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- 11/12/2022 15:47
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En el norte de Kosovo aumentaron este fin de semana las tensiones, con disparos y explosiones, cuando activistas serbios bloquearon varias carreteras en protesta contra la detención de un expolicía serbokosovar.
El ministro del Interior de Kosovo, Xhelal Svecla, dijo hoy que la policía kosovar eliminará las barricadas de camiones y vehículos en el norte de Kosovo, cuando lo considere oportuno.
“Pronto llegaremos a la situación en que ya no habrá barricadas”, aseguró Svecla ante la prensa en Pristina, sin dar más detalles.
El líder de los serbios del norte de Kosovo, Goran Rakic, afirmó por Facebook que dispone de informaciones según las cuales el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, enviará unidades especiales al norte para lanzar una ofensiva contra los serbokosovares.
“KFOR y Eulex tienen la responsabilidad de impedir el caos que Kurti está preparando”, dijo Rakic, en referencia a la fuerza internacional liderada por la OTAN (KFOR) y la misión civil de la Unión Europea (Eulex).
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, convocó para hoy una sesión del Consejo de Seguridad Nacional en Belgrado, tras la cual aseguró que hará todo por preservar la paz en Kosovo.
“Daremos todo para preservar la paz”, dijo en declaraciones a la televisión pública RTS, agregando que también ha dado órdenes al ejército "para la defensa de la patria”.
Vucic llamó a los serbios del norte de Kosovo a no atacar a EULEX ni a KFOR, mientras que rechazó las llamadas de la UE a que los serbios levanten las barricadas.
“Estoy muy decepcionado. Están acunando a su hijito, a su hijo albanés, el monstruo que crearon hace 23 años”, concluyó en referencia a la salida de las fuerzas serbias en 1999.
Eulex, por su parte, denunció hoy un ataque anoche con una granada de estruendo contra una de sus patrullas en el norte de Kosovo.
También el encargado de política exterior de la UE, Josep Borrell, condenó los incidentes e instó a los serbios de Kosovo a desmantelar las barricadas.
"La calma debe ser restaurada. Todos los actores deben evitar una escalada (de la tensión)", dijo Borrell en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Los activistas serbokosovares intentan evitar que la policía kosovar traslade a Pristina a un expolicía serbokosovar detenido bajo sospecha de haber participado en recientes actos de violencia.
Algunas instalaciones de la Comisión Electoral Central de Kosovo en la parte norte del país fueron atacadas esta semana.
Ante las tensiones, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, anunció anoche que las elecciones locales, previstas para el 18 de diciembre próximo, serán aplazadas a abril de 2023.
Los comicios son necesarios después de que cientos de representantes serbokosovares se retiraran en bloque de todas sus funciones públicas en Kosovo.
Protestan así contra la decisión del Gobierno kosovar de prohibir el uso de matrículas emitidas por Serbia, un conflicto que mientras tanto ha sido resuelto mediante un acuerdo bajo presiones de la UE y de EEUU.
Vucic había dicho anoche que pedirá a KFOR el reenvío de soldados y policías serbios a Kosovo, para proteger a la población serbia allí, aunque reconoció que es consciente de que no recibirá el visto bueno.
Las fuerzas de seguridad serbias abandonaron Kosovo en 1999 tras 78 días de bombardeos de la OTAN y acusados de cometer durante años crímenes de lesa humanidad contra la población albanokosovar.
Kurti, por su parte, advirtió hoy que Serbia "trata de devolver su ejército a Kosovo pese al genocidio que cometieron hace más de 23 años. Eso es una consecuencia directa de la militarización del Estado y de la sociedad de Serbia".
"Insto a todos los ciudadanos de Serbia a que se distancien de las bandas criminales, financiadas y dirigidas por Belgrado, que tratan de desestabilizar la región", concluyó Kurti en una rueda de prensa en Pristina.
Kosovo, cuya población en un 90% es de origen albanés, declaró en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce ni tampoco algunos países de la UE, como España o Grecia.
El pequeño país tiene unos 1,8 millones de habitantes, de ellos, unos 75.000 son serbios, que viven en su gran mayoría en la parte norte fronteriza con Serbia y rechazan la soberanía de Kosovo.