Propuesta de Trump para Gaza torpedea acercamiento entre Israel y Arabia Saudita

Actualizado
  • 10/02/2025 00:00
Creado
  • 09/02/2025 18:04
La propuesta del presidente Donald Trump de desarrollar Gaza y desalojar a los más de dos millones de palestinos que viven allí generó rechazo mundial e indignó al mundo árabe

La idea del presidente estadounidense, Donald Trump, de tomar el control de la Franja de Gaza pone en riesgo los intentos de establecer relaciones entre Arabia Saudita e Israel, y amenaza con atizar los sentimientos contra Estados Unidos en el reino petrolero, advierten los analistas.

La propuesta de Trump de desarrollar Gaza y desalojar a los más de dos millones de palestinos que viven allí generó rechazo mundial e indignó al mundo árabe, lo que dificulta que los sauditas consideren la normalización con Israel.

“Si esa va a ser su política, le cerró la puerta al reconocimiento saudita de Israel”, dice James Dorsey, investigador del Instituto de Oriente Medio de la Universidad Nacional de Singapur.

El reconocimiento de Israel por parte de Arabia Saudita, donde se sitúan los lugares más sagrados del islam, se consideraría como un gran logro en la diplomacia de Oriente Medio, que podría calmar las tensiones regionales.

Pero Arabia, el mayor exportador mundial de petróleo y principal economía de Oriente Medio, se exponen a la inestabilidad en sus fronteras si sus vecinos Jordania y Egipto reciben grandes cantidades de refugiados de Gaza.

Riad debe mantener también relaciones cordiales con Washington, que le garantiza su seguridad y es un baluarte frente a Irán.

“En materia de seguridad, Arabia Saudita no tiene dónde ir si no es a Washington”, explica Dorsey. “No hay nadie más”, insiste. China “no está dispuesta ni es capaz” de inmiscuirse, agrega.

“Y después de Ucrania, ¿se puede contar con Rusia?”, se pregunta.

Reacción rápida

Riad participó en unas negociaciones sobre la normalización, con la mediación de Washington, hasta el estallido de la guerra en Gaza, que frenó el proceso.

Los sauditas reaccionaron rápidamente a la propuesta de Trump, formulada durante una conferencia de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Una hora después de su comentario, el Ministerio de Relaciones Exteriores saudita publicó en X que “reafirma su rechazo inequívoco a (...) los intentos de desplazar al pueblo palestino de su tierra”.

En el mismo comunicado, Riad rechazó el comentario de Netanyahu de que la normalización “tendrá lugar”, y reiteró su postura de que no habrá relaciones sin un Estado palestino.

La idea de Trump implica riesgos para Arabia Saudita, que está inmersa en una ambiciosa transformación económica pospetrolera que depende de la estabilidad para atraer negocios y turistas.

Si los gazatíes son desplazados a Egipto y Jordania, “debilitarán a dos países esenciales para la estabilidad regional y la seguridad saudita”, sostiene el investigador Aziz Alghashian.

Según este experto saudita, la propuesta de Trump y la postura de Netanyahu, que lo apoyó, “ponen en evidencia que no son socios reales para la paz a los ojos de Riad”, en especial el gobernante israelí, quien al parecer “quiere todos los beneficios sin hacer concesiones”.

El plan “desestabilizará más a la región e fortalecerá los sentimientos antiestadounidenses, en especial en Arabia Saudita”, vaticina Anna Jacobs, analista del Instituto de los Estados Árabes del Golfo.

“Está haciendo más difícil la normalización saudita-israelí, y no más fácil”, sostiene.

Andreas Krieg del King’s College de Londres, estima que Riad no aceptará fácilmente la normalización si se lo ordena Washington.

Antes de la guerra en Gaza, los sauditas negociaban garantías de seguridad y apoyo para construir un programa nuclear civil a cambio de los lazos con Israel.

“No son solo un Estado vasallo de Estados Unidos y no reciben dictados de Trump”, agrega Krieg.

Nadie en Arabia Saudita tiene interés en traicionar al Estado palestino. Esa es la última y más importante carta de negociación de los sauditas en términos de autoridad y legitimidad en el mundo árabe y musulmán.

La duda es cómo va a proceder Arabia Saudita y su gobernante de hecho, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

“No creo que los sauditas den un paso importante por ahora”, vaticina Krieg.

“Ellos obviamente tienen sus propias palancas que pueden utilizar para presionar a Estados Unidos, sobre todo en el sector energético. No creo que los sauditas lo quieran usar en este momento”.

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