La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
Panamá avanza en la igualdad de género en el sector energético un 36% en los últimos tres años
- 03/05/2024 00:00
- 02/05/2024 18:44
La presencia de las mujeres inmersas en el sector energético en Panamá ha avanzado cerca de un 36% en los últimos tres años, según demostró el “Diagnóstico de igualdad de género en el sector energético de Panamá 2023”, el segundo en su tipo elaborado por la Secretaría Nacional de Energía, adscrita a la Presidencia de la República, con la financiación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El diagnóstico surge del compromiso del gobierno con la agenda de género y el empoderamiento de las mujeres, en particular destaca su conocimiento de la estrecha relación que guarda el género y la energía para impulsar una transición justa e inclusiva. Para la medición, Sandra Caballero, especialista en género y energía, encuestó a 257 personas.
Rosilena Lindo Riggs, titular de la Secretaría Nacional de Energía (SNE), manifestó que este segundo diagnóstico de igualdad de género del sector energético panameño está revelando el avance que hemos tenido desde 2021 hasta 2024 en los temas de equidad y condiciones habilitantes para que más mujeres formen parte del sector.
Lindo Riggs aseguró que también abre la oportunidad de aprovechar ese talento que reside en hombres y mujeres, así facilitamos una coexistencia apropiada y saludable para que la remuneración en el sector sea igualitaria para todos y el acceso a capacitación y a incentivos para continuar trabajando en el sector, ya que es importante facilitar las oportunidades de equilibrio y balance entre la vida profesional y la vida familiar de todas las personas que participan de este sector.
Por su parte, Arturo Alarcón, especialista senior en Energía del BID, dijo que apoyaron el diagnóstico inicial y ahora el segundo, donde se analiza cómo ha avanzado el sector energético en el tema de igualdad y equidad de género. Específicamente, agregó, ve qué brechas aún quedan y qué acciones están implementando de la hoja de ruta nexo mujer y energía que presentó a la Secretaría de Energía, cuáles se han implementado y algunas recomendaciones y acciones a futuro.
En tanto, Miguel Bolinaga, presidente país de AES Panamá, indicó que “cada vez hay más damas en el sector, sobre todo en la parte eléctrica, y lo bueno es que se está dando en todos los cargos, desde el más básico hasta cargo de directorio, y abarcado desde las personas mayores hasta las más jóvenes.
“Hay más mujeres preparadas, con ganas de trabajar también en este sector, que a lo mejor antes se pensaba que solo era para hombres, porque es un sector muy masculino, pero eso no es así. No es individualista de tantos hombres y tantas mujeres, sino que viene creciendo y si no encontramos a las mujeres preparadas, las vamos preparar, como lo estamos haciendo con la fundación a través de varios programas como mujer electricista, mujeres emprendedoras y demás”.
Entre otros hallazgos del ‘Diagnóstico de igualdad de género en el sector energético de Panamá 2023’ está que los hombres duplican a las mujeres en los puestos de alta jerarquía. Las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en los puestos de baja jerarquía, estando así concentradas en general en puestos de baja y media responsabilidad.
Los hombres están a la delantera en cuanto a los roles operativos y técnicos, mientras que hombres y mujeres comparten presencia prácticamente en igual proporción en roles administrativos.
La inmensa mayoría de los encuestados considera que más de 4 de cada 10 de las personas más cercanas en su entorno profesional son hombres.
La mayoría de los hombres y de las mujeres trabajan de 41 a 50 horas a la semana, pero son los hombres quienes alcanzan un mayor porcentaje en la franja máxima de trabajo remunerado (de más de 50 horas a la semana).
Observaron una diferencia de 14 puntos porcentuales de los hombres por encima de las mujeres que cuentan con más de 10 años de experiencia en el sector. Esto significa que los hombres aventajan en sus años de camino recorrido en el ámbito de la energía, lo cual podría explicar —pero solamente de forma parcial— el hecho de que las mujeres estén subrepresentadas en los más altos niveles.
Una gran parte de las mujeres (38,8%) recién inicia su carrera en el sector energético, pudiendo ser consideradas como principiantes en la materia al tener máximo tres años de experiencia. Según Caballero, esto también puede interpretarse como algo paulatino, pero con creciente interés de las mujeres en incorporarse a la energía.
Los hombres casi duplican a las mujeres en haber recibido de tres a cinco ascensos, mientras que casi las cuadruplican cuando se trata de haber recibido más de cinco ascensos.
Más de la mitad de las mujeres encuestadas no tienen carreras vinculadas a energía, mientras que dos tercios de los hombres participantes sí estudiaron específicamente lo relativo al sector.
Solamente las mujeres indicaron el nivel de estudios más bajo en carreras técnicas. En el caso de la licenciatura, los hombres aventajan por casi cinco puntos porcentuales a las mujeres. Mientras que en nivel de maestría la diferencia entre hombres y mujeres es de aproximadamente dos puntos porcentuales, en favor de las mujeres. El porcentaje de personas con doctorado es prácticamente el mismo en ambos sexos, siendo ligeramente mayor en el caso de las mujeres.
En cuanto a las carreras que cursaron las personas participantes, la mayoría de las mujeres señaló carreras como ingeniería electromecánica, derecho, ingeniería industrial e ingeniería mecánica, administración de empresas, finanzas, gestión de proyectos, ingeniería en sistemas, ingeniería civil, ingeniería química, mercadeo y publicidad, periodismo, psicología, sociología. Pocas indicaron haber estudiado energías renovables, ingeniería petrolera e ingeniería ambiental.
En el caso de los hombres, la mayoría estudió ingeniería eléctrica y electrónica, e ingeniería electromecánica. También se incluyeron otras como ingeniería ambiental, telecomunicaciones, ingeniería en energías renovables, finanzas, administración de empresas, arquitectura, ingeniería en sistemas, así como relaciones internacionales y trabajo social. El hecho de que la mayoría de los hombres indicaran haber estudiado una ingeniería y en su mayoría relacionada con aspectos muy técnicos de la energía, evidencia que se está ante un sector que tradicionalmente se ha percibido como propio del género masculino.
El 64,1% de las mujeres encuestadas desempeña roles que implican la supervisión de otros empleados en sus posiciones actuales. En el caso de los hombres, este porcentaje es significativamente más alto, alcanzando un 80%.
El 32,8% de las encuestadas no considera suficientes las posiciones de liderazgo ocupadas por mujeres en sus organizaciones. En contraste, el 64,4% de hombres considera que ya existen suficientes mujeres en puestos altos de la organización. La discrepancia en las percepciones indica que incluso cuando la presencia de mujeres es baja, los hombres consideran que “ya es suficiente”.
La baja participación de las mujeres en las organizaciones se sustenta en diversas razones. La mayoría identificó la falta de oportunidades de desarrollo y promoción como un factor determinante, mientras que en segundo lugar señalaron que se debe a los estereotipos de género y prejuicios en los procesos de selección y ascenso. Seguido de este, se menciona que la cultura organizacional que no fomenta la diversidad de género, y finalmente —en menor proporción— las encuestadas lo relacionan con la ausencia de políticas de igualdad de género efectivas.
El 58,2% de las mujeres afirma haber experimentado dificultades u obstáculos por ser mujeres, en contraste con el 15,5% de los hombres que reconoció haber enfrentado dificultades por el simple hecho de ser hombre. Esto significa que para las mujeres resulta casi cuatro veces más frecuente esta situación.
El 23,8% de las mujeres encuestadas consideró haber experimentado discriminación al recibir premios, promociones o invitaciones a eventos. En contraste, solo el 4,4% de los hombres encuestados manifestó haber sido objeto de este tipo de situaciones. Esto significa que esta discriminación se percibe como cinco veces más común para las mujeres que para los hombres.
El 23,8% de las mujeres indicó que ha experimentado desconfianza en sus habilidades debido a su sexo, versus un 8,8% de hombres que afirmó haberlo experimentado. Esto implica que este fenómeno es 2.68 veces más común para las mujeres que para los hombres.
El 23,8% de las encuestadas dijo haber sido discriminada para realizar algún trabajo debido a ser mujeres, versus solamente el 2,2% de los hombres que indicó haber sufrido tal discriminación por el simple hecho de ser hombre.
El desglose de las actividades asignadas a hombres y mujeres revela una marcada tendencia a la asignación de tareas estereotipadas por género, que no forman parte de las funciones incluidas en el puesto de trabajo. Entre las actividades designadas a los hombres, se incluyen “cargar objetos pesados”, “conducir”, “botar la basura”, “barrer”, “hacer copias” y “asistir a visitas en lugares más complicados”.
Por otro lado, las mujeres tienden a recibir tareas como “atender clientes”, “lavar trastes”, “archivar”, “hacer copias”, “organizar eventos” y “servir comida”, entre otras.
El 31,34% de las mujeres ha experimentado pausas laborales significativas, mientras que entre los hombres un 26,67% ha tomado este tipo de descansos. Si bien el porcentaje no es muy diferente entre hombres y mujeres, sí lo son las razones por las cuales han tomado dichas pausas. Para las mujeres, la causa más frecuente es el cuidado de la familia, mientras que para los hombres es llevar a cabo estudios o desarrollo de habilidades. Las razones de las pausas laborales ponen de manifiesto cómo se penaliza la maternidad, frente a las pausas preferentes de los hombres como crecimiento de perfil u ocio, destacó Caballero.