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Turismo nacional, entre la politización y la falta de cultura
- 06/01/2024 00:00
- 05/01/2024 22:51
Los números de Panamá, en materia turística, no son malos. El país recibió más de 1.800.000 turistas en 2023, superando en 104% la cantidad de visitas que tenía para 2019, antes de la pandemia de covid-19, según el Reporte de Desempeño del Sector Turismo 2023, desarrollado por la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP).
La nación sigue posicionándose como un destino destacado dentro del mercado global, por revistas como Condé Nast Traveler y el portal CNN Travel, los cuales recomiendan visitarlo en 2024.
“Los visitantes están aumentando su periodo de estadía y continúan recorriendo más destinos, lo que permite promocionar al país como un destino para explorar la naturaleza y la cultura”, dijo a La Estrella de Panamá el exadministrador de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) Iván Eskildsen.
El problema viene cuando se comparan las cifras de Panamá con las de otros países de la región, como Costa Rica, el cual recibió cerca de 2,4 millones de turistas en 2023, según cifras del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), o República Dominicana, la cual ocupó todos los reflectores mundiales y encabezó las tendencias turísticas de 2023, según la empresa española de inteligencia turística y datos de viajeros, ForwardKeys.
La nación caribeña cerró el año con 10.031.751 de visitantes, según informó el ministro de Turismo, David Collado, a medios locales.
La realidad en Panamá se debe, según Eskildsen, a que el país comenzó a “desarrollar un poco tarde” su potencial turístico. “República Dominicana y Costa Rica llevan cerca de 50 años potenciando su marca, mientras que nosotros lo comenzamos a tomar en serio hace pocos años”, reconoció el exadministrador de la ATP.
“Durante muchos años, Panamá enfatizó su capacidad como centro financiero y logístico”, ponderó el especialista, quien considera que el país comenzó a intentar descentralizar su economía hace poco, lo que le abrió las puertas al desarrollo turístico.
Annette Cárdenas, quien es la presidente mundial de Skal International, organización dedicada a fomentar el turismo global, explicó a este medio que el principal problema que tiene la industria turística nacional es que está muy “politizada”. “Aquí cada gobierno viene con su librito y cambia lo que le da la gana, en lugar de desarrollar una estrategia como país. Como consecuencia, nos la pasamos avanzando y retrocediendo constantemente, en lugar de tener un rumbo fijo”, resaltó.
“Este país nunca se ha decidido a arrancar formalmente su industria turística, porque las medidas que se toman no son sostenidas en el tiempo y eso no se logra porque cada vez que un gobierno aborda el tema de turismo, lo hace sin colocar a personas que entiendan la materia”, aseguró la especialista, quien pide que se deje de tratar el renglón como algo “político” y pase a verse desde una óptica “técnica”.
Turismo vs. minería
“Para 2019, la industria produjo más de $7.000 millones en ingresos y en 2023 el sector iba encaminado en esa dirección. No es descabellado pensar que el turismo logre sustituir la inversión que el país dejó de percibir en la mina, con el aliciente de que este es amigable con el ambiente”, ponderó Eskildsen.
Esta postura es compartida por Cárdenas, quien recalca que los líderes del sector turístico nacional llevan años abogando porque esto sea así. “Eso no es nada nuevo, la industria nacional lo lleva diciendo por más de 30 años. El turismo es una industria que permea a toda la economía del país. No se trata solo del sector hotelero, abarca los restaurantes, sectores de entretenimiento, artesanos, agricultores, transportistas y otros”, indicó.
“Sí, el turismo puede llegar a ser el mayor productor de divisas del país, pero necesitamos entenderlo y querer que eso suceda. La empresa privada lo está haciendo, pero muy pocos la han apoyado”, añadió.
La también expresidenta de la Cámara de Turismo considera que, aunque el país cuenta con gran potencial turístico, este queda opacado por la poca preservación y cuidado de sus lugares emblemáticos, así como la falta de infraestructura turística. “A las personas les gusta el Casco Antiguo, el Canal de Panamá y el Biomuseo, pero aparte de eso no hay mucho dentro de la ciudad y eso hace falta”, agregó.
Identidad y cultura
Para Cárdenas, los desafíos no terminan en un tema político, sino que se extienden a la cultura turística de la ciudadanía. “Aquí no hay una educación turística adecuada, no se entrena bien a las personas que trabajan con el turista y, aunque nos hemos acostumbrado a eso, solo es necesario ir a otros países referentes en la materia para darse cuenta de la diferencia en el trato”, explicó.
Este problema no ocurre solo en Panamá, aclara la especialista, está presente en todo el mundo. “El capital humano dentro de esta industria está en franca decadencia, porque las nuevas generaciones no quieren formar parte de ella”, mencionó.
En cuanto a infraestructura, la líder de Skal Internacional cuestionó el desarrollo y estado de vías y carreteras en el territorio nacional, así como la falta de medios alternativos de transporte que les permita a los extranjeros y al nacional realizar actividades turísticas, sin tener que pasar largas horas de tráfico.
Otro tema que mencionó es la falta de identidad turística que tiene la nación. “No hemos podido afianzar una identidad turística propia, que nos permita diferenciarnos en los mercados internacionales. Eso es algo que sí tienen otros destinos como Colombia, Costa Rica, o República Dominicana”, dijo.
“Yo veo que nuestra preparación como país todavía está verde”, lamentó Cárdenas, quien señala que si queremos atraer turismo masivo, es necesario contar con las herramientas fundamentales para darle una buena atención a millones de turistas, todos los años.
Es por eso vital que todos los actores de la sociedad se involucren, no solo los empresarios, ya que, según la especialista, esta actividad puede beneficiar a toda la población. “Somos un país maravilloso, con grandes atractivos, solo que no los estamos utilizando”, añadió.
Si esto se consigue, Panamá puede salir al mercado mundial y aprovechar las oportunidades que tiene a su alcance, como los diversos programas de integración turística internacional que está desarrollando Skal International y otros programas.
“Panamá puede capitalizar mucho sobre eso, porque le permite generar alianzas para atraer e importar negocios”, concluyó.