La ola migratoria en Chile continúa pese a la militarización de la frontera

Actualizado
  • 21/02/2022 00:00
Creado
  • 21/02/2022 00:00
Con el anuncio de un estado de excepción en provincias fronterizas del norte y una nueva ley de migraciones, el Gobierno de Chile intenta enfrentar la crisis.
Un grupo de migrantes de nacionalidades chilena, boliviana y venezolana espera para cruzar de Bolivia a Chile, en una fotografía de archivo.

Una semana después de la huelga de camioneros que paralizó el norte de Chile en protesta contra la inmigración irregular y la falta de seguridad, cientos de personas siguen cruzando la frontera por pasos no habilitados pese al estado de emergencia declarado en la zona, mientras el alcalde de Colchane denuncia que hay "improvisación" en las medidas anunciadas por el Gobierno.

“No hemos notado un mayor cambio. Colchane está militarizado hace ocho meses y desde que se anunció el estado de excepción -el fin de semana pasado- todo sigue igual. Al día siguen ingresando cientos de personas y vemos familias caminando por las calles. No tenemos infraestructura, se ven espacios públicos tomados como paraderos, plazas, incluso casas de funcionarios", señaló a EFE el edil de Colchane, Javier García.

Ubicado a 3.700 metros de altura el pleno altiplano, Colchane se ha transformado en el escenario de un flujo migratorio sin precedentes en el país suramericano al ser la primera localidad a la que se llega justo al cruzar la línea fronteriza con Bolivia, en el extremo norte del país.

Durante los últimos 12 meses, poco más de una veintena de personas han fallecido intentando entrar a Chile por esos pasos clandestinos, sometidas a un clima extremo que alcanza altas temperaturas a lo largo del día y desciende bajo los ceros grados en la noche.

“El personal está sobrepasado”

Según el último Censo, en Colchane habitan poco más de 1.300 personas, por lo que su infraestructura y servicios de primera necesidad tienen una capacidad acotada.

En imágenes difundidas esta mañana por funcionarios municipales, se ve a decenas de personas deambulando por las calles del pueblo, ocupando espacios públicos a la intemperie o en carpas a la espera de poder continuar la ruta hacia su destino, en la mayoría de los casos Santiago, la capital chilena ubicada a casi 2.000 kilómetros hacia el sur.

“Esta situación ha excedido nuestra capacidad de respuesta y el personal está sobrepasado. Nosotros, en un contexto de normalidad, atendíamos a 10 personas diarias en nuestros servicios de salud, hoy estamos atendiendo al menos a 100. Se ha generado la renuncia de funcionarios y hay falta de interés por trabajar en la comuna debido a la falta de seguridad", afirmó el alcalde.

La altura, las bajas temperaturas y las constantes lluvias en el altiplano acentúan los problemas de salud de los inmigrantes, más habituados a tierras bajas y con una oscilación térmica mucho más moderada. En caso de presentarse problemas respiratorios, la Provincia del Tamagural, en la región de Tarapacá, no cuenta con hospitales, por lo que el traslado de pacientes supone un viaje de 250 kilómetros que dificulta la atención oportuna.

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