Cuba alcanzó una tasa de mortalidad infantil de 5.0 niños fallecidos por cada mil nacidos vivos en 2019

Actualizado
  • 07/01/2020 12:53
Creado
  • 07/01/2020 12:53
La isla volvió a ubicarse entre las 35 naciones del planeta que lograron una cifra igual o menor en este importante indicador

La salud pública cubana volvió a hacer gala de su reconocido prestigio al fijar la tasa de mortalidad infantil en 5.0 niños fallecidos por cada mil nacidos vivos durante el año recién concluido, lo cual ubica a la mayor de las Antillas entre las 35 naciones del planeta que lograron una cifra igual o menor en este importante indicador estadístico.

Con este resultado, Cuba llega a 11 años consecutivos alcanzando una tasa de mortalidad infantil que no supera los 5.0 infantes fallecidos durante el primer año de vida, aunque llama la atención que en 2018 fue mucho mejor, pues entonces solamente se registraron 4.0 defunciones por cada millar de niños dados a luz.

Respecto al mayor número de muertes en 2019, la doctora Noemí Causa Palma, directora de Atención Médica del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), dijo a la prensa que se debió a “las complicaciones asociadas al nacimiento prematuro y el retardo en el crecimiento intrauterino”.

Causa Palma agregó que “este indicador es el mejor en la región de las Américas y es el resultado del trabajo desplegado por los servicios de genética comunitaria, el desarrollo de la red nacional de genética médica y el programa nacional de prevención de defectos congénitos y enfermedades genéticas”.

En Cuba las embarazadas consideradas de alto riesgo reciben una continua supervisión, y el Estado garantiza la cobertura médica completamente gratuita, incluso, con la efectiva implementación de la genética médica como parte de un Programa Materno Infantil que tiene como principal propósito la atención integral a la madre y al niño.

La reducción de la mortalidad infantil se incluye entre los ocho Objetivos del Milenio (ODM) precisados en el año 2000 por Naciones Unidas y asumidos por los 189 países miembros como una meta a alcanzar para el año 2015.

Para la isla, la consecución de este y otros empeños relacionados con la salud humana —o de otra índole— cobra un notable significado político, en un contexto en el que cada proyecto solo puede hacerse realidad luego de vencer los obstáculos ocasionados por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba desde el ya demasiado lejano mes de febrero de 1962.

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