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Snowden trabaja en un iPhone que no pueda ser intervenido
- 23/07/2016 02:00
- 23/07/2016 02:00
El exanalista de la CIA Edward Snowden está desarrollando una versión del iPhone de Apple para periodistas que no esté sujeto al espionaje gubernamental, informó ayer el diario The New York Times .
Snowden hizo esta revelación por videoconferencia desde Rusia, donde vive exiliado, durante una conferencia titulada ‘Forbidden Research' en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Boston.
El exconsejero de la National Security Agency (NSA) explicó que está trabajando con el ‘hacker' y exalumno del MIT Andrew Huang sobre las posibilidades para modificar los teléfonos de forma que se alerte a los periodistas en lugares sensibles de que están siendo vigilados electrónicamente.
Snowden, miembro del consejo de la ONG Freedom of the Press Foundation, mostró su preocupación por el hecho de que los teléfonos y otros dispositivos móviles estén siendo utilizados para recopilar información de periodistas y entregarla a Gobiernos. La información incluiría la ubicación y sitios visitados con frecuencia por los reporteros.
Como ejemplo del peligro de dar a conocer la geolocalización para los informadores, señaló el ataque del Gobierno sirio en 2012 en el que se asesinó a Marie Colvin, periodista estadounidense que trabajaba en Homs para The Sunday Times of London .
Huang, por su parte, señaló que aunque todavía están en una fase temprana del proyecto, ‘confía' que en el futuro los periodistas podrán modificar sus teléfonos para evitar la vigilancia externa.
Snowden lamentó en la conferencia que cada vez sea más difícil para los usuarios confiar en la información que transmiten desde sus teléfonos, incluso cuando se usa en modo avión.
El exanalista de la CIA llegó a Moscú en junio de 2013 procedente de Hong Kong y recibió en 2014 un permiso de residencia en Rusia para un plazo de tres años.
Snowden pidió hace unas semanas poder viajar a Oslo para recibir un premio otorgado por el Pen Club sin riesgo de ser extraditado a Estados Unidos, pero el tribunal de primera instancia noruego lo desestimó.
El exanalista llegó a Moscú en junio de 2013 procedente de Hong Kong y recibió en 2014 un permiso de residencia en Rusia para un plazo de tres años.