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Una historia de superación y esfuerzo
en el corregimiento de Las Garzas
- 18/01/2024 00:00
- 16/01/2024 19:17
Miriam Araúz quería una vida distinta para sus hijos. Añoraba que pudiesen completar sus estudios y convertirse en profesionales. Llegó desde Chiriquí al corregimiento de Las Garzas del distrito de Panamá, en 2001, y decidió vender relojes en la calle. Las personas empezaron a pedirle diferentes prendas de ropa y otros objetos que Araúz poco a poco iba agregando a su catálogo de venta, hasta llenar una habitación de su casa con mercancía.
“Pronto abrí el primer almacén de Las Garzas, que nombré ‘El Primogénito’, para la venta de ropa y otros objetos”, explicó en su entrevista con revista MÍA.
Miriam fue creciendo poco a poco a partir de ese momento, y fue incluyendo a su familia en cada uno de sus emprendimientos.
“Contamos con locales de comida rápida, salón de belleza, taller de neumáticos y mecánica, y siete departamentos que alquilamos por $150”, explicó.
Sus hijos salieron adelante, cumpliendo el deseo que su madre tanto aspiraba para ellos. “Mi hijo es médico, y mi hija tiene una escuela privada hasta primaria y poco a poco va avanzando con más cursos”, explicó.
A sus 65 años, Araúz sigue emprendiendo y no se imagina haciendo algo distinto.
Balance entre lo profesional y familiar
Al emprender son muchas las mujeres que se estancan por miedo a no tener una vida balanceada o no contar con apoyo para mantener un hogar en orden y continuar con las tareas de su negocio.
“Yo nunca dejo que nada me frene”, afirmó Araúz. “Si deseas lograr algo en esta vida, tienes que saber levantarte sin importar los obstáculos”, aseguró.
Sus hijos y esposo han sido un gran apoyo para ella, ayudándola en los diferentes emprendimientos que Miriam comenzaba. Para la comunidad de Las Garzas, Araúz se ha vuelto una consejera, pues enseña cómo emprender y lo sencillo que puede ser.
“Quise ser un ejemplo para mis hijos de que todo se puede lograr en esta vida con perseverancia y propósito”, dijo. “Sabía que debía organizarme, así que me acostaba a las 2:00 de la mañana para levantarme dos horas y media después y continuar con mi día, siempre asegurándome de que mis hijos estuviesen bien”, explicó.