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El presidente de EE.UU., Donald Trump, condenó ayer al Ku Klux Klan (KKK), los neonazis, los supremacistas blancos y ‘otros grupos de odio', tras dos días de críticas por la tibieza con que respondió al ataque en Charlottesville (Virginia).
‘El racismo es el mal. Y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes para todo lo que valoramos como estadounidenses', dijo en una declaración televisada y sin preguntas desde la Casa Blanca.
Trump hizo esta condena de los grupos de odio después de 48 horas en las que recibió múltiples críticas, incluso desde su partido, por haber responsabilizado a ‘muchas partes' del ‘odio y fanatismo' vistos en Charlottesville.
Ese fue el mensaje que dio el sábado, en una breve declaración desde su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey), sin señalar a los supremacistas que convocaron la marcha ‘Unir a la derecha' en protesta por la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee, considerado un símbolo de la defensa de la esclavitud y el racismo.
La polémica arreció pese a los intentos de la Casa Blanca, del vicepresidente, Mike Pence, y del fiscal general, Jeff Sessions, por argumentar que en la condena de Trump estaban incluidos el KKK, los neonazis y los supremacistas blancos.
Tampoco ayudó a calmar las aguas, sino lo contrario, fueron celebrados por algunos grupos extremistas en Internet, congratulándose de que el presidente hubiera evitado mencionarles en su declaración.
Trump habló a la nación tras reunirse con el fiscal general, Jeff Sessions y con el director del FBI, Christopher Wray, para abordar el ataque, en un paréntesis de sus vacaciones en Bedminster.
Sessions dijo ayer en la cadena ABC , antes de ese encuentro, de que lo ocurrido en Charlottesville cumple los preceptos legales para ser considerado ‘terrorismo doméstico', algo a lo que Trump no se refirió en su declaración.