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Soledad en la ciudad: una tendencia en alza en la sociedad global
- 14/10/2023 00:00
- 14/10/2023 00:00
El aislamiento social tiene un impacto en la salud comparable al efecto de la presión arterial alta, la falta de ejercicio, la obesidad o el tabaquismo. A pesar de esto, cada día vivimos más solos. De acuerdo con un reporte del sitio web Our World in Data, “la prevalencia actual de hogares unipersonales no tiene precedentes históricos. La proporción de hogares unipersonales se mantuvo bastante estable entre el período moderno temprano y durante el siglo XIX –normalmente por debajo del 10%–. Luego, en el siglo XX, comenzó el crecimiento, que se aceleró en los años 60. El punto más alto registrado en este gráfico corresponde a Estocolmo, en 2012, donde el 60% de los hogares está formado por una sola persona”.
El estudio 'Viviendo solo: hogares de una persona en Asia', publicado en la revista Demographic Research en 2015, encontró que en China esta tendencia “también ha aumentado marcadamente en las últimas tres décadas, del 4,9% del total de hogares familiares en 1990 al 14,5% en 2010. Hoy, 60 millones de personas viven solas en China”. En general los estudios indican que el aumento del ingreso per cápita y la urbanización son dos de los factores más importantes en el incremento de esta tendencia hacia la soledad.
Pero vivir solo no necesariamente significa sentir soledad, y en esto los estudios muestran resultados divergentes, lo que hace pensar que el impacto de la 'epidemia de soledad' varía de acuerdo con ciertos contextos sociales y culturales. La soledad debe ser entendida como el hecho de sentirse abandonado, discriminado o excluido de la interacción social. Una persona puede vivir sola en un hogar, pero no 'sentirse sola'. Aunque vivir solo suele considerarse como un factor de riesgo para la depresión y la enfermedad en general.
De acuerdo con la publicación, La ciudad solitaria: un estudio sobre cómo la covid-19 ha afectado la soledad urbana (2021), publicado por la investigadora Camila Wright del KTH Royal Institute of Technology de Suecia, “el aislamiento social es algo que se puede elegir porque una persona podría querer estar sola por un tiempo, mientras que la soledad se ve como un sentimiento o experiencia negativa y, a menudo, no es una elección propia. El aislamiento social se puede medir observando la frecuencia con la que una persona interactúa con otras personas. La soledad es más difícil de medir de manera similar, ya que es un sentimiento individual que las personas tienen”.
Pero la soledad no representa solo un peligro para la salud pública y el bienestar individual. La soledad puede ser un disparador del extremismo y el aumento de la desconfianza hacia el resto de los ciudadanos, la organización social y el sistema político. Estos son algunos de los hallazgos que presenta la economista Noreena Hertz, en su libro, El siglo de la soledad (2020). La soledad genera un sentimiento de rechazo por parte de la sociedad en el individuo, a partir del cual este se hace más susceptible a ser enlistado o participar en grupos con discursos extremistas.
Con el fin de determinar en qué medida se da el fenómeno de personas viviendo solas en la ciudad de Panamá, utilizamos los datos del censo de población realizado este año (2023) para poder determinar la proporción de personas que viven bajo esta condición y su relación con el desempleo, la disponibilidad de espacio público (metros cuadrados por habitante), y el porcentaje de población adulta mayor de 60 años, tres factores identificados como de riesgo o agravantes de una condición de soledad, y que pueden influir en estados de depresión, aislamiento social y enfermedad.
En el caso de la ciudad de Panamá, encontramos que al menos el 15% de las viviendas está ocupado por solo una persona (78.888 viviendas). Una vez mapeada la proporción de viviendas en los barrios ocupadas por una persona, procedimos a generar un análisis de agrupación que nos facilitara la identificación de sectores dentro de la ciudad donde se concentran las personas que viven solas. Esto nos dejó un total de 249 barrios con una alta proporción de personas que viven solas.
En estos barrios donde la proporción de viviendas con un solo ocupante es alta, el promedio de viviendas ocupadas por una sola persona es del 24%. En estos mismos barrios el promedio de población adulta mayor de 60 años es de 20%, el desempleo ronda el 8,4%. El 71% de estos barrios perdió población entre 2010 y 2023, o el crecimiento fue nulo o muy leve –el aumento registrado fue de entre una a 100 personas–.
Al hacer la comparación por sectores, centro urbano, periferia norte y periferia este, se pueden distinguir algunas diferencias en cuanto a los indicadores analizados. Así tenemos que el centro urbano es el sector que concentra la mayor parte de las viviendas habitadas por una persona, teniendo en promedio el 27%. Este sector tiene además el mayor promedio de población mayor de 60 años por barrio, con 20%, pero también es donde el promedio de desempleados es menor, con el 8%.
Para el caso de la periferia este, hay un menor número de barrios dentro del conglomerado de barrios con alta proporción de viviendas ocupadas por una persona (55 barrios). El promedio de viviendas con un solo ocupante es de 25,5%, el desempleo promedia en estos barrios, el 10%, y la población mayor de 60 años es 18%.
Por último, hacia la periferia norte se encontraron 69 barrios que tienen un elevado porcentaje de viviendas con un habitante (21%), y donde, a la vez, se encuentra el promedio de barrios con niveles de desempleo más altos de la ciudad de Panamá, con entre el 7% y el 25%. Los barrios en donde existe una alta proporción de viviendas con un solo habitante, hacia la periferia este, también mostraron importantes proporciones de población adulta mayor de 60 años (18%).
Los datos indican que la proporción de personas que viven solas en ciudad de Panamá es similar a la registrada en China para 2010, donde se reportaba un 15% de la población bajo esta condición. Estos números deberían llevar a la priorización de políticas públicas que generen equipamientos y espacios públicos para el cuidado y la socialización. Los estudios indican que un mitigador importante de la soledad en las ciudades lo constituyen los espacios públicos de calidad. Una deuda pendiente en una ciudad donde más del 80% de los barrios no cuenta con el mínimo indispensable de espacios públicos para atender las necesidades de la población.