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- 31/08/2023 12:08
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Florida comenzó este jueves 31 de agosto a evaluar los daños provocados por las devastadoras inundaciones a raíz del paso del huracán Idalia, que fue degradado a tormenta y avanza ahora por la costa del sudeste de Estados Unidos.
Idalia tocó tierra en Florida este miércoles 30 de agosto tras iniciar su trayectoria el lunes en Cuba y ahora amenaza el estado de Georgia con lluvias torrenciales y más inundaciones en las zonas costeras, donde los residentes ya sufren cortes de luz.
En Florida, Georgia y Carolina del Sur, más de 310,000 hogares estaban sin electricidad en la mañana del jueves, según el portal especializado PowerOutage.us.
Las autoridades no han informado de víctimas, pero el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, advirtió que "esto puede cambiar" dada la magnitud de la tormenta.
Los funcionarios estatales indicaron que los equipos de rescate están operativos, pero admitieron que pueden demorar en llegar a zonas que bloqueadas por la caída de árboles o por las inundaciones.
Idalia irrumpió en Florida, cerca de Keaton Beach, como huracán de categoría 3 en una escala de 5, con vientos de hasta 215 km/h a las 7:45 a.m. de este miércoles, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
En algunas zonas de la costa, las aguas subieron hasta cinco metros, según el NHC.
Después, Idalia perdió fuerza, pero generó vientos de cerca de 100 km/h en Georgia y Carolina del Sur.
"Todavía hay numerosas inundaciones" en Charleston, en Carolina del Sur, informó en la noche del miércoles a la cadena CNN el director de gestión de emergencias de la ciudad, Ben Almquist.
Las autoridades esperan que la situación mejore a partir de la mañana de este jueves.
"Todo debería mejorar una vez que pase la noche (del miércoles)", proyectó Ron Morales, un meteorólogo del Servicio Nacional en Charleston, en declaraciones a medios locales.
Según las proyecciones, la tormenta va a terminar su recorrido en el Atlántico este jueves.
Las autoridades llamaron a evacuar a miles de personas en Florida, aunque algunos habitantes se negaron a abandonar sus hogares.
En Perry, una ciudad afectada, decenas de árboles fueron arrancados por el viento.
Un pino cayó sobre la casa de John Kallschmidt, de 76 años, que contó que fue una experiencia "aterradora".
"Fue peor de lo que esperábamos", declaró a AFP. "Pero así son las cosas, así es la vida en Florida".
En Steinhatchee, una pequeña ciudad de unos mil habitantes situada en la costa 30 kilómetros al sur de Keaton Beach, la calle principal, casi desierta, quedó completamente anegada y parecía una prolongación de un río aledaño.
"Algunos árboles cayeron delante de mi casa, pero por lo demás la casa se salvó. Todo está bien", dijo a la AFP Patrick Boland, un hombre de 73 años que se encerró en su hogar.
En la zona de Tampa Bay, donde hay más de 3 millones de residentes, las calles quedaron inundadas y algunos habitantes tuvieron que utilizar embarcaciones para movilizarse.
Más de 1,000 rescatistas fueron desplegados por las autoridades federales, después de que la Casa Blanca pidiese una vigilancia reforzada.