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- 07/12/2019 00:00
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En el 30 aniversario de la matanza de la Universidad Politécnica de Montreal, que inició el movimiento para la prohibición de armas de fuego en Canadá, el país sigue envuelto en la polémica para controlar la tenencia de pistolas y fusiles.
En un acto en el Parlamento, el primer ministro, Justin Trudeau, homenajeó a las 14 mujeres asesinadas en esa masacre ocurrida en 1989 y se comprometió a prohibir la venta de rifles semiautomáticos.
"Fortaleceremos las leyes sobre armas y prohibiremos el tipo de arma utilizada en la Universidad Politécnica. Estas armas, diseñadas para matar al mayor número posible de personas en el plazo de tiempo más corto no tienen cabida en nuestras comunidades, en nuestras calles, en nuestro país", dijo Trudeau.
El 6 de diciembre de 1989, Marc Lépine, un estudiante de electrónica de 25 años, entró en una aula de la Universidad Politécnica de Montreal armado con un rifle semiautomático Ruger Mini-14, que había comprado unos meses antes en una tienda de deportes.
Tras ordenar a los varones que estaban dentro del aula que abandonaran la sala, empezó a disparar contra las nueve mujeres que quedaban: seis de ellas fallecieron y tres quedaron malheridas.
A continuación, Lépine empezó a deambular por el edificio de la universidad, disparando a las mujeres que se encontró en su camino, hasta que se suicidó.
El atacante acabó con las vidas de catorce mujeres y causó heridas a otras diez, así como a cuatro hombres en la peor matanza de la historia de Canadá.
Cuando la Policía llegó a la Universidad Politécnica, entre las ropas de Lépine se encontró una nota en la que el asesino justificó la masacre y acusó al movimiento feminista de arruinar su vida.
Esta tragedia generó un movimiento en todo el país para restringir la posesión y uso de armas de fuego, que culminó en 1995 con una ley que obligaba a sus propietarios a obtener una licencia y registrarlas con las autoridades federales.
Algunos de los supervivientes de la matanza también empezaron una campaña para prohibir todos los rifles semiautomáticos, como el Ruger Mini-14 utilizado por Lépine, un tipo de armamento que dispara una bala cada vez que se aprieta el gatillo sin necesidad de recargar manualmente.
En el caso del modelo utilizado por Lépine, este rifle puede estar dotado con un cartucho de 30 balas del calibre .223 Remington.
Pero a pesar de las campañas y esfuerzos de supervivientes y otros grupos, y las promesas de los políticos del momento, el Ruger Mini-14 nunca fue prohibido. Y lo mismo se puede decir del resto de rifles semiautomáticos.
En Canadá existe la Asociación Nacional de Armas de Fuego (NFA, en inglés), el equivalente en el país de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés) en EE.UU., que ha contribuido con éxito al bloqueo de medidas que supongan restricciones a la posesión de ese tipo de armamento.
En el caso del país vecino, el poder de la NRA es bien conocido: Durante años esta asociación que defiende el derecho a poseer armas de fuego se ha opuesto con éxito a cualquier medida legislativa que implique límites a su tenencia, ya sea para defensa personal como para actividades recreativas.
Ese grupo gasta cada año millones de dólares para convencer a los políticos estadounidenses de que se opongan a medidas que impongan cualquier control sobre la posesión de armas de fuego y su éxito es evidente.
En Canadá, aunque la situación no es tan extrema, hay muchos paralelismos.
La aprobación de la llamada Ley canadiense de Armas de Fuego en 1995 provocó la reacción al otro lado de la frontera de la NRA, que durante años proporcionó asistencia y apoyo a los grupos de Canadá, como la NFA, que abogaban por su abolición.
Sus esfuerzos se centraron en la eliminación del requisito de registrar en Canadá las armas largas, como rifles y escopetas. La campaña de los grupos en favor de las armas de fuego ganó tracción sobre todo en zonas rurales y en el oeste del país, el núcleo duro del Partido Conservador.
Así que cuando en 2006 el Partido Conservador llegó al poder, el Gobierno del primer ministro Stephen Harper empezó a trabajar para anular el requisito de registrar las armas largas. En 2012, la mayoría conservadora aprobó la ley que obligaba ademas a destruir la base de datos que identificaban a los propietarios de armas.
Solo la provincia de Quebec, donde se registró la matanza de la Universidad Politécnica, ha mantenido la necesidad de registrar armas largas tras una larga batalla judicial.
Esa misma provincia fue también el escenario de otra masacre, esta vez el 29 de enero de 2017 cuando otro joven, Alexandre Bissonnette, asesinó seis personas en una mezquita de la ciudad de Quebec.
Allí, los propietarios de estas armas tiene de plazo hasta el 29 de enero de 2020 para registrarlas ante las autoridades provinciales, pero NFA está recomendando a los dueños que retrasen hasta el límite el registro de sus armas largas.