El futuro de la democracia: Explorando el modelo de democracia deliberativa

Actualizado
  • 24/08/2023 00:00
Creado
  • 24/08/2023 00:00
En Panamá, el espacio donde podría ocurrir un intercambio de ideas y argumentos dentro de un proceso en el cual los ciudadanos discutan y debatan asuntos de interés público con el objetivo de tomar decisiones informadas y alcanzar acuerdos racionales, es la propia comunidad desde la figura de los presupuestos participativos
Democracia es un concepto fundamental en las sociedades modernas que vive en permanente tensión entre sus dos dimensiones de análisis.

Es creciente el porcentaje de ciudadanos, (sobre todo de jóvenes entre 18 y 35 años), al que no le interesa el tema de la democracia y su profundización, esto debido a un enorme desencanto con la democracia, la cual se encuentra en uno de sus momentos más bajos con respecto a los indicadores de aceptación ciudadana.

Posiblemente esto nos orienta hacia la necesidad de recomponer la democracia, desde un diálogo nacional abierto, sincero y pausado; cosa que no hemos hecho en lo profundo.

La propuesta de la quinta papeleta para una constituyente podría ser el escenario ideal para este diálogo durante los primeros años del quinquenio 2024-2029.

Democracia es un concepto fundamental en las sociedades modernas, que vive en permanente tensión entre sus dos dimensiones de análisis, el ser y el deber ser, o, dicho de otra forma: Las realidades democráticas y el ideal democrático.

La democracia deliberativa, “es un modelo político normativo cuya propuesta básica es que las decisiones políticas sean tomadas mediante un procedimiento de deliberación democrática”, como describe José Martí.

Dicha tensión nos obliga a establecer primeramente una definición de democracia con base en las realidades de nuestra sociedad para luego pasar a la construcción colectiva de un nuevo modelo.

En cuanto a las realidades democráticas, esta perspectiva nos motiva a analizar el sistema tal cual opera hoy, sus bondades, debilidades, carencias y las condiciones básicas que definen su funcionamiento y su estancamiento.

La democracia actual en su más cruda realidad es una democracia representativa, minimalista, un sistema nulo participativo donde la capacidad de invertir en ella determina quienes pueden o no competir.

Sin embargo, existe una segunda perspectiva de análisis, donde lo que se busca es establecer los criterios generales hacia una democracia ideal, o al menos una democracia posible.

Es la perspectiva sobre la cual debemos construir los fundamentos de una democracia verdadera, que genere confianza y cohesión social.

En Panamá las realidades democráticas están tan claras, pero hemos dejado de pensar y construir la mejor democracia posible. Esto último es una tarea pendiente. Debemos tomar responsabilidad sobre la forma como se organiza el poder y se toman las decisiones en sociedad.

Ante este desafío surge la democracia deliberativa con la intención de fortalecer la dimensión ideal de la democracia, otorgándonos criterios, y una hoja de ruta para implementarla.

La democracia deliberativa, como su nombre lo indica, “es un modelo político normativo cuya propuesta básica es que las decisiones políticas sean tomadas mediante un procedimiento de deliberación democrática” (Martí, 2006).

Para su comprensión lo primero es separar debidamente los conceptos de democracia deliberativa y democracia participativa.

La participación se basa en la acción. La deliberación se basa en la búsqueda de soluciones racionales por medio de la comunicación efectiva y el consenso social.

El ideal de la deliberación en la democracia va más allá de la participación. La deliberación se centra en el diálogo y el debate informado como una forma de llegar a consensos y soluciones que reflejen los intereses y valores de la sociedad.

Democracia participativa es un enfoque democrático que busca involucrar activamente a los ciudadanos en la toma de decisiones políticas y en la formulación de políticas públicas. Requiere de un conjunto de espacios y mecanismos donde ciudadanas y ciudadanos pueden incidir y decidir sobre asuntos públicos de su incumbencia, más allá de la actividad propia de los representantes.

Mientras que la democracia deliberativa es un enfoque dentro de la teoría política que pone un fuerte énfasis en el proceso de deliberación y discusión pública como el fundamento para la toma de decisiones políticas.

La democracia deliberativa se centra en la idea de que la calidad de las decisiones políticas mejora cuando los ciudadanos participan en un intercambio abierto y racional de argumentos, donde se escuchan diferentes puntos de vista y se buscan soluciones razonadas y consensuadas.

Los promotores del enfoque democrático deliberativo, como Jurgen Habermas, consideran que “el respeto a los principios constitucionales y el seguimiento de los procedimientos institucionalizados de comunicación constituyen las claves morales que facilitarán la toma colectiva de decisiones”.

Ello significa, por tanto, que la participación y deliberación pública no solo legitiman los acuerdos logrados, sino también representan la fuerza vinculante entre los diferentes miembros de una comunidad política.

Jon Elster, en su libro Democracia deliberativa lo plantea de la siguiente manera: “La toma de decisiones colectivas con la participación de todos aquellos que serán afectados por la decisión, o de sus representantes: este es el aspecto democrático.

A su vez, todos coinciden en que esta decisión debe ser tomada mediante argumentos ofrecidos por los participantes, que están comprometidos con los valores de racionalidad e imparcialidad: y este es el aspecto deliberativo.

Uno de los retos de este modelo democrático es que la deliberación supone un nivel de educación e información sobre los asuntos públicos que en la mayoría de los países no se ha conseguido alcanzar.

El problema que tenemos es que el sistema educativo debe garantizar la enseñanza en temas relacionados con la vida en sociedad y el debate democrático de ideas, con el fin de formar este tipo de ciudadano capaz de construir y formar parte de una democracia moderna, argumentativa y horizontal.

Por otro lado, “el modelo presupone además un conocimiento previo relativamente extenso de los aspectos detallados, sobre los cuales se trata de establecer una voluntad política. Para entender estos contextos a fondo, los ciudadanos y electores tendrían que tener hoy una visión relativamente amplia y bien informada del contexto mundial, los complejos vínculos de uno mismo dentro de ese contexto, un mínimo de fundamentos históricos y culturales y, sobre todo, un conocimiento detallado de asuntos y problemas técnicos acerca de las opciones a tratar y decidir”. (Rivera, Erika).

La democracia deliberativa es un proyecto diseñado para realizarse en ámbitos pequeños que afectan a un número determinado de personas.

En Panamá, el espacio donde podría ocurrir un intercambio de ideas y argumentos dentro de un proceso en el cual los ciudadanos discutan y debatan asuntos de interés público con el objetivo de tomar decisiones informadas y alcanzar acuerdos racionales, es la propia comunidad desde la figura de los presupuestos participativos.

Los presupuestos participativos son un enfoque democrático de toma de decisiones sobre cómo se asignan y gastan los recursos públicos en una comunidad, su finalidad es que en lugar de que las decisiones sobre el presupuesto sean tomadas exclusivamente por funcionarios, los ciudadanos estén involucrados activamente en el proceso de planificación y asignación de fondos, abriendo las puertas al debate racional de ideas entre miembros de la misma comunidad. Es por ello que este mecanismo de participación es ideal para fomentar la deliberación.

Queda como tarea pendiente fortalecer estos espacios comunitarios de debate ciudadano, con el fin de que la deliberación se convierta poco a poco en parte esencial de la cultura democrática de los panameños.

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