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El camino hacia la Presidencia: la restauración de un Ecuador maltratado
- 06/02/2021 00:00
- 06/02/2021 00:00
Ecuador se acerca rápidamente a una nueva administración, a las puertas de los comicios de este domingo para conocer al que tendrá la responsabilidad de liderar a más de 17 millones de personas, en un país dividido. La decisión se reduce a tres candidatos favoritos –entre 16 hombres y 1 mujer– dispuestos a tomar las riendas del país sudamericano: Guillermo Lasso, Andrés Araúz y Yaku Pérez.
Las diferencias entre estos candidatos salen a relucir en cada propuesta, siendo que Araúz (35 años), apoyado por el exmandatario Rafael Correa (2007-2017), busca una línea progresista en Ecuador y el fortalecimiento de la seguridad nacional, iniciando con el cuerpo policial y la creación de un esquema fuerte de políticas públicas para luchar “contra el consumo de drogas, crimen organizado y control de cárceles”, como comentó en algunas entrevistas a medios ecuatorianos.
El candidato del movimiento Unión por la Esperanza (Unies) ha tenido experiencia como director del Banco Central de Ecuador, así como ministro de Conocimiento y Talento Humano, cargo que ocupó entre 2015 y 2017. Además de ser, durante unos meses, ministro de Cultura y Patrimonio en 2017.
Su posición como economista se ve reflejada en su propuesta de eliminar la desvalorización del dólar, donar más de mil dólares a un millón de familias como alivio financiero por la pandemia del nuevo coronavirus, además ha indicado que no cumplirá el plan de liquidez que mantiene Ecuador con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino que buscará fuerzas legales para obligar a repatriar depósitos que los ecuatorianos tienen en el exterior, según detalló el diario El Comercio. En su currículo académico se destaca una licenciatura en ciencias de la Universidad de Michigan y un doctorado en economía de la Universidad Autónoma de México, donde solía residir con su esposa e hijo.
“Es el candidato que ofrece replicar el modelo de Correa. Nunca le vi a Araúz hacer una propuesta nueva, innovadora. Tampoco le he visto hacer un mea culpa de temas que ese gobierno no manejó bien, que podrían mejorar o dar un giro. Entonces, lo que propone es volver al modelo de Correa”, dijo a AP el analista político Santiago Basabe, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Pese a que su primera intención era contar con Correa como vicepresidente, la posición de prófugo de la justicia ecuatoriana tras ser condenado a siete años de cárcel en pago por los cargos de corrupción obligó a Araúz a delegar el puesto de vicepresidente al periodista y empresario Carlos Rabascall. Aún así, el joven candidato señaló a AP que Correa será su “asesor principal” de llegar al poder, lo que ha alarmado a parte de la población que no busca tener nuevamente a Correa en el poder a través de Araúz: “Sus seguidores dicen que [Correa] hizo mucha obra, eso es cierto, pero de mala calidad y todas con escandalosos sobreprecios, con corrupción”, comentó a El Comercio, el abogado David Rebilla.
Por su parte, el economista que ha perseguido la Presidencia de Ecuador por los últimos 3 años se ha presentado nuevamente como un contrincante prometedor a los ojos de la población ecuatoriana, posicionándose con más del 21,34% de aceptación previo al día de votaciones.
Sin título universitario, pero siendo conocedor del ámbito empresarial y laboral del país desde los 15 años cuando debió comenzar a laborar para costear sus estudios en Guayaquil, la constancia y dedicación en el ámbito financiero lo llevaron a ser el dueño del Banco de Guayaquil.
Pese a que ya lleva tres intentos de ascender a la Presidencia ecuatoriana, Lasso no es percibido como un “político carismático”, pero sí uno serio. “Lasso no es el político tradicional, carismático, que despierta pasiones en las multitudes, no, pero es el político que en este momento necesita el país”, comentó Andrés Páez a AP, quien además fue su compañero de fórmula en 2017 cuando fue derrotado por el actual presidente Lenín Moreno, “Es un hombre que tiene frialdad para tomar decisiones, medita mucho lo que va a hacer, y además tiene mucha sensibilidad ante los problemas sociales”, añadió.
Con la presente crisis económica en Ecuador, y un endeudamiento que ha ido aumentando en la última década y media, Lasso es ferviente defensor de la dolarización. Argumenta que si Araúz la elimina, “Ecuador se convertiría en la nueva Venezuela”.
Sus propuestas se inclinan hacia la eliminación de la pobreza, el aumento de 500 dólares en el salario básico, generación de empleo, atraer inversión extranjera y aumentar la producción de petróleo. A su vez, ha criticado los acuerdos con el FMI y asegura que no aumentará los impuestos al valor agregado.
El plan de gobierno de Lasso hace hincapié en la creación de empleos mediante la aprobación de nuevos mecanismos de contratación, el aumento de presencia de la banca internacional y el cambio de leyes para hacer más atractivo al mercado financiero. Además, su promesa de generar riqueza a partir de los recursos petroleros, mineros y energéticos se basa en la participación del sector privado y su toma de liderazgo frente al financiamiento estatal.
“No queremos ocurrencias peligrosas como la de querer eliminar la dolarización; no creemos en ideas sacadas de la ineptitud... no queremos improvisación y vamos a demostrar que tenemos capacidad, voluntad y experiencia”, señaló a los medios de comunicación en enero durante el lanzamiento de su campaña en Quito.
El candidato del movimiento Pachakutik renunció a su nombre como Carlos, para convertirse en Yaku Sacha, un ferviente defensor de la población indígena y ecologista del país, así como opositor del gobierno de Moreno y las prácticas de minería. Durante el gobierno de Correa fue detenido cinco veces tras la fuerte oposición del líder indígena a la Ley de Minería aprobada en 2009, según recopiló la agencia de noticias EFE.
Tal ha sido su oposición al 'correísmo' que dio apoyo a Guillermo Lasso frente a Moreno en las elecciones de 2017, argumentando que “es preferible un banquero que una dictadura”.
Quizá sea el candidato con menor porcentaje de inclinación de votos entre Araúz y Lasso, posicionándose con un 13% de probabilidades en los sondeos nacionales presentados por EFE. Su toma de decisiones se ve fuertemente basada en el comunitarismo y el trueque de beneficios entre diversos pueblos del Ecuador, ideología que llevó a su máxima expresión siendo prefecto de la provincia de Azuay.
El candidato y líder indígena destacó en sus propuestas un sistema de '4E' que incluyen la ecología, la economía, la educación y la ética. Además, sus pronunciaciones destacan la prohibición de toda actividad minera y limitar las concesiones para la producción de petróleo. En bicicleta, saxofón en mano y rodeado de cientos de seguidores, Pérez recorrió las calles ecuatorianas invitando al pueblo a “votar cinco veces sí” por la consulta popular del agua que se realizará en Cuenca (Azuay) este 7 de febrero –en conjunto con las elecciones nacionales–, durante su cierre de campaña el pasado jueves.
La certeza de los ecuatorianos es que quien salga victorioso tendrá que comenzar a restaurar a un pueblo desmoralizado y con una gran sombra de endeudamiento económico y crisis social, que viene siendo un ancla para el progreso del país en una situación agravada por la crisis sanitaria mundial.
Si bien la falta de liquidez y la crisis fiscal de Ecuador no son una novedad, durante la pandemia más de 600 mil personas perdieron sus empleos y las medidas restrictivas para combatir el virus hicieron que se paralizara el 70% de la producción en todo el país.
La economía se contrajo entre un 10% y 12%, a lo que se suma una elevada deuda estimada en alrededor del 60% del producto interno bruto (PIB), un desempleo de casi 68%, un nivel de pobreza que ronda el 35% y necesidades de financiamiento fiscales por unos $8,000 millones para este año, según indicó la agencia AP.
“El votante va a tratar de resolver en las urnas el tema del desempleo, basándose en términos de su economía, ya que es uno de los principales problemas que tiene el Ecuador”, dijo a EFE César Ulloa, politólogo de la Universidad de las Américas (UDLA). Según los expertos, el próximo mandatario deberá tomar medidas extremas para devolver la liquidez al país y garantizar la producción de empleos para la población hasta alcanzar una recuperación económica del 3% en 2021.
Algunas de estas medidas incluyen la reducción del tamaño del Estado para evitar un aumento en el déficit fiscal nacional que puede alcanzar los $6 mil millones este año, al igual que la ganancia de una nueva serie de deudas multimillonarias internacionales –que se podrían agregar al endeudamiento actual que ha tomado el 60% del PIB–, valoradas en un 7% del PIB.
El profesor y analista de la Universidad San Francisco en Quito, Luis Espinosa Godet, puntualizó al diario El Comercio que es necesario “incentivar a los empresarios para que generen riqueza y trabajo, dinamizar la economía, modificar la estructura tributaria y laboral, recortar el gasto público y mantener equilibrio en las finanzas fiscales”, pero señaló que “no son políticas que van a aprobar en un mes ni se lograrán cumplir de la noche a la mañana”.
Las propuestas entre Lasso y Araúz incluyen una reforma tributaria progresiva para hacer que los más ricos paguen más impuestos, generar nuevos y mejores empleos aprobando nuevos mecanismos de contratación, atraer a la banca internacional, y generar riqueza a partir de los recursos petroleros, mineros y energéticos mediante la participación del sector privado para reemplazar el financiamiento estatal.
Con poca fortaleza en sus pronunciamientos acerca de cómo atacarán estos problemas presentes, la esperanza de los ecuatorianos recaerá en la votación inteligente, la producción de petróleo y la minería que podría generar más de $10 mil millones a las arcas nacionales en el futuro.
Sobre las expectativas en torno a este domingo, en caso de que ningún candidato alcance al menos el 40% de los votos y obtenga 10 puntos de ventaja sobre el segundo más votado, será necesario llevar a cabo una segunda vuelta electoral el próximo 11 de abril. Así mismo, el ganador tomará el mando del Palacio de Carondelet a partir del 24 de mayo.