Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Cuando la adversidad se convierte en fortaleza
- 15/06/2023 00:00
- 15/06/2023 00:00
Quien ve a Magali Méndez, siempre sonriente y feliz, no se imagina todas las calamidades que ha tenido que enfrentar en su vida, sobre todo en su etapa de niña y adolescente.
Resulta que con la llegada del sistema comunista a Cuba, las escuelas privadas las cerraron; las primeras fueron las católicas y americanas. Ella estaba en una escuela que se llamaba American Dominican Academy, que era de monjas dominicas americanas, así que por ahí comenzaron sus calamidades: se quedó sin escuela.
En ese mismo tiempo, su único hermano, que estaba en la universidad católica, por estar repartiendo propaganda anticomunista, junto con un sacerdote y tres compañeros más, fue encarcelado. Permaneció detenido durante tres años.
Debido a todo lo que estaba sucediendo, sus padres, que sabían de la existencia de una agrupación católica muy secreta que se denominaba Operación Peter Pan, hicieron gestiones para que Magali fuera una de las niñas beneficiadas con el programa, y lo lograron.
La organización estaba integrada por la Iglesia católica, conjuntamente con el Gobierno de Estados Unidos y un grupo de cubanos que se encontraba en el exilio, en Estados Unidos.
A través de esa operación, lograron sacar a más de 14 mil niños de Cuba, entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962, y los reubicaban en orfanatos, hogares de crianza o reformatorios.
A Magali le tocó un orfanato en Washington DC y le otorgaron una beca.
Todos los días se iba caminando a un colegio católico que estaba como a 17 cuadras del lugar.
Le daban 10 centavos para el almuerzo, pero ella prefería no comprar nada y quedarse sin comer, pero esa situación duró pocos días, porque los niños se solidarizaron con ella y le llevaban comida: 'Mira, mi mamá te mandó este emparedado' o 'te traje esto'. “Siempre alguno me llevaba comida”, recuerda al tiempo que sonríe.
Magali salió de Cuba el lunes 10 de abril de 1961, exactamente una semana antes de la invasión de bahía Cochinos, que como todos sabemos fue un fracaso.
En el orfanato le daban todo. Pero para ella, que era parte de una familia muy acomodada en Cuba, constituía un trauma bastante grande vivir en un orfanato con un letrero en el pecho que decía: “Soy huérfana, mi nombre es Magali, ¿cuál es el tuyo?”.
El letrero se lo colocaban a los niños, sobre todo cuando hacían actividades para recoger fondos para el orfanato.
No obstante, esas experiencias hicieron más fuerte a Magali y nunca olvidó el consejo de su padre: 'Estudia, que nadie nunca te podrá quitar lo que aprendes. Nadie te podrá quitar tu calidad humana... todos los bienes materiales te los pueden quitar, pero lo que tú eres como persona y tus conocimientos, siempre serán tuyos; puedes llegar donde quieras y trabajar de lo que quieras, eso depende de ti”. Esas palabras de su padre siempre las mantuvo en su mente.
Contraje matrimonio a los 19 años con un panameño que conocí en Washington DC. Vinimos a vivir a Panamá en 1964. Tengo tres hijos: Jorge, Rodolfo y Magali; y seis nietos. Todos son panameños. El próximo año cumpliré 60 años de estar en Panamá, así que soy muy panameña, amo este país y lo defiendo con mi alma.
Bueno, te cuento que mi primer trabajo en Panamá fue en publicidad con el señor Tony Fergo (q.d.e.p.).
En ese tiempo, Televisora Nacional (TVN) decide tener un nuevo espacio para dar el pronóstico del tiempo y querían que fuera una mujer.
En aquel entonces, estamos hablando de 1967, en los noticieros no salían mujeres, así que era la primera vez que una estaría presente.
Sin quererlo me volví famosa, me invitaban a todos los eventos sociales.
Era como lo que hoy denominan una influencer. Y la verdad es que yo creo que fui la primera influencer del siglo pasado en Panamá (risas)... así fue como entré al mundo de la televisión.
Siempre que pensaba en volver a Cuba, deseaba hacerlo cuando fuera libre, pero tristemente ese sueño no se me cumplió, y en 2012 decidí que ya era hora de regresar, pues cada día que pasaba me quedaba menos tiempo para hacerlo y no veía que ese régimen llegaba a su fin.
Me afectó mucho el viaje a Cuba, regresar a mi casa, tuve la oportunidad de entrar a mi casa donde crecí, a la casa de mis abuelos, a la tumba donde reposan sus restos, también visité mi escuela y conocí a algunos primos que nacieron posterior a mi salida de Cuba. Con ese viaje cerré un círculo de mi vida, y no creo que regrese a Cuba.
Siempre trabajé en publicidad y en los medios de comunicación, y tuve un sueño mientras trabajaba con Panasonic.
Durante muchos años sentí que necesitábamos una revista de corte social empresarial.
Veía la necesidad de que en Panamá se resaltaran los valores de empresarios exitosos, que con su lucha habían alcanzado lo que tenían hoy, que sería bonito dejarles a las futuras generaciones algún medio en el que vieran cómo era Panamá, cómo fuimos creciendo y evolucionando.
En julio de este año, Mundo Social cumplirá 26 años. Fue un sueño que se hizo realidad y que hoy continúa.
Continúa imprimiéndose. Mensualmente se distribuye la edición impresa y también se produce en formato digital.
Durante la pandemia cerramos, pero a los ocho meses de estar cerrados, mi hija menor, Magali Martínez, me pidió que la dejara hacer la revista en formato digital.
Era muy difícil, acuérdate que en esa época no se podía salir, nadie te podía recibir en su casa, no había eventos, no había reuniones, no había nada, pero con mucha creatividad, ella creó segmentos diferentes, por ejemplo, en lugar de “el empresario del mes”, creó “el emprendedor del mes”.
Todo se hizo con un grupito de colaboradores que trabajaba cada uno desde su casa.
Hace dos años, a petición de los lectores, arrancamos nuevamente con la revista impresa.
Lo que no se volvió a hacer fue el programa de televisión que era semanal, pues era demasiado esfuerzo.
Puedo decirte que por ahora no nos vamos a quedar sin medios ni libros impresos, para nada.
Es verdad que muchas personas prefieren leer las noticias virtualmente por la inmediatez, todo se sabe de una vez, no hay fronteras. Inclusive, es más barato tener un medio digital.
Tenemos muchas ventajas con los medios digitales, pero no hay nada más sabroso que leer un libro o una revista en tus manos, es un placer, o sea, cuando tú tienes una revista en tu poder, puedes ver el detalle, la foto, la ropa... todo.
No creo que por ahora van a desaparecer los medios ni los libros impresos; no sé si dentro de algunos años, porque serán nuevas generaciones que vienen totalmente diferentes, con otro chip, pero en lo que queda de la mía, de mi generación, no nos vamos a quedar sin material impreso.
Su presencia es cada día mayor; no hay duda de que facilitan el acceso a las informaciones, eliminan barreras geográficas.
Recibimos noticias de todos lados del mundo en el momento en que ocurren, la interacción es inmediata y eficiente.
Vale mencionar que ahora existe una gran cantidad de plataformas mediante la cuales se realizan reuniones virtuales... todo esto ha constituido una gran revolución en la manera de comunicarse, pero hay que tener mucho cuidado, pues también existen las denominadas noticias falsas que tanto daño hacen.
La tecnología, por ejemplo, fue crucial para que el mundo siguiera su camino durante la pandemia que vivimos.
Hace años el periodismo se respetaba, era lo que llamábamos el cuarto poder.
El periodista se manejaba con mucha ética, mucho profesionalismo y tenía credibilidad.
Era un orgullo ser periodista por el respeto que infundía.
Los tiempos han cambiado. Desafortunadamente, con la tecnología se ha desacreditado el rol de periodista.
Cualquiera se hace llamar periodista y escribe en las redes, y mucho de lo que publica son noticias falsas, malintencionadas y con falta de respeto.
Pese a ello, seguimos teniendo, gracias a Dios, grandes periodistas que nos orientan, que nos brindan información veraz, que muchas veces arriesgan hasta su vida para investigar los hechos que hacen noticia.
Debemos trabajar para continuar elevando la calidad del periodismo panameño.
Primero que todo, me sorprendió mucho. Estaba en Japón cuando me empezaron a llegar los mensajes de que había sido escogida como el premio a la excelencia del año 2022-2023 del Fórum de Periodistas.
Después de una larga trayectoria, para mí constituye un gran honor y más cuando he sabido que fue por unanimidad. Con mucha, pero mucha humildad comparto este premio con todos mis colegas que han hecho posible que yo sea tan feliz.
Es fundadora de la revista 'Mundo Social'.
Nombre completo: Magali Méndez Ojeda
Lugar de nacimiento: La Habana, Cuba
Ocupación: Administradora de empresas
Edad: 78 años
Creencias religiosas: Católica
Cónyuge: Kaname Sakay
Resumen de su carrera: Se graduó de la secundaria en Coral Gables High School, Miami. Es administradora de empresas de la Universidad Pedro Henríquez Ureña, de Santo Domingo, Rep. Dominicana. Trabajó durante mucho tiempo como publicista y relacionista pública en Panasonic Latin América, S.A. Es fundadora de la revista 'Mundo Social'.