinos, pitonisas y clarividentes, llámense líderes espirituales, pastores o apóstoles que sin máscaras han burlado la confianza de muchas personas.

Harold Camping vaticinó que el mundo acabaría el sábado 21 de mayo de 2011. Pasada esa fecha, ajustó su predicción para señalar el 21 de octubre del mismo año como el día final. Camping había dicho que mayo 21 fue “la llegada espiritual de Cristo” y que octubre 21: “... el mundo será totalmente destruido, pero será muy rápido”.

Family Radio es la cadena radial en donde Harold Camping llevaba a cabo su ministerio. Recibió donaciones de 80 millones de dólares entre 2005 y 2009. Muchos seguidores de Camping renunciaron a sus empleos, vendieron sus posesiones, le entregaron sus ahorros convencidos de las predicciones.

Chales Wesley, fundador de la Iglesia metodista, predijo que el mundo acabaría en 1794. Su hermano John posteriormente hizo su propia predicción señalando que 1836 sería en año en que “la gran bestia vendría a la tierra, marcando el inicio del fin”.

Con base en las profecías del Libro de Daniel en la Biblia, William Miller predijo, inicialmente, el regreso de Jesucristo entre los años 1831 y 1841. Reajustó sus vaticinios para entre las fechas de marzo 21 de 1843 y marzo 21 de 1844. Después al 18 de abril del mismo año; octubre 22 y así sucesivamente, hasta que murió en 1849. Sus seguidores se convirtieron en lo que son hoy los Adventistas del Séptimo Día y sostienen que las predicciones fueron correctas, pero que se referían a un evento que sucedería en el Cielo, no en la Tierra.

Existen muchos más ejemplos como los mencionados. No tanto religiosos, igual, entre la fauna de protervos, están los corruptos y embusteros que se aprovechan de los más humildes para hacerse ricos, manejar sus influencias para impresionar a los débiles y lucrar del poder que eso conlleva.

Vale recordarles a los que carnavalean de verdad, a los que van a los retiros espirituales, así como a todos los del medio, que al final del jolgorio nos espera la realidad que dejamos momentáneamente: un sistema educativo fallido, los grandes retos del sistema de salud, desempleo, tranques, inundaciones, los asfixiantes estragos de la corrupción entre otras penurias y, en estos tiempos, las amenazas a nuestra integridad como país que ha liderado el mismo presidente de Estados Unidos.

A la vuelta de los carnavales, regresaremos a un mundo que amenaza nuestra realidad inmediata y no hay verdad más clara que esa que nos lleva y trae entre la sarta de mentiras. Nos toca ajustarnos para vivir en un mundo inestable e irreal, muy a pesar del avance y el desarrollo del conocimiento humano, y esperar el próximo retiro espiritual y la verdad de los carnavales dentro de doce meses.

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