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Recomendaciones de los productores
- 23/09/2023 00:00
- 23/09/2023 00:00
En el diario La Prensa, en su edición del 11 de junio de 2008 (pág. 54), apareció un comunicado suscrito por diversas e importantes fuerzas productoras del país. En el comunicado se lee una serie de recomendaciones dirigidas a aliviar la creciente crisis alimentaria que afecta al pueblo. Se observan otras sugerencias de carácter social que beneficiarían a los escolares de educación primaria.
El contenido del comunicado, por la naturaleza económica de quienes lo aprobaron, es para nuestro medio en algunos aspectos sorprendente. Rebasa todo aprisionamiento ideológico y formula soluciones que escapan a la dureza o inflexibilidad de la economía de mercado. Las altas fuerzas productoras han pisado tierra y han tenido el acierto de entender que la pobreza y la crisis nacional y mundial que nos abate, para su solución se deben buscar alternativas según las realidades concretas de cada país, mucho ya experimentadas en nuestro medio. Al sugerir los productores que por intermedio del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA-Mida), el “gobierno garantice la compra de productos a los productores nacionales”, se daría un alivio al productor porque adicionalmente se garantiza una justa remuneración. Se trata de una aproximación al Estado intervencionista tan combatido por quienes quieren controlar exclusivamente el mercado. Una práctica semejante adoptó el Instituto de Fomento Económico en la década de 1950. Algunos productos estuvieron bajo el control del IFE, entre ellos el café. El instituto fijaba el precio sostén y compraba al productor el grano. El productor con la garantía del mercado no era víctima ni de los monopolios ni de los especuladores.
En aquellos tiempos en México se seguía una política similar y trascendía, no sé si con exactitud, que para que no fuera utópica o difícil la protección estatal y para que no se excediera la producción de algunos renglones, el gobierno llegaba a recomendar qué tipo de producto era óptimo sembrar y la cantidad de área por productor. Había una planificación ordenada.
Esta recomendación, intrépida en nuestro sistema, funcionó en el pasado con éxito en algunos renglones limitados, sin responder a una exigencia de crisis, y mucho más provechosa sería ahora la medida porque demolería muchos factores negativos, entre ellos la especulación y la depresión intima del agricultor.
Asimismo recomiendan las altas fuerzas económicas y productoras que el gobierno modifique los esquemas de los préstamos otorgados por el sector agropecuario con una tasa del 2% anual.
En otras palabras, que la banca agropecuaria adquiera un perfil de un real, popular y social Banco de Fomento. Al respecto existen antecedentes históricos con ese propósito, pero otras correlaciones de fuerza y el empuje interesado de la competencia impidieron una vigorosa política de fomento que debe descansar en dos pilares, una indiscriminada política de préstamos y un cabal cumplimiento de sus obligaciones por parte de los prestatarios. Sin esos pilares los bancos estatales de fomento se convierten en instrumentos de la política y en un almacén de cuentas morosas.
También se recomienda la eliminación del impuesto sobre los combustibles con justificación en el actual superávit de las finanzas públicas. Me parece estupenda la recomendación de estudiar la posibilidad que “todos los barcos petroleros usuarios del Canal de Panamá paguen una sobretasa sobre el peaje ordinario, a fin de subsidiar la eliminación del impuesto sobre los combustibles”. Y me parece estupendo lo que se sugiere porque debemos aceptar como ley universal que la reciprocidad debe mover la conducta de los Estados, de las asociaciones y de las personas. Si los grandes negociantes del petróleo fijan los precios a su placer, lo que menos pueden hacer algunas víctimas es aplicar la recomendación bíblica: “Con la vara que mides serás medido”. Es, repito, una respuesta fundada en la reciprocidad.
Existe una última propuesta cuyo acatamiento es urgente. Es una medida social. Se pide al gobierno que los niños de las escuelas públicas reciban diariamente un almuerzo nutritivo. Hoy resulta una insuperable obligación estatal, sobre todo con los niños pobres. En Brasil el gobernador Brizola, hace varias décadas, estableció en su estado un sistema de sanidad y de nutrición. Equipó todas las escuelas con baños y comedores. Una vez llegaban los niños a la escuela se bañaban y luego se les suministraba un desayuno fuerte y nutritivo. Ya debidamente limpios y alimentados iban al salón de clases.
¡Es tan sencillo seguir políticas humanas!
Importantes organizaciones panameñas han sugerido algunas medidas para superar la crisis que nos azota. Es de esperar que otras fuerzas presenten las suyas y que el gobierno, con carácter de urgencia, las estudie y tome las decisiones correspondientes.
Publicado originalmente el 14 de junio de 2008.