El G6 de la UE acuerda plan de inmigración

Actualizado
  • 10/10/2018 02:00
Creado
  • 10/10/2018 02:00
En la reunión de los seis mayores países de la zona euro se dispuso mejorar los dispositivos para expulsar a los inmigrantes económicos sin papeles

Los seis grandes países de la Unión Europea coinciden en las grandes líneas de una política migratoria común que debe pasar, en particular, por la colaboración con los países de origen y de tránsito.

Esta es la línea de consenso presentada ayer por la ministra francesa delegada de Interior, Jacqueline Gourault, al presentar las conclusiones de la reunión de dos días en Lyon de titulares de esa cartera en el denominado G6 (Francia, Alemania, España, Reino Unido, Italia y Polonia).

Gourault, quien hizo de anfitriona, indicó que la UE debe dotarse de ‘un sistema robusto y eficaz que garantice la protección' de los refugiados, pero unido a un dispositivo más eficaz para expulsar a los inmigrantes económicos sin papeles.

España pide una política migratoria de Estado

El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió que la inmigración sea abordada como una ‘política de Estado' y no partidistas.

Grande-Marlaska, que participó ayer en Lyon (Francia) en una reunión del G6 de la Unión Europea, dijo que en el Gobierno español son ‘partidarios de una política de migración legal, ordenada y de control de los flujos migratorios'.

El ministro aseguró que está ‘todo controlado' en el arribo de inmigrantes clandestinos por Andalucía.

Y no pudo ocultar las ‘diferencias' entre los asistentes, que se esforzó por subrayar el vicepresidente del Gobierno italiano y líder ultraderechista Matteo Salvini.

También participaron en las discusiones el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, y el titular marroquí de Interior, Abdelauafi Laftit.

En una declaración por separado y sólo con la bandera italiana, Salvini se jactó de haber convencido a muchos gobiernos europeos, con alguna ‘excepción' como España, de su política migratoria, a la que atribuye el descenso de las llegadas de indocumentados.

Por su parte, el ministro de Interior español, Fernando Grande-Marlaska, defendió que la inmigración sea abordada como una ‘política de Estado' y no desde una perspectiva partidista con fines electorales.

Salvini también lanzó pullas al presidente francés, Emmanuel Macron, quien, a su juicio, por una parte le acusa ‘de racismo y de egoísmo', pero en realidad coincide en su diagnóstico de rechazar la entrada de inmigrantes económicos irregulares.

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