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- 04/07/2023 16:07
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Los talibanes afganos han tomado su medida más reciente desde que asumieron el poder hace dos años. Consiste en la eliminación de todos los salones de belleza dentro del país con un plazo de un mes para completar su cierre total. Esta es una de las tantas restricciones que se han dado, basadas en la rígida e incorrecta interpretación de la ley islámica.
“El ministerio envió una carta a los municipios para cancelar la licencia de los salones de belleza” a partir del 25 de julio, ha informado este martes 4 de julio a la agencia EFE el portavoz del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, Mohammad Sadiq Akif Mahajir.
El ministerio fundamentalista ha ordenado a las autoridades de Kabul y las demás provincias afganas a eliminar las actividades en los salones de belleza para mujeres a lo largo del presente mes y una vez culminado el plazo, estarán prohibidas en el país.
El mulá Mawlawi Haibatullah Akhunzada, líder supremo de los talibanes, es quien ha comunicado la orden.
Esta es otra más de las medidas que se añaden a la lista de prohibiciones exigidas a las afganas desde la toma de poder de los talibanes en agosto de 2021, lo que supone también una pérdida extrema de las pocas fuentes de ingresos que se les permitía tener.
“Miles de familias encabezadas por mujeres perderán fuentes de ingresos. Esto es realmente difícil para nosotras para sobrevivir y es una especie de tortura para nosotras”, declaró a EFE una maquilladora en un centro de estética en la ciudad de Kabul.
Desde agosto de 2021 cuando se dio la llegada al poder de los fundamentalistas las mujeres han vivido un retroceso enorme en cuanto a sus derechos como la segregación por sexos en lugares públicos, el uso obligatorio del velo o la necesidad de ir acompañadas por un familiar masculino en los trayectos largos.
El pasado diciembre se añadió a esta lista la prohibición de trabajar en organizaciones no gubernamentales o asistir a la universidad.
Esa realidad se asemeja a la época del primer régimen vivida entre 1996 y 2001, basándose en una rígida y fanática interpretación del islam y su estricto código social conocido como Pashtunwali, el cual prohibió la asistencia de las niñas y mujeres a las escuelas forzándolas a quedarse en casa.
Los responsables de este régimen son miembros del Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, una institución que inició en el primer régimen talibán y se desmoronó con la invasión estadounidense por los siguientes 20 años.
Desde que regresaron al poder los talibanes en agosto de 2021, la institución volvió a tomar fuerzas, instalándose, justamente en lo que antes solía ser el Ministerio de la Mujer y que actualmente queda como un recuerdo del pasado y la poca libertad que las afganas pudieron vivir.