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Suicidio: visibilizar para prevenir
- 17/09/2021 00:00
- 17/09/2021 00:00
A nivel global, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 800 mil personas se suicidan cada año, lo que representaría una persona cada 40 segundos.
En la actualidad, Panamá tiene una relación de suicidio de 3,1% por 100 mil habitantes; además, se ubica entre las cinco mayores causas de muerte en el país.
Datos del Ministerio Público muestran que hasta mayo de 2021 se habían registrado 62 casos por muertes de suicidio, siendo enero el mes con más incidencia. Chiriquí y Panamá fueron las provincias con mayores casos.
En materia de género, los hombres lideraron las cifras con 55 casos, en comparación con los presentados por mujeres, que fueron 7.
Las edades oscilan en su mayoría entre los 18 y 24 años, y personas mayores de 40 años. Intoxicación, salto al vacío, disparo con arma de fuego, ahogamiento, corte e incendiarismo han sido las causas de muerte más frecuentes.
Para la psicóloga clínica Damaris Samaniego, “la muerte por suicidio no es predecible, pero sí prevenible”, por lo que considera importante trabajar en la prevención y brindar el tratamiento oportuno. También ve viable abrir más espacios para discutir sobre el tema, ya que estos han demostrado que disminuye el deseo o intención de querer morir por suicidio, tomando en cuenta que entre los factores protectores se encuentra la red social de apoyo sólida, acceso a tratamientos y motivación para el mismo, recursos individuales, resiliencia, apoyo social y de la comunidad.
“Es importante hablar del tema; entre más se abre el espacio, podremos acompañar y ayudar a la persona en riesgo a conseguir ayuda”, expresó Samaniego, al tiempo que reconoció que la población está un poco más abierta a debatir y tratar sobre el tema del suicidio como resultado de todas las campañas que se han realizado, que además han ayudado a que esas personas que podrían estar en una situación de riesgo puedan tener la valentía de aceptar que necesitan ayuda.
Sin embargo, comentó que “la sociedad panameña podría estar un poco más abiertos, pero el tema de salud mental (en general) sigue siendo difícil porque hay mucho estigma o tabú alrededor, por lo que hay que trabajar a nivel de sociedad”.
El pasado 10 de septiembre se conmemoró el día mundial de prevención del suicidio, bajo el lema “Crear esperanza a través de la acción”. En un acto realizado, el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, expresó que “el suicidio es un problema de salud pública de elevada relevancia que afecta a un significativo número de panameños y amenaza con convertirse en una pandemia por su rápida expansión, representando en nuestro país la tercera causa de muerte para los jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y los 19 años”.
En ese espacio se instaló la comisión nacional para el abordaje integral de las conductas de riesgo suicida, integrada por los ministerios de Salud, Desarrollo Social, Educación, Gobierno, Seguridad Pública, Trabajo y Desarrollo Laboral, y Economía y Finanzas.
La comisión la integran la Caja de Seguro Social, el Consejo de Rectores de Panamá, el Instituto de Salud Mental, la Asociación Nacional de Psicólogos, entre otros.
Sucre recordó que en Panamá se ha aprobado la Ley 174 del 2 de noviembre de 2020, que establece el marco jurídico para el abordaje de las conductas de riesgo suicida, del cual ya se han creado las condiciones para la reglamentación de la ley, que se encuentra en proceso.
Mariela Daniela Pérez, directora ejecutiva de Fundación Relaciones Sanas, subrayó que con la instalación de la comisión se da una invitación a “soñar” en un trabajo más colaborativo que permita una buena organización entre instituciones y fundaciones con el fin de trabajar en un solo norte. Este grupo será liderado por la Organización Panamericana de la Salud bajo el marco del programa “Vivir la vida”, que se ha aplicado en varios países.
La psicóloga clínica manifestó que los factores para que una persona decida quitarse la vida nunca son lineales, sino que hay diferentes acciones de riesgo, como puede ser el consumo de sustancias, padecimiento mental, crecer en una familia negligente, víctimas de abuso, entre otras.
“Toda persona tiene la posibilidad de desarrollar el deseo de un intento suicida y poder, al final, morir. No es algo que ocurre de repente, sino que se viene gestando de manera progresiva. Muchas de las personas que cometen actos suicidas piensan que son una carga o que sus vidas no tienen sentido”, explicó Samaniego.
Añadió que todo cambio de conducta significativo tiene que encender las alarmas de que algo puede estar pasando con una persona, para abrir el espacio y realizarle preguntas desde la empatía.
Para Samaniego, la coyuntura de la pandemia ha permitido incidir o realzar la importancia de la salud mental. “La pandemia ha aumentado las dolencias emocionales que muchos venían padeciendo y ahora han comenzado a buscar ayuda”, destacó.
Varios expertos concuerdan en que aún no se conoce la data específica del impacto de la pandemia en la salud mental, pero se estima que sea fuerte, por esta razón es importante hablar del suicidio, identificar los riesgos y saber que es prevenible.
La directora ejecutiva de Fundación Relaciones Sanas subrayó que hay mucho trabajo que hacer en materia de sensibilización, aunque ha visto un mayor interés en lograrlo, especialmente por todo lo vivido durante el año pasado. “En materia de suicidio al final la responsabilidad es de todo un país, porque cuando se habla del bienestar y la vida de una persona todos pueden contribuir”, resaltó.
Pérez compartió que desde 2004 la fundación cuenta con un programa llamado Sanamente, que tiene como objetivo realizar evaluaciones rápidas que permitan determinar si una persona se encuentra en un determinado riesgo de suicidio. Después de una detección ofrece acompañamiento por tres meses de terapia.
Durante la pandemia desarrollaron el programa “primeros auxilios emocionales”, que consiste en entrenamientos de ocho horas de manera virtual, que tienen como fin enseñar a las personas (familiares o amigos) a identificar los trastornos y el abordaje de una persona con actitud suicida.
“Debemos aprender a identificar signos y síntomas de dificultad de salud mental para tener las herramientas necesarias para ayudar a que una persona no se convierta en un riesgo de suicidio, porque está comprobado que en la mayoría de los casos la persona realiza múltiples intentos de suicidio antes de llegar a la muerte. Para prevenir, la gente debe saber qué esperar y qué hacer”, precisó.
“La salud mental es tan importante como la física. Si estás sintiendo que algo no está funcionando, habla con un amigo o familiar, que puede ser un primer paso si sientes que ha pasado tiempo en que el malestar no se alivia o se vuelve más grave. Si ya imposibilita tu funcionamiento, entonces es cuando es oportuno buscar la ayuda de un profesional”, finalizó la directora ejecutiva de Fundación Relaciones Sanas.
A nivel general, el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social mantienen a disposición programas de salud mental gratuitos. También hay líneas de atención como la 169 y 523-6800, donde se ofrecen consultas de apoyo psicológico.