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Juan Diego Vásquez: 'En el 2034, cuando pueda aspirar a presidente, si el país quiere, yo lo hago'
- 28/08/2022 00:00
- 28/08/2022 00:00
Es abogado, criminólogo y diputado. Como parte de la bancada independiente, una minoría en la Asamblea Nacional constituida por cuatro diputados, se ha convertido en una especie de contrapeso de los tradicionales partidos políticos. Juan Diego Vásquez no correrá a ningún cargo de elección popular en las próximas elecciones porque desde un principio se comprometió a la no reelección. Pero ve una posibilidad de llegar a la presidencia en 2034, cuando cumpla más de 35 años, como lo exige la Constitución. Su desempeño en el hemiciclo lo distingue como una voz crítica y punzante en temas anticorrupción.
Yo creo que el futuro político está marcado por una falta importante de liderazgo. Hoy, a dos años de las elecciones, hay algunos precandidatos a presidentes de la República, en sus partidos, ya han salido más de una docena de personas como candidatos independientes al mismo cargo y se va poniendo el juego. Aunque cada uno puede tener su favorito, lo cierto es que no hay ese aire de credibilidad y de confianza sobre una figura que uno diga, este es líder o la líder que uno necesita. Yo estoy trabajando en invertir hacia el futuro lo que tengo hoy, que no es más que mi capital político, mi experiencia, mis errores para que en el futuro podamos desarrollar nuevos liderazgos.
Correcto. Estoy formando una coalición, un grupo de precandidatos independientes. Pero el trabajo no es llamar a cada uno para saber si quiere ser candidato y dar mi apoyo. Estamos en un proceso de formación. Estamos trabajando en formarlos sobre la función del diputado o representante que actualmente está distorsionada. La constitución y las leyes son muy claras en lo que se debe ser. Pero hay que entender en qué consiste ese rol. Además, estamos trabajando en una serie de ejes temáticos, seguridad, educación, salud, costo de la vida para enfocarlos en esos temas y plantear propuestas firmes y medibles para solucionar los problemas que tiene el país.
Yo, como es sabido, no estoy inscrito o apuntado para ningún cargo por la libre postulación. Asumí mi compromiso al decir que no me iba a reelegir y lo estoy cumpliendo pese a que muchos lo dudaron. Yo he entendido que mientras mucha gente está preocupada, algunas legítimamente y otros huyendo de la justicia, en buscar cargos de elección popular, quiero invertir mi tiempo en formar los liderazgos que necesitamos. De nada sirve que sigamos reeligiéndonos si no formamos el futuro que el país necesita. El país no requiere de una persona, sino de un equipo.
Tenemos a una candidata en la coalición Vamos que solía trabajar conmigo, que me apoyó en mi proceso de campaña, que es una mujer valiente y preparada para el tema de municipalidad. Creo que San Miguelito necesita nuevas oportunidades locales y veo en ella esa oportunidad de cambio.
Ella tenía su aspiración legítima que yo conocía de hace algún tiempo y la veo con buenos ojos. Creo que es mejor permitir que surjan estos nuevos liderazgos iguales o mejores que yo.
Yo, en la elección de 2029, no podría aspirar porque tengo 25 años, pero [sí] en la del 2034. Me falta bastante, se necesitan 35 años como mínimo para aspirar. Pero es una posibilidad. Espero que Dios me dé vida para llegar y rebasar los 35 años y sin duda aceptaría el reto de seguir sirviendo al país desde la trinchera que pueda si el país así lo quiere. Si hoy el país me quiere y quiere que sea presidente, pero no se puede, no se dan las cosas. Pero en el 2034, cuando puedo aspirar, si el país quiere yo lo hago. Pero no voy a insistir en mi liderazgo en contra de la voluntad popular. Soy respetuoso de la democracia.
El presidente que tenemos en el ejercicio fue electo con el 33% de los votos, un poco menos, incluso. Si sumamos los votos totales que en la elección pasada apoyaron la libre postulación, creo que fue un 25% más o menos. Es decir, 6 o 7 puntos en política en un país como este no es nada. Creo que el cansancio que la gente está haciendo sentir en las calles, en contra de los políticos y las políticas tradicionales, creo que sí hay posibilidad de que alguien nuevo y bueno pueda presentarse como una opción diferente a través de la libre postulación.
Yo creo que hay un porcentaje no mayoritario de diputados que entienden la necesidad de combatir la corrupción a través de las leyes. Hay quienes tienen una proyección errada de lo que es corrupción y piensan que tal vez desviar fondos públicos para resolver necesidades de la población no es corrupción, pero la forma en que se hace sí puede incurrir en un acto de corrupción. Hay un número importante de diputados que sí están participando y las denuncias y los comentarios los dejan ver en actos incorrectos. Hay un poco de todo.
Me pones un trabajo difícil. Pero creería que tal vez un poco menos de un tercio. Hay muchas realidades. Yo no puedo desconocer que hay gente en la Asamblea que está operando para sus intereses políticos o monetarios o políticos personales. Pero hay muchos que lamentablemente el sistema los engulló. Más que estar haciendo algo para ellos beneficiarse, simplemente tal vez sienten una deuda o una presión con ese mandamás en la Asamblea que les dicta cómo votar.
Son gente que, por alguna razón que escapa de mi entendimiento, pareciera que están ahí para seguir instrucciones.
Eso es impensable. Pensar que en cualquier órgano del Estado puede haber planillas, o pagos o dinero para robar o financiar política o tener botellas es injustificable. En cualquier órgano del Estado. En lo que estamos trabajando es en verificar cómo se va a invertir el presupuesto del Estado. Soy del pensamiento que la Asamblea puede trabajar con mucho menos presupuesto.
Sin duda alguna, en la planilla que hay, no son todos espacios de trabajo justificados. Es fundamental que este mismo examen del presupuesto se haga a todos los órganos del Estado.
Hay dos comentarios ahí. El primero es que no se justifica un centavo para pagar botellas o gente que haga política o no vaya a trabajar en ningún órgano del Estado. Sí creo que el presupuesto de la Asamblea es más elevado de lo que debería. Sin embargo, es el 0.6% del total del presupuesto del estado. Esa revisión que hay que hacer minuciosa y detallada en la Asamblea, también hay que hacerla en el resto de los órganos del Estado para ver que en todas esté justificado. El manejo político que se pueda dar de planillas hay que revisarlo tanto en la Asamblea como en otras instituciones.
A veces para los intereses que domina la mayoría, que no siempre son los del país. Este gobierno es una cosa, el que sigue es otra, pero hay que invertir en que la Asamblea baile al ritmo de la ciudadanía.
El presidente Adames ha podido lograr al menos a nivel del Ejecutivo que podamos hacer algo más de citaciones, jugar un rol de fiscalización y avances. Pero aún deja mucho que decir en cuanto al compromiso que asumió, en cuanto al parlamento abierto y el reglamento interno y del manejo presupuestario de la Asamblea. Espero que este año en el presupuesto haya un cambio hacia la austeridad para ver si de palabras pasa a la acción.
Lo que ocurre es que tienen que terminar las partidas de cada año para saber si en efecto habrá un aumento o una disminución o mantenerse igual. Yo apunto a que la Asamblea debe tener un presupuesto justo que no sea tan elevado como está planteado.
No estoy en la comisión de gobierno, pero sí hay muchos diputados y mucha gente fuera de la Asamblea con temor a que se debata el tema.
Creo que hay dos tesis. La primera es que hay mucha gente involucrada en temas de delincuencia que teme que una ley como esta funcione y por ende les quite las ganancias ilegales que han adquirido. El otro sector tiene un temor, en algún sentido legítimo, en cuanto a algunas normas del proyecto que habría que ajustar. Lo que creo es que hay que debatir el proyecto, mejorarlo y plantear una alternativa. Si no es esta. puede ser otra. Pero hay que dar respuesta al combate de la delincuencia organizada.
Lo primero que te quiero decir es que yo no robo. Tengo tres años como diputado y no lo he hecho. Pero hay que resaltar que la sociedad está en detrimento y la Asamblea es el reflejo de la sociedad. Por eso hay que entender qué va primero, el huevo o la gallina. ¿Hay que cambiar la Asamblea? Creo que sí, empezar por el reglamento, bajar el presupuesto y adecentar la institución. Pero al final es el elector quien decide cuál será su diputado. ¿Por dónde comenzamos, por la Asamblea o la sociedad que escoge a los diputados? Hay que trabajar en la sociedad para que la gente aspire a más y elija bien a sus representantes. Hay que comenzar.
No es fácil. Hemos buscado, desde que fui jefe de bancada, la oportunidad para, a través de la junta directiva ampliada, encontrar los espacios para plantear nuestras posiciones y nuestros puntos. Por ejemplo, el proyecto de “conflicto de interés” surgió de la bancada independiente y hoy es ley. Así, ir avanzando en temas prioritarios. A veces nos lo dicen: aquí mandamos nosotros y vamos a aprobar lo que queramos. Pero entre el debate político y lo que podamos plantear para lograr mejores leyes, a veces logramos cosas, a veces fallamos, a veces se debaten cosas que no debieran debatirse, a veces aprobamos a golpe de timón y a tambor batiente a pesar de nuestros discursos en contra proyectos que no hacen bien al país.
No estoy de acuerdo. Creo que desde el Tribunal Electoral se plantee que se debe tener recursos para aspirar o si no, pensar en eso, discrimina a las personas que no tienen recursos y al final son las más afectadas por la corrupción. Esos afectados no pueden llegar al poder para balancear la escala. Tenemos que remediar y no podemos desconocer. Es preocupante que lo diga el magistrado del Tribunal Electoral. Te digo como se lo dije al Tribunal, lamentablemente, aunque ha hecho algunos esfuerzos, no ha logrado a través de su potestad reglamentaria, balancear la realidad. Han dado una cantidad de dinero público a los partidos, pero a los aspirantes independientes nada. Además, no puedes fiscalizar adecuadamente que los fondos públicos se usen para que el que no tiene dinero participe en igualdad de condiciones.
Es un error, no ser diputado no es no estar en política. Es verdad que no estoy postulado en la vía independiente en ningún cargo, pero todavía hay tiempo para ver qué va a ocurrir.
A mí me han hecho algunas ofertas, ofrecimientos, pero como lo dije, voy a salir de la Asamblea como entré, independiente, sin formar parte de ningún partido político.
Yo no veo en el panorama actual ningún partido político con el que me identifique y donde sienta que puedo entrar a transformar la realidad del país. Vamos a ver qué ocurre el próximo 5 de mayo de 2024.
Yo creo que Lombana lleva su mérito por el recorrido que tuvo en la elección pasada y el haber logrado crear la estructura política que hoy es el Movimiento Nuevo Panamá a través de una partido político, sin embargo, hoy en este momento no me siento atraído a inscribirme al partido.
No diría que siempre, porque es como decir nunca. Pero yo entré como independiente y saldré de la misma forma. Lo que pase después va a depender mucho de como el país vea mi trabajo. Al final el país decide dónde debo estar. Es muy temprano para mirar hacia el futuro.
Hay varias realidades, a la hora de encarar o interactuar con los ministros que asisten a la comisión, hay diputados que plantean cosas, algunas legítimas, en las que cuestionan los montos o los traslados. Digamos que, si trasladan un millón de dólares de San Miguelito, yo lo pelearía, porque yo necesito que San Miguelito esté bien. Hay discusiones legítimas que requieren de una explicación y una discusión. Entre ese debate que es legítimo, y el que se dice que hay matraqueos o conversaciones y presiones, no lo conozco, no lo he visto hasta ahora y de darse lo cuestionaría.
No lo he visto, pero es algo de lo que se habla en los pasillos de la Asamblea desde antes de que fuera diputado. Particularmente no me consta, no lo he visto. Sin embargo, no puedo dudar que se dé. De ser así yo lo sanciono, no estoy de acuerdo.
Abogado graduado con honores de la Universidad Santa María La Antigua.
Criminólogo graduado con honores de la Universidad Interamericana de Panamá. Amante del buen debate y la oratoria, apasionado luchador por la justicia social y el combate de la corrupción y la desigualdad.