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- 05/08/2011 02:00
- 05/08/2011 02:00
ANALISTA
A unque mucho se ha escrito de que las economías latinoamericanas son en gran medida inmunes a las dificultades financieras de Estados Unidos, el acuerdo alcanzado por el presidente Barack Obama con el Congreso para evitar caer en mora con la deuda norteamericana tendrá un impacto negativo en la región.
Es cierto que las consecuencias habrían sido mucho peores si el gobierno de EEUU no hubiese llegado a un acuerdo —ni siquiera a un mal acuerdo, como el alcanzado— y EEUU hubiese perdido su grado AAA de las agencias calificadoras.
Sin embargo, el acuerdo de la deuda norteamericana, un programa de reducción del déficit presupuestario de al menos $2.1 billones durante los próximos 10 años y recortes adicionales del gasto sugeridos por una comisión legislativa de 12 expertos que deberá expedirse antes del 23 de noviembre, muy probablemente retrase aún más la ya tímida recuperación económica de EEUU, y afecte en mayor o menor medida a todos los países latinoamericanos.
Osvaldo Kacef, el encargado de desarrollo económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL), con sede en Santiago de Chile, me dijo que el acuerdo de la deuda de EEUU afectará a América Latina en el corto plazo, porque producirá una desaceleración del crecimiento norteamericano que conllevará a una reducción de las importaciones y una disminución del flujo de turistas estadounidenses hacia la región.
‘El impacto más inmediato lo van a recibir los países que tienen un comercio más intenso con EEUU, que son México y los países de Centroamérica’, dijo Kacef. ‘Los países del Caribe que dependen del turismo norteamericano también sufrirán’.
Para los exportadores de materias primas de América del Sur, incluyendo los países petro-dependientes como Venezuela o Ecuador, los exportadores de minerales como Chile y Perú, y los exportadores agrícolas como Brasil y Argentina, el impacto será indirecto. Según explicó Kacef, la disminución en el crecimiento estadounidense afectara a China, el principal comprador de las exportaciones de esos países sudamericanos.
Entre los economistas más optimistas con los que hablé está Alberto Bernal, de Bulltick Capital. Según él, ni siquiera una desaceleración norteamericana podría afectar las exportaciones sudamericanas, siempre la desaceleración no degenere en una recesión.