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- 16/05/2009 02:00
- 16/05/2009 02:00
PANAMÁ. Quienes piensan que la calma ha retornado a la Cooperativa de Servicios Múltiples de Puerto Armuelles (Coosemupar) están equivocados. El volcán se prepara para hacer erupción. Y es que aunado a los problemas económicos, la destrucción de las plantaciones de banano las están germinando ahora los propios trabajadores.
La dirigencia sindical designó a José Manuel Morales para que desempeñe los cargos de gerente general y gerente de comercialización. Con estos cambios de dirección, los trabajadores esperan normalizar la producción y exportar la fruta a partir del próximo mes de noviembre. La primera medida de Morales se puso en ejecución el jueves pasado, cuando los trabajadores empezaron a utilizar abono orgánico en las tres mil hectáreas de banano y “humo líquido”, también de origen orgánico para tratar la sigatoka negra.
La última vez que las plantaciones recibieron fertilizantes y tratamiento contra la sigatoka, fue hace cinco meses.
El secretario general del sindicato, Simón Lezcano, sostiene que Morales es un profundo conocedor del tema bananero y está totalmente convencido de que este logrará reactivar la producción para beneficio de los 2,800 trabajadores y de la región del Barú.
Pero el empresario bananero y presidente de la Central Azucarera de Alanje, Anel Flores, advierte que los trabajadores “han tomado el camino equivocado” al introducir elementos orgánicos para tratar las plantaciones y la sigatoka negra. Este sistema sólo ha tenido éxito en algunas regiones de Perú y Ecuador, donde la incidencia de la sigatoka negra es baja, pero en Panamá es muy alta, explicó.
“En ninguna otra parte ha dado resultado y lo único que se obtendrá será la destrucción total de las plantaciones”, sostiene. Y al parecer el sistema implementado por los trabajadores, difiere del utilizado por el resto de las empresas bananeras que operan en el país y en Costa Rica, quienes invierten unos 90 millones de dólares al año, en tratamiento con químicos.
La estación lluviosa le ha dado un nuevo aspecto a las plantaciones, y el banano que ha empezado a producirse se utiliza para abastecer el mercado local, lo que genera ingresos por el orden de los 300 mil dólares mensuales. Pero esta bonanza puede terminar anticipadamente, según sostiene el ex secretario general del sindicato Salustiano De Gracia.
De Gracia coincide con Flores y para él la utilización de elementos orgánicos “es una locura”. “Le doy un mes para que las plantaciones vuelvan quedar amarillas”, sostuvo. Y es que según el ex dirigente, si el sistema orgánico fuera efectivo, las transnacionales no invirtieran tanto dinero en urea para mantener las plantaciones y en tecnología para enfrentar la sigatoka negra.
Otro experto en el tema, que pidió la reserva de su nombre, considera que la actitud de los trabajadores y la falta de decisión del gobierno llevará a la cooperativa “a su total destrucción”. Los trabajadores acaban de rechazar una oferta de la transnacional Del Monte por $54 millones, que consistía en el arrendamiento de 3 mil hectáreas de tierra por un periodo de 25 años. Y sobre este tema, al parecer el nuevo gobierno aún no ha tomado una decisión o al menos no se ha hecho pública. El ministro designado, Víctor Manuel Pérez, se limitó en señalar que “con buena fe se puede resolver todo”.