- 19/11/2014 10:24
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La insurgencia está dividida y debilitada en Afganistán tras sufrir importantes derrotas en zonas rurales, por lo que dirige sus ataques a ciudades para obtener mayor repercusión mediática, informó el servicio de inteligencia afgano.
Los talibanes se encuentran divididos en tres fracciones con distintos cabecillas cada una, dijo en rueda de prensa en Kabul el portavoz de la Junta Nacional de Seguridad (NDS), Abdul Haseeb Sediqi.
Un grupo está dirigido por el mulá Qayum Zaker, otro por Akhtar Mohamed Mansour, otro más actúa por su cuenta e incluso "algunos no están seguros de que el mulá Omar", el principal líder de los insurgentes afganos, "esté vivo o muerto", aseguró el portavoz.
Sediqi afirmó que los ataques a ciudades aumentaron un 68 % en paralelo a las operaciones de las Fuerzas de Seguridad afganas que consiguieron derrotar a la insurgencia "en pocos meses en docenas de zonas rurales" en las que sus acciones armadas se redujeron un 45 %.
Los insurgentes iniciaron su habitual campaña de ataques en primavera "con más efectivos y mejor equipamiento para arrebatar al Gobierno distritos estratégicos y establecer sus campos de entrenamiento, pero fallaron", añadió.
Los enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad se extendieron por 22 de las 34 provincias afganas durante las elecciones presidenciales, que se prolongaron de abril a septiembre, pero en la actualidad solo se localizan en seis de ellas, según el servicio de inteligencia.
En los últimos dos meses, las 150 operaciones "antiterroristas" llevadas a cabo asestaron "un duro golpe a los talibanes, con decenas de muertos y detenidos, incluidos importantes comandantes y líderes", subrayó el portavoz.
Afganistán atraviesa una de sus etapas más violentas después de que el año pasado las fuerzas locales se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la misión de la ISAF, que culminará a finales de 2014.
No obstante, la OTAN ha anunciado que mantendrá en el país unos 12.500 militares a partir de 2015, de ellos alrededor de 9.800 soldados de Estados Unidos que se reducirán progresivamente hasta el mínimo necesario para operaciones de seguridad y labores diplomáticas al finalizar 2016.