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- 15/11/2022 16:44
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La población mundial superó este martes los 8.000 millones de personas, según las proyecciones de Naciones Unidas, que considera que este hito debe acelerar cambios para hacer frente a los desafíos que plantea el tamaño de la humanidad.
"Este es un momento para mirar más allá de las meras cifras y reflexionar sobre el impacto de nuestra creciente familia en el planeta", señaló en una conferencia de prensa Maria-Francesca Spatolisano, subsecretaria general del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
La organización insiste en que este es un hito a celebrar -resultado de los avances de la medicina y de esperanzas de vida cada vez mayores-, pero reconoce que obligará a reformas profundas si se quieren evitar graves problemas.
IMPACTO AMBIENTAL
Uno de los desafíos más comentados es el impacto que la creciente población mundial puede tener en el planeta. A más habitantes, más uso de recursos naturales, más emisiones contaminantes y más residuos.
Y aunque reconoce que el vínculo entre población y deterioro medioambiental existe, la ONU subraya que son en realidad el incremento de las rentas per cápita y los modelos de producción y consumo los que pesan más.
Así, recuerda que los países que más recursos consumen y que producen más emisiones de gases de efecto invernadero tienden a ser los ricos, no aquellos donde la población crece a gran velocidad, casi todos naciones en vías de desarrollo.
"Para tener un mundo en el que los 8.000 millones de personas puedan prosperar, necesitamos desvincular rápidamente la actividad económica de la actual dependencia excesiva de la energía de combustibles fósiles, y una mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales", explicó Spatolisano.
La responsabilidad principal, insiste la ONU, recae en los países más avanzados, que deben asegurar que el resto del mundo reciba la asistencia técnica y financiera necesaria para que las economías crezcan, usando tecnologías menos contaminantes.
Otro de los tradicionales miedos a un mundo con más humanos es el de la falta de comida y los 8.000 millones de habitantes se alcanzan justo en un momento de crisis alimentaria en varias zonas del planeta.
Naciones Unidas, sin embargo, insiste en que el problema del hambre tiene muy poco que ver con las cifras de población, sino que está vinculado a otras cuestiones como los efectos de la crisis climática o los conflictos.
"No es la cantidad de gente" la que causa estos problemas, subrayó Ib Petersen, del Fondo de Población de la ONU. La organización, de hecho, recuerda que la producción de alimentos ha crecido durante el último medio siglo claramente por encima de la población.
El problema en este ámbito, según Naciones Unidas, es que ese éxito a la hora de alimentar al mundo ha llegado con un sistema de producción agrícola muy dañino para el medio ambiente y que es responsable de entre el 20 % y 30 % de las emisiones de efecto invernadero.
Por ello, el gran desafío es avanzar hacia prácticas más sostenibles, que preserven la biodiversidad y frenen el calentamiento global.
Con la población creciendo sobre todo en países con pocos recursos, la lucha contra la pobreza es una de las cuestiones que se complica en este mundo de 8.000 millones de personas y, ahí, la ONU apunta por encima de todo a un problema en aumento: la desigualdad.
"A menos que cerremos el enorme abismo entre los que tienen y los que no, nos estamos preparando para un mundo de 8.000 millones de personas lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflicto", advirtió este martes el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Con poblaciones muy jóvenes, regiones como el África Subsahariana necesitarán, según la ONU, un aumento significativo del gasto público para combatir la pobreza.
Esa realidad demográfica, sin embargo, también ofrece grandes oportunidades para progresar siempre que se invierta adecuadamente en los niños y jóvenes, apunta la organización.
A medida que el nivel de vida y de oportunidades avanza en esos países, la expectativa es que se vea una rápida bajada de la natalidad, como ha ocurrido ya en otras regiones.
A pesar de que la humanidad sigue creciendo, hay muchos lugares en los que la población no aumenta o, si lo hace, es sólo gracias a los inmigrantes. De hecho, un 60 % del mundo vive ya en países donde la tasa de fertilidad está por debajo del nivel de reemplazo.
Mientras, apenas ocho países (la República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, la India, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania) concentrarán más de la mitad del crecimiento de población que se espera entre ahora y 2050.
Así, la ONU considera que los Gobiernos y ciudadanos tienen que entender que la migración va a ser inevitablemente una de las soluciones, tanto para la crisis de envejecimiento en muchos países como para la situación de aquellos con una población especialmente joven.