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Urgen triplicar la financiación para soluciones basadas en la naturaleza
- 10/01/2024 00:00
- 09/01/2024 19:41
Un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) advirtió que todavía existe un notable “déficit” en los flujos de financiación para soluciones basadas en la naturaleza, a pesar de los compromisos con la Convención de Río de limitar el cambio climático a 1,5 °C, la meta del Marco Mundial de Biodiversidad de proteger el 30% de la tierra y el mar para 2030 y de lograr la neutralidad de la degradación de la tierra.
El informe sobre el “Estado de la Financiación para la Naturaleza” indica que solo en 2022 se destinaron $$200.000 millones para financiar esos menesteres, su mayor parte procedente de los gobiernos (82%, $165.000 millones), mientras que la financiación privada sigue siendo modesta ($35.000 millones, 18% de capital); por lo que “es necesario que los flujos financieros destinados a soluciones basadas en la naturaleza aumenten casi el triple con respecto a los niveles actuales ($200.000 millones) para alcanzar los $542.000 millones anuales en 2030 y se cuadrupliquen hasta los $737.000 millones en 2050”.
Al mismo tiempo, el organismo de las Naciones Unidas sugirió que tanto la financiación pública como la inversión privada deben aumentar drásticamente, junto con el reajuste de los flujos financieros que tienen un impacto perjudicial sobre la naturaleza. Indicó que, aunque la financiación pública seguirá desempeñando un papel fundamental, la financiación privada puede aumentar potencialmente su cuota de financiación basada en la naturaleza del 18% actual al 33% en 2050. “La degradación generalizada de la naturaleza no sólo está agravando la crisis climática, sino que también nos empuja a sobrepasar los límites planetarios. Invertir en soluciones basadas en la naturaleza ofrece una vía estratégica y rentable para hacer frente a los desafíos interconectados del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo, al tiempo que se logran avances tangibles hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, declaró en el estudio, Jochen Flasbarth, secretario de Estado del Ministerio Federal alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, que financió el informe.
Según el informe, las soluciones basadas en la naturaleza ofrecen oportunidades de inversión cruciales, ya que son rentables y aportan múltiples beneficios. Las oportunidades de inversión en la gestión sostenible de las tierras, dijo, pueden cuadruplicarse de aquí a 2050 en función de la rentabilidad a largo plazo de la producción sostenible de alimentos y materias primas, lo que es fundamental para catalizar la inversión privada.
Enfatizó en que la protección de los diversos ecosistemas “es altamente rentable”, ya que representa el 80% de la tierra adicional necesaria para las soluciones basadas en la naturaleza, aunque tan solo reciba el 20% de la financiación adicional para soluciones basadas en la naturaleza en 2030. “Dada la magnitud de la degradación en todo el mundo, la restauración ofrece enormes oportunidades para fortalecer la función y la resiliencia de los ecosistemas con el objetivo de prestar los servicios ecosistémicos de los que tanto dependemos todas los seres humanos”, apuntó.
El informe advierte, además, que no bastará con duplicar o triplicar la inversión en soluciones basadas en la naturaleza para alcanzar los tres objetivos de Río, a menos que se reduzcan drásticamente los $7 billones de flujos de inversión destinados a actividades que destruyen la naturaleza y, en el mejor de los casos, se reorienten a favor de la naturaleza. “Es necesario un cambio radical en favor de la naturaleza. El sector financiero y las empresas no sólo deben aumentar las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza, sino también aplicar incentivos para desviar la financiación de actividades perjudiciales, fomentando resultados positivos para la naturaleza”.
Indicó que aquí las políticas gubernamentales desempeñan un papel crucial en la creación de un entorno propicio para fomentar las oportunidades de inversión. En concreto, las perspectivas de inversión en soluciones basadas en la naturaleza están floreciendo, gracias a la reestructuración de sectores globales como la alimentación, las industrias extractivas, el sector inmobiliario y las infraestructuras, que agravan en gran medida el deterioro de la naturaleza. Estas oportunidades de inversión compiten con las oportunidades comerciales derivadas de la crisis climática, lo que plantea un momento crucial para una transformación efectiva.
En conclusión, detalló que los flujos de capital privado negativos para la naturaleza ascienden a un valor de $5 billones anuales, 140 veces más que los U$35.000 millones de inversiones privadas destinadas a soluciones basadas en la naturaleza. Los cinco sectores que concentran la mayor parte de los flujos financieros negativos (construcción, suministro eléctrico, inmobiliario, petróleo y gas, y alimentación y tabaco) representan el 16% del total de los flujos de inversión en la economía global, pero constituyen el 43% de los flujos negativos para la naturaleza asociados a la destrucción de bosques, humedales y demás hábitats naturales.
El presupuesto público destinado a subvenciones dañinas para el medio ambiente en cuatro sectores (agricultura, combustibles fósiles, pesca y silvicultura) se estima en $1,7 billones en 2022. Con motivo de la reunión de dirigentes en Dubái esta semana, será fundamental reformar y reorientar las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente, en particular las destinadas a los combustibles fósiles y la agricultura. Únicamente las subvenciones a los combustibles fósiles destinadas a los consumidores se duplicaron, pasando de los $563.000 millones en 2021 a $1,163 billones en 2022.
“El informe de este año es un duro recordatorio de que seguir con el statu quo supone una grave amenaza para nuestro planeta, lo que refuerza la necesidad urgente de realizar una transición hacia prácticas empresariales sostenibles y de poner fin a la financiación destinada a destruir la naturaleza (...), puntualizó Niki Mardas, directora ejecutiva de Global Canopy.